>
>
A Bill le gusta Stanley desde hace años, pero Stanley simplemente andaba en su propio rollo, jamás se interesó en nadie pero aún no podía explicar porque cuando estaba con Bill su corazón se aceleraba.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Hacia bastante frío aquella noche en Boston. El pequeño departamento completamente solitario era iluminado muy débilmente por la luz de una farola en la calle de enfrente filtrándose por la ventana. El departamento era complementado con una habitación, una pequeña salita, una cocina y un pequeñísimo lugar de lavado. Estaba ubicado en un lugar bastante transitado.
Unas llaves abriendo la cerradura de la puerta principal retumbaron en el lugar con pocos muebles.
Un chico de rizos dorados, ojos color miel y ropa holgada entro con pasos pesados al departamento. Estaba agotado. Grandes ojeras bajo sus ojos hopacaban la belleza en ellos. Dejo su mochila a un lado, su abrigo, y bostezo, se estiró con cansancio.
Busco por el departamento y suspiro con pesadez al darse cuenta que estaba solo. <<Otra vez llegará tarde de seguro>> pensó. Acababa de llegar de una jornada de trabajo de quince horas. Trabajaba en una fábrica de lunes a sábado. No tenía horarios fijos pero le pagaban bien.
Busco en el refrigerador algo para comer. Su estómago rugía con fuerza.
Lo único que había era un par de rebanadas de pizza vieja, unos cuántos panes, un poco de leche y una manzana.
Tomo una rebanada de pizza, la manzana y un pan. Metió la pizza y el pan al microondas. Espero. Los sacó y se sentó en el comedor. Era conformado por una pequeña mesa redonda y dos sillas de plástico.
Justo cuando dio el primer bocado a la pizza, la puerta del departamento se abrió de nuevo.
Un joven alto de cabello lacio y castaño, ojos verdes y uniforme azul entro en el lugar. No había ni un poco de entusiasmo en ninguno de los dos chicos al verse.
Un simple 'Hola' fue dicho por ambos al mismo tiempo.
El joven dejo su mochila y abrigo y se dirigió al refrigerador.
Él trabajaba en un restaurante de mesero de lunes a viernes de 8 a 7 de la tarde.
Suspiró fuertemente al ver la poca comida.
Stan: Parece que otra vez se te olvidó comprar la despensa.
La tensión comenzó a ser notable entre ambos chicos.
Bill: Estuve trabajando, Stanley. Tuve que cubrir a Barry.
Stan: Debías comprar la despensa desde el viernes. Además, descansas sábado y domingo.
Bill resopló con enfado azotando la puerta del refrigerador. Lo volteo a ver con seriedad.
Bill: He estado ocupado Stanley. Si quieres tener comida ve a comprarla tu. ¿No puedes hacerlo?
