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Thais

Los últimos años de mi vida han sido bastante locos.

Me secuestraron.

Me enamoré.

Apuñale al hombre del que me enamoré.

Volvió por mí.

Me volvieron a secuestrar.

Me rescataron.

Me apuñalaron.

Perdí al amor de mi vida.

Lo recuperé.

Me fui por seis años.

Y volví sintiendo el mismo amor, o tal vez una más grande que el que dejé atrás.

Un montón de cosas sucedieron en ese tiempo. Pero todas mis luchas habían valido la pena al final. Hubo momentos en los que quise rendirme, retirarme y vivir mi vida lejos de todo. Hubo momentos en los que quise renunciar al amor y conformarme con otra cosa. Hubo momentos en los que quise renunciar a la humanidad por completo. Pero me alegré de no hacerlo. Ahora tenía todo lo que podía querer.

Aang y yo hemos empezado una especie de rutina. Todos los días nos despedimos con besos antes de ir al trabajo, practicábamos tiro al blanco con varias armas en nuestro tiempo libre y recorríamos los terrenos de su viñedo. Ese es mi momento favorito del día, caminar de la mano con Aang a través del viñedo. A veces disfrutamos en silencio de la compañía del otro, pero la mayoría de las veces compartíamos historias de nuestro pasado y cosas sobre nosotros mismos.

Después de nuestros paseos y charlas, cenábamos. Después de la cena, nos metíamos en la cama juntos y nos dormíamos abrazados. Esto solía ir precedido de muchos besos, manos errantes y gemidos incontrolables.

Hace dos semanas que pasé encerrada en un paraíso tropical mientras disfrutábamos de las hermosas playas de día y de las noches. Rara vez dormimos, pero todo el buen sexo hizo que valiera la pena. Es como si no tuviéramos suficiente el uno del otro.

Ahora estamamos de vuelta en Francia, y yo estoy en el baño sentada en el piso y me apoyo en la pared del baño con la prueba de embarazo a mi alcance.

Ciero los ojos por un rato pensando que puede ser un error. Luego lo abro, y miro fijamente la prueba que cambiara mi vida para siempre.

Es positivo.

Estoy embarazada.

Sostengo la prueba en mi mano y miro fijamente el signo + dentro del indicador. Brillante y azul, es la cosa más hermosa que jamás había visto. No creí que fuera posible, bueno, tenemos sexo a diario, claro que es posible, pero lo que quiero decir es que jamás hemos hablado de ese tema y aunque me quite mi método de anticonceptivo hace un año, yo estaba tomando pastillas.

Y después de la pérdida de Constantine estaba muy asustada de quedar embarazada de nuevo, porque sé que nunca podré reemplazarlo.

Finalmente salgo del baño, Aang está acostado con su portátil en la mesita de noche. Había trabajado toda la noche, poniéndose al día con todo lo que se había perdido. No tenía a nadie que cubriera sus asuntos mientras estábamos de viaje. Esta sin camisa y sin la sábana haciendo que lo admire, pareciendo el hombre más sexy del mundo. Después de pasar tanto tiempo juntos, tenía sentido que ya estuviéramos hartos el uno del otro, pero desde luego no lo estamos.

Me tomo un minuto para mirarlo más de cuenta. Realmente es un hombre guapo, pero mirarlo en ese momento, ver lo tranquilo que se ve mientras duerme, me hace darme cuenta de cuánto lo había extrañado.

Abyss [Libro #3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora