Jennie simplemente la había seguido. Lo único en lo que podía pensar era en el gran deseo que tenía de que los suaves labios de Lisa presionaran los suyos por primera vez. Se sentía emocionada, como una niña pequeña a punto de probar su helado favorito. O como un niño que acaba de recibir sus primeros autos de juguete. O como una adolescente que conoce a su artista favorito... Había muchas comparaciones, pero ninguna lo suficiente buena como para descubrir lo que estaba sintiendo.
Había corrido en cuánto la vio marchar, asegurándoles a los demás que solo quería asegurarse de que Lisa estuviese bien. Y creyó convencerlas hasta que Jisoo gritó:
—¡Suerte con el beso! —Sus mejillas, como siempre, se sonrojaron de inmediato.
La encontró mirando su celular, en un jardín repleto de flores tan hermoso que no pudo evitar suspirar al ver la belleza en él. Quería su primer beso justo allí. Realmente quería que aquel lugar mágico guardara el recuerdo de aquel mágico momento en el que Lisa sellaría sus labios con los suyos.
Se acercó lentamente a ella, sonriendo, sabiendo que si procuraba no hacer mucho ruido ella no sabría que estaba allí. En realidad, aunque hiciera ruido Lisa no se daría cuenta. Estaba demasiado metida en sus pensamientos, ajena a lo demás que estaba pasando, así como muchas veces sucedía. Se colocó detrás de la chica de ojos perfectos. Ahora que estaban cerca, Jennie podía apreciar el hecho de que Lisa era muchos pares de centímetros más alta. No era como si no lo hubiese sabido antes. Tiempo atrás se había dado cuenta mientras compartían la tarde en la habitación de Lisa. El punto era que estaba nerviosa, y cuándo se está nerviosa comienzas a notar cosas estúpidas que no vienen al cuento. Sin pensarlo rodeo la cintura de Lisa. Recordó que ella no solía estar acostumbrada al contacto físico, y menos al de las personas que no podía ver, así que se preparó para ser rechazada. Pero eso no sucedió.
—¿Jennie? —preguntó, y una tonta sonrisa apareció en sus labios. ¿Cómo era posible que Lisa la reconociera sin verla directamente?— ¿Qué sucede?
Luego, la chica comenzó a darse la vuelta, su rostro quedando considerablemente cerca. Jennie se sonrojó. Se estaban mirando fijamente, y Jennie se sentía en el cielo. Soltó la cintura de Lisa y dirigió sus manos a las de ellas, sintiendo de inmediato las reconfortantes caricias de sus pulgares en sus nudillos. Sonrió. Le gustaban aquellas caricias. Era como si, de esa forma, la chica le dijera que todo estaba bien... Entonces, simplemente, lo dijo:
—Quiero mi beso ahora —dijo en algo que sonó más como un susurro. Su rostro ardía. Estaba segura de que su sonrojo era más que evidente.
Fue entonces cuando sintió un par de manos sujetar dulcemente sus mejillas y acariciarlas. Elevó su mirada. Lisa tenía sus ojos pegados en los de ella, y parecía que jamás iba a apartarlos. Lisa estaba enamorada de ella. Lisa estaba tan enamorada como ella. Iba a recibir su primer beso de alguien que estaba completamente enamorada de ella, y a la cual amaba de igual forma.
Lisa Manoban era la chica perfecta para ella, Jennie Kim, la adolescente que comenzó a ser maltratada a los quince años en cuánto los demás supieron que sus gustos eran distintos a los de las otras chicas. Aquella que no tuvo verdaderos amigos hasta que había comenzado su vida en un nuevo país. Aquella que jamás se sintió lo suficientemente hermosa como para que una chica considerablemente buena se enamorara de ella. Aquella que era golpeada todos los días por los estúpidos de Jimin y Félix. Aquella que jamás había conocido lo que era estar verdaderamente enamorada de alguien. Jamás pudo pedir algo mejor. Sonrió.
—Me gustan tus ojos, Lisa Manoban.
—¿Qué...? —Parecía desconcertada.
—Me gustan tus ojos. La forma en que me miran. No lo sé, tal vez estoy loca, pero cada vez que tus ojos se encuentran con los míos es como si pudiese volar y... Me gusta eso, Lisa Manoban. Me gusta volar... Y me gusta que me toques, aunque sea con un dedo. Me gusta cuándo entrelazas nuestros meñiques. Me gusta cuando sujetas mi mano, y me gusta cuándo me acaricias los nudillos con tu pulgar... Y me gusta cuándo andas en patineta, y también cuándo caminas... Me gusta cuándo colocas tu mano derecha sobre la ventana y luego me sonríes. Me gusta mucho verte sonreír, incluso por una estupidez y... Supongo que solo me gusta cada mínima parte de ti... Y me gusta que me gustes... y me gusta que seas la primera persona a la que voy a besar. Me gusta que seas la primera persona por la que me siento sentimentalmente atraída... y me gusta cuándo dices que te estás enamorando de mí, porque yo también lo estoy haciendo.
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La Chica De La Ventana | Jenlisa
FanfictionLisa Manoban es un imán para las enfermedades. Jennie es un imán para atraer a Lisa. Adaptación Jenlisa +18 Todos los créditos son para Lorena Miller, autora de la obra original