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A Bill le gusta Stanley desde hace años, pero Stanley simplemente andaba en su propio rollo, jamás se interesó en nadie pero aún no podía explicar porque cuando estaba con Bill su corazón se aceleraba.
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Despertó con el recuerdo de las palabras de su padre. Miro su reloj casi con miedo. Suspiró aliviado al ver que aún no eran las siete.
Notó que su mano estaba entrelazada con la de Bill. Volteo a ver a Bill. El chico dormía aún. Stan se quedó viéndolo unos minutos. Veía como el pecho de Bill subía y bajaba con tranquilidad al respirar. Un mechón de cabello reposaba por sobre el ojo de Bill. Stanley lo removió con cuidado.
Stan: Si tan solo pudiera...-poso su vista en los labios rojos de Bill. Se acercaba lentamente a ellos sin siquiera darse cuenta.
Un despertador sonó a todo volumen en la mesita alado de ellos. Bill abrió los ojos de inmediato. Stan se sobresalto.
Bill: Apagalo. -dijo con la voz ronca volviendo a cerrar los ojos y sin soltar la mano de Stan lo acerco más a él.
Stanley se quedó quieto unos segundos. Comenzó a soltarse del agarre de Bill para poder apagarlo. Se levantó rápido y lo hizo.
Stan: Bill...-lo movió con ligereza parado frente a él- Bill, ya tengo que irme.
Bill: No, no te vayas -entreabrió los ojos y lo tomo del brazo- Q-quédate conmigo otra ra-rato más. -lo jalo hacia el sofá.
Stan: No puedo Billy, lo siento, tengo que irme o mi padre se enojara.
Entonces Bill abrió los ojos por completo y lo soltó, se incorporó y se tallo los ojos.
Bill: ¿Qué hora es? -pregunto mientras veía a Stan tomar su mochila.
Stan: Son casi las siete -respondio buscando la ropa que llevaba puesta el día anterior.
Bill lo observó en silencio.
Bill: P-puedo prestarte d-de mi ropa;digo p-para que no tengas que usar esa de n-nuevo. -sus mejillas comenzaron a tornarse de un rosa carmesí.
Stanley lo volteo a ver pensándolo por unos segundos.
Stan: Por favor, sí. Esta se me ensució anoche.
Bill se levantó de inmediato enrrollandose la cobija alrededor del cuerpo. Hacía mucho frío aquella mañana.
Bill: P-puedes escogerla.
Ambos subieron con rapidez hasta el cuarto de Bill.
Stan: ¿Desde cuándo limpias tu habitación? -pregunto burlón mirando a Bill.
Bill soltó una pequeña risa y agachó la cabeza algo avergonzado. Stan lo notó y decidió cambiar de tema.
Stan: ¿Entonces puedo escoger la ropa que yo quiera? ¿No te molesta? -se acercó al armario.
