Después de ese primer encuentro, con Martín nos escribimos todo el tiempo. Se ve que contó todo con lujo de detalle, porque al otro día, me aparecieron mensajes de un número que no tenía agendado amenazándome, me di cuenta al instante que era Mariano, ¿quién más me iba a poner: Se supone que era conocerlo solamente, no llevártelo a vivir con vos?
No es que me crea invencible, pero en mi posición actual, es prácticamente imposible que me haga algo. Lo que me preocupa es que le haga algo a Tincho. Le comenté esta inquietud a él, no solo porque tenemos que aprender a confiar en el otro, sino porque es lo suficientemente grandecito para entender todo y la gravedad de esto.
Dejando eso de lado, aprovechamos mi licencia y sus ratitos libres para tratar de recuperar un poco del tiempo perdido.
Lo estamos integrando a la familia, también. El otro día le contamos a mis sobrinos que mágicamente tienen un primo de su edad. Las chicas las noto curiosas, con ganas de conocerlo. Los chicos no, y con Virgi ya nos estamos esperando celos. Pero a eso no lo vamos a saber hasta el domingo, que nos juntemos en la quinta.
Tincho salía temprano hoy, y mamá no está. Así que lo invité a comer acá. A los dos nos encantan las pastas, así que mamá anoche hizo tallarines caseros, para que los hierva yo para el mediodía.
Estamos transitando los últimos calorcitos de mayo, nos sorprendieron los veinticinco grados de hoy a la siesta. Los cuales, aprovechamos para tomar mates afuera y jugar con los que fueron mis perros, pero que mamá se adueñó, prácticamente.
Sacamos una mesita y las reposeras al solcito. Yo cebaba, y hablábamos boludeces mientras Gaucho jugueteaba entre nuestras piernas.
- Tengo una duda. –Dije, después de una carcajada.
- ¿Qué pasa?
- Vos dijiste que te imaginabas una mamá, ¿cómo era?
- Primero en principal, rubia y de ojos verdes. Después me imaginaba que era alguien que hacía el bien y ayudaba gente, no sé, sentía que era doctora y principalmente, que me quería, que me esperaba. Después, cuando me enteré que estaba viva, pensé que era una falopera que me abandonó porque no me quería. Me imaginaba algo así como Sally de American Horror Stories. ¿La viste? –Me empecé a reír.
- ¿La drogadicta del Hotel Cortez? Es un montón eso ya.
- Pero igual, ¿tu hermana es rubia? Hace mucho había encontrado una foto de una rubia en la casa de la abuela, y pensé que esa era mi mamá.
- Sí, Virgi se tiñe de rubio. El domingo la vas a conocer. Igual, no me sorprendería que caiga. Si la abuela le dice que estás acá, viene. ¿Tenés práctica hoy?
- Sí, pero a las siete. ¿Cuándo me vas a ir a ver jugar?
- Cuando me invites, yo encantada. Total no tengo agenda política estos días.
- ¿Cuándo volvés al senado? ¿Al Tedeum vas?
- Sí, la semana que viene retomo agenda, el veintidós. Escucha, mañana tengo ecografía a las cuatro. ¿Me querés acompañar? –Se le iluminó la mirada.
- ¡Sí! Pero hay algo raro en todo esto.
- ¿Qué?
- Milei, es el papá de los bebés y no te visita, ni nada. ¿En serio están bien?
- Bueno, te voy a decir la verdad. Antes de la opereta discutimos, creo que te lo comenté, y bueno, yo estoy enojada todavía. Lo voy a perdonar, en algún momento, pero primero tengo que empezar a trabajar.
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La fórmula para presidir tu corazón
FanfictionLa chica tradicional, su mejor amigo rockero. La fórmula presidencial más polémica de la historia, desleales a sus corazones pero no a sus compromisos. ¿Qué se ocultan?