Capítulo 19: Regalo adelantado.

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El día de la madre está cerca, este año la cabeza me trabaja el triple. Es martes, Santiago me pidió que le inventara algo a Virginia para que ellos puedan ir a comprarle el regalo. Falta una semana para el cumple de Javi, y en diez días me inseminan.

La ansiedad y el miedo se pelean, si dios quiere, el año que viene para estas fechas, voy a tener argumentos para festejarlo. Virgi vino con el pretexto de organizar qué vamos a hacer el domingo. Pero si bien ese fue el objetivo, primero se centró en contarme todas y cada una de las peleas que tuvo con mis sobrinas.

-Bueno Virgi, pero son grandes ya. Tenés que despegarte un poco, dejalas tener ciertas libertades. Che, ¿qué vamos a hacer el domingo?

-Vamos a la quinta este año, porque en casa no entramos todos. Yo diría que almorcemos, así a la noche nos vamos a lo de mi suegra nosotros.

-Ay, Virginia, no seas tan exagerada. Es una silla más que el año pasado. De última me hará upa.

-¿Qué? Yo me imaginé que iba a venir con la hermana y los padres.

-No, si ya lo estuvimos hablando a esto anoche cuando durmió acá. A la madre la va a saludar por WhatsApp, Karina come con los padres, él me dijo que no. –Me hizo cara rara.

-¿No te podías buscar uno más normal, no?

-Ay, déjalo pobrecito. No es tan fácil lo que le tocó pasar. Yo lo entiendo. ¿Entonces cómo vamos a hacer?

-Vamos a la quinta igual, así no tengo que limpiar tanto y hay con qué entretener a los chicos.

-Bueno, dale. ¿Tema comida?

-Mandamos a Javier y a Santi a asar algo y listo. Después vemos qué llevamos para el postre. A todo esto, no me contaste más nada. ¿Cuándo sacás los chicos del freezer? –Me dio gracia, terminé escupiendo un poco del mate.

-Ay, che. Hay otras formas de decirlo. El viernes me inseminan, veinte días después voy a saber.

-Se te notan los nervios de acá a la china, al pedo, si todo va a salir bien. Ya te dijo tu cuñadita macumbera.

-No me digas que te pusiste celosa de Karina. ¿Sos joda Virginia?

-Por todo me decís no pero Kari, con Kari esto, con Kari la pinchila. Todo Kari, Kari, como si te hubiera tratado tan bien la otra. Sos completamente Milei ahora vos. –Solté la carcajada.

-No seas ridícula. Vos más que mi hermana sos mi alma gemela. ¿Mira si te voy a cambiar por Karina? Yo con ella ahora me llevo bien, así como vos con Javier, pasamos mucho tiempo juntas.

-Y sí, si prácticamente vivís en Olivos vos.

-Tampoco es tan así, aflojale a los celos. Hace una semana que viene Javi para acá a dormir. Y no sé de qué te quejás, si Javier te hizo el permiso para que vayas cuando quieras.

-¿Desde cuándo?

-¿No te conté? Lo hizo como en junio.

-No, te entretiene más hablar de la conchuda esa de tu cuñada. Escúchame, otra cosa que te quiero decir hace días. Mamá, se le metió en la cabeza que se quiere mudar.

-¿Qué?

-Sí, le dije que la mandábamos a un geriátrico. –Solté la carcajada. –Me dijo que no, que siente que está lejos nuestro, y si le pasa algo la vamos a encontrar muerta, y todas esas cosas que te imaginás que puede decir mamá.

-¿Y entonces? ¿Qué hacemos? Vos siempre fuiste más de mamá y yo más de papá.

-No, Victoria no. Ya entendí lo que querés decir, y mamá en casa no. Somos un montón ya.

La fórmula para presidir tu corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora