Jennie llegó a casa de bastante buen humor. Su charla con Lisa, su reencuentro con Minnie, el haber conocido al pequeño Bambam y haber disfrutado de una reunión sin tener que soportar los constantes besos, toqueteos y otras cosas de Jisoo y Rosé habían convertido su día en un muy buen día.
Luego de cambiarse el uniforme por ropa mucho más cómoda se sentó frente a su ventana, completamente agotada, esperando la llegada de Lisa al lugar. Quería hablar con ella. Lo necesitaba.
No tardó mucho tiempo en darse cuenta de que la chica ya estaba en casa.
—¡¿QUÉ HACES VESTIDA ASÍ?! —La voz de Chitthip era tan alta que traspasaba las paredes y llegaba a sus oídos. Tal vez estaba en el corredor de la parte superior, o en medio de las escaleras, armando el escándalo del siglo— ¡¿DÓNDE ESTÁ TU ROPA?! ¡ESTA NO ES LA ROPA QUE UTILIZA UNA MUJER, LISA!
Las respuestas de Lisa eran imperceptibles. Tal vez porque estaba susurrando. Tal vez porque no las daba. ¿Quien sabe? Solo Lisa...
—¡¿CUANTAS VECES MÁS TENGO QUE HABLAR CONTIGO SOBRE ESTO?!... ¡RESPONDEME, LISA!
Silencio.
—¡VE A TU HABITACIÓN! ¡TE QUIERO ABAJO A LAS SEIS! ¡Y BIEN VESTIDA! —Y así fue como la discusión finalizó.
La chica de la ventana entró a su habitación diez minutos después, limpiándose las lágrimas con el dorso de su muñeca, tomando ropa de su armario antes de ir al baño a una velocidad impresionante y salir minutos después con unos shorts que debían de ser dos veces menos su talla y una camiseta tan ajustada que Jennie podría haber detallado sus costillas.
—Hola —Lisa saludó caminando hacia la ventana, cabizbaja, lágrimas aún cayendo por sus mejillas. Jennie no sabía cuándo Lisa había notado su presencia allí, pero estaba feliz de que lo hubiese hecho.
—¿Qué sucedió? —le preguntó completamente preocupada, queriendo saltar la distancia entre ambas ventanas y correr a abrazar a la chica de ojos claros hasta que sus brazos cayeran.
—Lo de siempre —Lisa respondió encogiéndose de hombros, mirando un punto en el cielo, como si verdaderamente estuviese hablando con una nube y no con Jennie.— Ya lo sabes, si no uso ropa femenina soy menos mujer para ella... Y si soy menos mujer, Jungkook no me quiere.
—¿Y tu le crees? —"¡MIRAME, MANOBAN!"
—Supongo que tengo que hacerlo —contestó encogiéndose en hombros.— Es mi madre.
—Es tu madre, y una estúpida en mi opinión... Lo siento, pero es lo que pienso... Es decir —Respiró hondo, intentando poner sus pensamientos en orden y olvidar por un par de segundos su odio hacía Chitthip.— Existen muchas mujeres en el mundo, Lisa. Unas son rubias, y otras tienen ojos alargados. Unas tienen uñas tan grandes como garras y otras tan cortas que apenas podría decirse que hay algo más que piel en sus dedos. Unas perdieron un seno luchando contra el cáncer, y otras jamás han sufrido absolutamente nada en su vida. Algunas se casan con hombres millonarios en busca de fortuna, otras se casan con el hombre perfecto y algunas, como yo, Jisoo, Rosé, Mona Lisa, Ruby Jane y un montón de chicas más en este mundo, prefieren buscar el amor en una estructura física más delicada y suave, y en un corazón más tierno junto a facciones más delicadas, pero todas seguimos siendo mujeres igualmente. No eres ni más ni menos mujer que tu madre, que yo, que la presentadora de farándula en la televisión, que aquella chica que está intentando perder peso o que aquella soldado que ahora mismo está peleando en una guerra. Todas somos iguales, Lisa... Y vestir algo cómodo no va a cambiar esto, por mucho que tu madre lo crea.
—Tal vez tu deberías ser mi madre —Lisa se burló, sonriendo débilmente, limpiando finalmente una última lágrima.
—No... Si lo fuese no podría estar tan perdidamente enamorada de ti.
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La Chica De La Ventana | Jenlisa
FanfictionLisa Manoban es un imán para las enfermedades. Jennie es un imán para atraer a Lisa. Adaptación Jenlisa +18 Todos los créditos son para Lorena Miller, autora de la obra original