Aquel lunes, en medio de un proceso hormonal, y con toda la presión que representa mi trabajo, finalicé mi jornada laboral, siendo recibida por una docena de periodistas a la salida del senado.
Las preguntas se situaban en dos ejes, y a su vez en uno solo. Mi licencia, y Javier.
Entremedio de los periodistas de canales destacados, lo veo al boludito que hace un par de años me quiso encarar. Creo que se llama Mariano, o algo así.
Me cansé de decirles que la excusa del estrés era cierta, por más de que sea falso. Después me empezaron a preguntar por Javi.
-Victoria, ¿qué hay para decir con eso que se rumorea de que vieron al presidente Milei paseándose acá adentro con un ramo de flores? ¿Se podría confirmar la relación que se especula entre ustedes?
-Mira, Javier no responde preguntas personales.
-Pero usted no es Javier. –Me reí.
-Pero soy la novia. –Me volví a reír.
-¿Confirman entoces?
-Confirmo, confirmo.
-¿Desde antes o después que se separase de Fátima?
-Esos son temas íntimos nuestros, pero es de más o menos ese tiempo.
Javier Milei
La Vicky hormonal me da ternura, es como una nena caprichosa que quiere cosas dulces y calor humano todo el tiempo. No hablo solo de mimos, todas las noche el sufrimiento de las inyecciones se neutralizaba de otros modos, que incluían golpes de la cama contra la pared.
Lo malo de todo esto, es que hará diez o doce días, después de dos semanas de convivencia se volvió a su casa. Por lo que nuestro tiempo juntos muchas veces se reduce a ratitos, o a noches juntos, con mimos, besos, caricias, abrazos y mucho sexo. También hubo una vez que me llamó a las dos de la mañana para que fuera a dormir con ella. Mentiría si dijera que no extraño ese contacto permanente. El que a lo mejor estar ella en el living y yo en el escritorio, sin vernos, pero saber que estamos cerca, que estamos protegidos.
El lunes fecundaron los óvulos, y ayer nos avisaron que quedaron cuatro de buena calidad, que están congelados para cuando nosotros decidamos empezar a intentar.
Si fuera por mí ya mismo estaríamos empezando, pero entiendo que todavía no es el momento. Así como entiendo que tampoco es el momento de vivir juntos, aunque es uno de mis anhelos más grandes, hablando de mi lado más personal.
Para salir un poquito de toda esta neuralgia de la capital, y nuestros trabajos, compramos bastante comida y nos vinimos para la quinta. Hoy la tenemos para nosotros dos solos, mañana viene Virginia con la patota y la madre para el almuerzo.
Llegamos esta mañana, adentro de la casa hacía más frío que afuera. El hogar estaba apagado y no había leña para prenderlo.
-Vamos a buscar leña, está más lindo afuera que acá adentro. –Ofertó Vicky.
No le alcancé a aceptar la propuesta, que la veo hurgando en el llavero de la puerta, saca una con un llavero de la virgen morenita, y la sigo para afuera. Sacó un hacha, pero no para cortarme la cabeza, no es Virginia, era para cortar los troncos.
Busqué subirme al auto.
-¿Qué hacés? –Me preguntó.
-¿No vamos a cortar leña?
-Sí, pero no en el auto, lo saqué anteayer del lavadero. Lo voy a ensuciar todo. Vamos a caballo.
-Seguí soñando.
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La fórmula para presidir tu corazón
FanfictionLa chica tradicional, su mejor amigo rockero. La fórmula presidencial más polémica de la historia, desleales a sus corazones pero no a sus compromisos. ¿Qué se ocultan?