005

116 8 7
                                    

Lunes 17 de Octubre de 1989.
7:15 am.

                                                 ๑⑅๑

Stan: Vamos, ya levántate. Tenemos el tiempo encima. -lo movía con brusquedad parado frente a él.

Richie: Falta como una hora, ya cierra la boca de puta que tienes. -se tapó con las cobijas hasta la cabeza, él no era de humor mañanero.

Stanley estaba listo para la escuela.
Ya estaba vestido, bañado y perfumado, su tarea hecha, su cabello peinado, su mochila lista, solo le faltaba desayunar pero no quería hacerlo solo.
Richie seguía acostado.

Habían dormido en la misma cama en el cuarto de Richie. Cabían perfectamente.
En casa solo estaba su hermana a la cuál Richie le dijo que Stanley se quedaría unos días.
A Stan le agradaba la hermana de Richie solo que pensaba que era demasiado...molesta.

Ponía música a altas horas de la madrugada a todo volumen y golpeaba la pared.
Molestaba a Stanley con sus palabras y golpeaba a Richie. De broma claro, ella decía.
La chica era mayor que ellos solo por tres años. Estaba apenas en sus dieciséis y ya era completamente abierta a la sexualidad, el alcohol y las drogas.
Richie se prometió nunca ser como ella.

Stanley sabía que se iría pronto a la preparatoria/universidad en alguna otra ciudad.
Le faltaba media semana para irse ya que los padres de Richie la llevarían. Ella se quedaría con una de sus tías.

Ya era difícil para Stanley soportar a Richie y con su hermana era casi como vivir en una escuela pública tercermundista.

Pero aún así, Stan agradecía poder estar ahí.

Stan: No quiero desayunar solo, vamos -le quitó la cobija.

Richie: Vete a la mierda Stanley. -se levantó con pesadez y se puso sus lentes.

Stan: Faltan diez minutos para las 7:30 y tal vez tardemos veinte minutos en salir de la casa y la escuela queda a otros veinte minutos pero solo nos sobrarían diez minutos para estar en la escuela antes de que suene la campana. Necesito que te apures ya. Te iré sirviendo de desayunar. -salio del cuarto.

Richie: Maldito imbécil. Quien me manda a mi a invitar a un jodido judío a mi casa. -se puso un par de jeans que encontró tirados y se quedó con la camisa verde que traía.

Stanley tenía una rutina larga para las mañanas.
Se levantaba a las 6:00 am. Se daba una ducha, tenía una rutina facial y otra para su cabello.
Le gustaba tener la ropa bien limpia y planchada y sus tenis impecables, no podía usar calcetines que no combinaran y tardaba quince minutos en lavar sus dientes.

Richie se levantaba usualmente a las 7:45 am.
Se ponía la ropa que menos feo apestara, se echaba perfume, se cepillaba el cabello, desayunaba y se lavaba los dientes.

Stanley llegaba justamente a las 8:00 am. a la escuela y Richie llegaba cinco minutos antes de las ocho.

Stan aún quería averiguar cuál era el truco de Richie, ¿Como lograba apresurarse tanto?

Veía a Richie desayunar sentado frente a él.
Lo veía con mucha atención.
Notaba como Richie desayunaba con tanta calma su cereal con leche mientras leía la caja de cereal.

Stanley se había puesto de objetivo aquella semana hacer lo que Richie hiciera y tal vez así él también llegaría cinco minutos antes de las ocho a la escuela.

Pero simplemente no podía.

Richie hacia ruido al masticar. Cuando bebía cualquier cosa hacia burbujas ruidosas en su boca. Rompía sus papitas antes de abrir la bolsa. No se lavaba las manos antes de comer. Si sus manos se ensuciaban se limpiaba en su propia ropa. Eructaba con la boca abierta y sin vergüenza alguna. Se bañaba tres veces a la semana. No cuidaba de su cabello ni de su piel. No se cortaba las uñas regularmente. Andaba descalzo por todos lados. Su cuarto era una desastre. Cuando salía de bañarse dejaba todo tirado y mojado. Lavaba sus tenis una vez cada tres meses. Cambiaba sus sábanas una vez cada cinco meses. Lavaba su ropa solo cuando ya todo apestaba.

Let Me Feel Your Heartbeat {Stenbrough}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora