Capítulo 27: Hermandad.

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Después de la reunión esa de las hermanas víboras en mi casa, me puse las pilas. Bueno, nos pusimos las pilas los dos y empezamos una búsqueda de lugares dentro del país. No tenemos el tiempo muy de nuestro lado, son poquito menos de dos semanas para organizar todo.

Hoy por fin nos pudimos juntar a decidir. Me dijo que fuera para la casa, aproveché que es temprano y que Vicky seguramente vaya a dormir hasta las doce. Anoche se juntó con unas amistades de ella, volviendo a las cuatro de la mañana.

Llegué a las nueve con bizcochitos. Golpeé la puerta, y desde la ventana de la cocina me gritó que pasara. Entro, me voy a la cocina a saludarlo y lo veo que tenía el bolsito del mate arriba de la mesada, estaba esperando que se terminase de calentar el agua.

-¿Cómo andás hermano? –Apoya las muletas en la mesada y nos saludamos con un abrazo.

-Bien, bien. ¿Y vos? ¿Para dónde vamos?

-A la mesa, nada más que con las muletas no puedo llevar todo.

-No te hagas problema, llevo yo las cosas. ¿La yarará está?

-No, está en la empresa, hasta las dos no vuelve. ¿La culebra?

-Duerme. ¿Hasta cuándo tenés que estar con esto?

-Ya estoy asentando el pie, según la kinesióloga, la semana que viene ya podría ir dejando las muletas, pero la férula esta la tengo que tener no sé cuánto más. Más cómoda que el yeso es, viste. La puedo sacar y poner más fácil. Bueno, vamos yendo. –Manoteé las cosas para ir yendo al lado de él.

-Dale. 

Llegamos al comedor, le corrí la silla para que se sentase y nos acomodamos.

-¿Se te ocurrió algún lugar para ir o algo? –Pregunté metiéndome un bizcochito a la boca.

-Viendo y considerando mí estado y el de la cobra de tu mujer. Nos conviene hacer algo tranqui, sin tantas excursiones. Pero que tampoco sea estar echados en una reposera al lado del agua todo el día porque a mí me echan y Victoria se te va a la mierda.

-Para colmo son más complicadas esas mujeres.

-Por eso, el otro día la escuché a Virginia que hablaba de una virgen en Alta Gracia. Que la fueron a mover y quedó la imagen, algo así dice la leyenda. Estuve viendo, parece lindo el lugar, se van a entretener ahí.

-Pero no las vamos a llevar a la iglesia nomás, nos van a mandar a la mierda. Y yo ganas de estar todo el día ahí, no tengo.

-Déjame hablar. En la ciudad esa también hacen paseos en globo aerostático, para ver el amanecer en las alturas. La idea es buscar algún lugar por ahí, que eso sea atracción de un solo día. Y otra cosa, el lugar ese tiene escaleras, de última las dejamos a las dos ahí y nos vamos nosotros al casino, para que Victoria la corte con los apodos.

-¿Dónde estaría quedando la ciudad esa?

-Córdoba, a cuarenta kilómetros de la capital.

-Nosotros en otra vida fuimos hermanos, mira. Yo también había pensado en Córdoba. No ahí, pero a lo mejor está cerca.

-¿Qué se te había ocurrido?

-Me apareció un Reel en Instagram el otro día, de un viñedo con bodegón. Que aparte, tiene casitas para alquilar, con pileta. Ya te mando el video, yo lo guardé.

-Uh, buenísimo. Lástima que Vicky no puede tomar.

-¿Podés creer que le da asco el vino? Digamos, no sé la yarará cómo habrá sido, pero viste que durante el embarazo les dan antojos o asco algunos alimentos, bueno, ahora le da asco el vino. –En lo que hablaba le mandé el video del lugar.

La fórmula para presidir tu corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora