019

63 7 2
                                    

Domingo 26 de Noviembre de 1989.
9:45 am.

                                               ๑⑅๑

Richie: Pero entonces, cuando yo volteo, ¡Él ya estaba en el piso!

Los tres comenzaron a reír a carcajadas.
Richie, Stan y Bill.
Desayunaban todos juntos.
Richie contaba la vez que Bill cayó de su bicicleta por un bache que no vio.
Claro que en el momento no fue gracioso, bueno tal vez un poco, pero ahora siempre lo contaban como anécdota chistosa.

Bill: E-es que iba distraído. Solo sentí a silver caer sobre mi -dijo entre risas.

Era un domingo bastante helado.
Los rayos del sol no calentaban del todo.
Hacía un viento infernal.
Una tormenta de nieve parecía acercarse desde muy lejos.

Terminaron de desayunar y lavaron los platos.
Bueno, Richie estaba sentado en el sofá viendo la tv.
Stan se acercó a él después de terminar de lavar.

Stan: ¿No crees que ya viene siendo fecha de que laves tu ropa?

Richie rodó los ojos.

Richie: Que te importa. Además, la lave hace poquito. Y no huele mal.

Stan: Richie, en todo el tiempo que he estado no la has lavado. Es demasiado, ¿No te da asco usarla así?

Richie: ¿Porque me daría? No seas molesto ricitos de oro.

Richie solo recibió una mirada reprochable de Stan.
Era como si su madre se lo estuviera diciendo.
Richie suspiró.

Richie: Bueno bueno. Esta bien. La lavare -dijo arrastrando las palabras. Se levantó pesadamente y apagó la tv.

Stan: Y cuando termines limpias tu habitación. -dijo rápidamente viendo a Richie con una sonrisa.

Richie: ¿¡Que!? ¿Estas loco? -dijo con enfado, su voz se hacía más aguda con cada palabra- ¿Ya viste al puto de tu novio Bill? No zorra, a mi no me mandas. Y sabes que más, maldito idiota, no lavare nada, a la mierda todo. ¿Porque tengo que hacerte caso? Vete a joder a otro lado, imbécil. -volvio a sentarse en el sofá, prendió la tv.

Stan: ¡Que no! Levántate y lava tu ropa, ya al menos haz eso. Es por tu propio bien, por tu propia higiene Richie. -tomo el control y apagó la tv.

Richie le arrojó un cojín en la cara.

Bill los veía recargado en la pared frente a ellos, con una sonrisa ladina admirando el drama.

Richie: ¿Y si no quiero que vas a hacer mierda? No eres mi madre. -se cruzó de brazos. Subió los pies a la mesa de centro. Stanley se puso rojo del enfado.

Stan: ¡Baja los pies de la mesa! ¡Levántate y haz lo que te digo! Richie, no puedes seguir poniéndote la misma ropa mugrosa. ¡Mira esa camisa! ¿Cuantas veces te la has puesto? ¡Ni siquiera la has lavado!

Richie se levantó y fue hasta Stan.

Bill: ¡Vamos Stannie! ¡Ganale, ganale! -animo con una sonrisa entretenida.

Richie: ¡Es mi casa! ¡No puedes venir a darme órdenes!

Stan: ¡También es mía ahora!

Se miraron fijamente, firmes en su lugar.
Stanley puso esa mirada molesta y terrorífica que Richie odiaba.
No pudo soportar mucho tiempo y apartó la mirada.

Stan: Vamos Rich, es por tu propio bien.

Richie resopló enfadado.

Richie: Esta bien mamá, pero déjame poner mi música.

Let Me Feel Your Heartbeat {Stenbrough}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora