El domingo previo al nacimiento, estábamos comiendo todos en Olivos. Las chicas proyectaban planes con Martín, querían a toda costa aprovechar el feriado del miércoles para juntarse en la casaquinta. Hablaban del tema del cumpleaños de Tincho, también. Falta un mes, pero ya le están diciendo a Vicky que lo van a llevar a no sé qué boliche, y que ellas lo iban a hacer pasar sin necesidad de que muestre el documento. Teniendo en cuenta que lo dijo Valentina, no me sorprendería que se coma algún patovica.
La cuestión es que insistieron tanto con el tema de la "Pijamada" en la quinta, que los terminamos llevando.
Los llevamos a eso de las cinco de la tarde, y Candela se olvidó de meter en la mochila su cargador, así que aprovechamos ese viaje, para armar planes. Toto y Luchy se fueron a la casa de mi suegra. Aprovechando que no trabajamos mañana, salimos a comer a capital.
Entre una cosa y otra, llegamos a la quinta a las dos de la mañana. Había un par de autos estacionados entre las plantas, escondiditos. Estas crías hicieron una joda. Se escuchaba música, y estaban todas las luces prendidas.
Toqué la puerta y nos metimos adentro. Estaban los tres solos en el living, habían escondido todo y a todos en segundos, y chistaban para que se callasen los que, seguramente desde el comedor, gritaban Virgi bomba y Santi mi amor.
Yo no entiendo ese fetiche de los adolescentes de cargarse con los padres.
Me manotearon el cargador rápido, esperando que nos fuéramos sin hacer preguntas. Pero lo vi a Martín en el sillón, bastante raro. Y a ellas, nerviosas.
-¿Le pidieron permiso a la abuela para hacer joda?
-¡Tía! ¡Tío Santi, amigo! –Tincho se levantó torpemente, y vino a saludarnos.
-Sí, la abuela sabe. Y vamos a limpiar todo mañana. –Valentina hablaba por encima del otro, que le balbuceaba algo a Santi. Las miré, las quería matar.
-¿Qué le dieron a este? Miren el estado en el que está Tincho.
-¿Cómo? Hermoso, precioso, magnífico, hot. Siempre. –Bailaba y posaba, mientras venía a abrazarme. Me daba una risa.
-Sí, sí. Hot te va a quedar el cachete si se llega a enterar tu mamá.
-Pero no está acá, y vos, siendo una tía tan buena, que yo quiero tanto, y que tengo siempre presente en mi corazón, no le vas a decir nada a mi mamá, ¿no? –Lo miré por arriba del hombro directo a los ojos. Tentadísima. Me dio un beso en el cachete, todavía con una mano en el corazón y me hizo una sonrisa. Terminé soltando la carcajada.
-Sos tan pelotudo que me hacés acordar a Javier, mira. Qué chanta que sos. No le voy a decir nada a tu mamá, por el bien de todos. Dejá de chupar, lo único. Y mañana a la mañana le mandan un mensaje a Victoria de que se van a quedar a pasar la tarde también. ¿Qué tenés acá? –Tenía una marca roja, media violácea en el cuello. -¿Quién fue? –La miré a Valentina, que se cagaba de risa, ya me la venía venir.
-Una amiga de Cande, ¿Malena se llamaba? –Cande asintió.
-Pero esa chica es mayor de edad, ya. ¿No le dijeron que es una criatura, todavía?
-Me preguntó cuántos años tengo. Le dije que cuántos me daba. Me dijo que diecisiete. Le dije que dieciocho y me comió la boca y me dejó sellado. –Me daba risa la situación.
-Sos un chanta. Se llega a enterar tu mamá y el día del arquero te va a dejar salir a un boliche con éstas.
-Pero vos no le vas a contar, vos sos buena. Y por eso, el próximo partido te voy a dedicar un gol. –Me guiñó un ojo.
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La fórmula para presidir tu corazón
FanficLa chica tradicional, su mejor amigo rockero. La fórmula presidencial más polémica de la historia, desleales a sus corazones pero no a sus compromisos. ¿Qué se ocultan?