—¿Estás segura de que no hay nadie en tu casa? —Jennie preguntó a su novia por quinta vez, aferrándose fuertemente a sus hombros. Lo cierto era que parecía estar realmente adolorida.
—Sí. Mamá iba de compras y Papá aún debe estar trabajando. Chiquita fue a clases de teatro y Jake iba a acompañar a su novia a algún lado. Estoy sola, lo prometo.
Lisa determinó que la chica por fin había creído en lo que le estaba diciendo cuándo hizo silencio y caminó junto a ella hacía el interior de la casa. Subir las escaleras fue difícil para ambas, pero finalmente llegaron a la habitación de Lisa, ambas cayendo en la cama de esta con brusquedad para intentar recuperar el aliento perdido a causa del esfuerzo.
Jennie, claramente, fue la primera en recuperarse. Lisa, sin embargo, seguía sintiendo que el aire le faltaba, así que cerró sus ojos fuertemente y se concentró en recuperar lo que había perdido. Mientras lo hacía sintió la mano de Jennie acariciar su brazo sutilmente y no pudo evitar sonreír y pensar que había hecho para merecerla. No era más que Lisa Manoban, la chica enferma que se pasaba los días encerrada en su habitación, pero aun así, de una inexplicable forma, Jennie Kim parecía amarla como jamás pensó alguien lo haría.
Poco a poco, en medio de todos sus pensamientos, su respiración logró volver a la normalidad. Se sentó lentamente, respirando profundamente mientras lo hacía, sintiendo una de las manos de su novia sobre su espalda, ayudándola en el acto.
—¿Estás mejor? —Jennie preguntó preocupada, aún acariciando su espalda.
—Sí... Estoy mejor —aseguró débilmente.
—Lisa... ¿No existe alguna forma de que esto no suceda?
—Las medicinas deberían ayudar... —susurró, mirando a su novia fijamente a los ojos. Por unos segundos, sintió que estaba perdiendo el aliento de nuevo— Pero no lo hacen.
—Son unas estúpidas. Les rebajaré el salario.
—Nini, ellas no reciben un sa...
—Shhh, ellas no lo saben.
Lisa dejó escapar una risita por sus labios y luego sonrío, Jennie imitándola.
—Estoy segura de que cada vez que ríes nace un bebe —la chica de la ventana le aseguró.
—¿Lo dices en serio? — "¡Ug! ¡Estúpido cerebro! ¡¿Por qué no puedes entenderla como los demás?!"
Pero la chica jamás le respondió. Solo colocó su mano sobre la mejilla de Lisa y besó su nariz, alejándose con una sonrisa en los labios. Fue entonces cuando Lisa recordó por qué estaban allí.
—Quítate la camisa.
Jennie abrió los ojos como platos y se sonrojo casi de inmediato, Lisa soltando una leve risita ante este hecho.
—¿Perdón?
—Quítate la camisa. Voy a traer algo para curar tu labio y hielo para tú estomago. Seguramente tienes un gran moretón allí.
—¿Bajarás las escaleras de nuevo?... Si lo haces perderás el aire y...
—No. Jake tiene un refrigerador en su habitación. Buscaré allí.
—No tardes —suplicó besando ligeramente sus labios.
—Está bien...
Si su corazón no hubiese sido una mierda habría corrido.
Cuando llegó con la bolsa de hielo y con los desinfectantes necesarios a su habitación se encontró a Jennie vestida solo con su sujetador rosa, observando atentamente su colección de discos perfectamente organizados por orden alfabético. Sintió que su respiración se hacía rápida, y el aire comenzaba a faltar de nuevo. Los deseos de quitarle aquel brasier comenzaron a hacerse grandes, y no pudo evitar recorrer su torso con la boca seca.
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La Chica De La Ventana | Jenlisa
Fiksi PenggemarLisa Manoban es un imán para las enfermedades. Jennie es un imán para atraer a Lisa. Adaptación Jenlisa +18 Todos los créditos son para Lorena Miller, autora de la obra original