Capítulo 59

421 43 1
                                    

Lisa Manoban jamás había estado tan nerviosa. No sabía si era por lo que se celebraría aquel día, o porque no había podido desearle un feliz cumpleaños a su novia al despertar, pero el punto era que verdaderamente lo estaba.

—Tienes que quedarte tranquila, hija —su madre susurró sujetando sus manos, intentando que sus dedos dejaran de chasquear. Pero Chitthip Manoban no era Jennie Kim y no iba a conseguirlo.

—No puedo estar tranquila, mamá —dijo nerviosamente moviéndose de un lado a otro por su habitación, la cual ahora se veía más pequeña que nunca.

—¡Adivinen quienes llegaron! —Se escuchó exclamar a una voz que Lisa siempre reconocería.

Minnie iba de la mano con el pequeño Bambam, ahora de cuatro años. La chica llevaba un sencillo vestido rosa y Bambam un trajecito hecho a la medida que le quedaba realmente muy bien.

—¡Tía! —gritó al verla, corriendo de inmediato para ser alzarlo entre sus brazos.

—Estás pesado, Bambam.

—Lo sé —Sonrió— Mami dice que es tu culpa.

—Y de James —agregó antes de sujetar a su hijo en brazos, evitando de esta forma que sus zapatos ensuciaran el blanco vestido de Lisa. James y Minnie habían comenzado a salir tan solo un par de meses atrás y el hombre se había encariñado bastante con el pequeño, al punto de querer cumplir todos sus caprichos— Ese estúpido no deja de darle chocolate.

—¡Chocolate! —exclamó entusiasmado, elevando sus brazos en el aire.

—No, Bambam. Nada de chocolate para ti. Te daré un jugo de manzana y lo tomarás sentado en la cama de Lisa ¿Bien? —El pequeño asintió mirándola fijamente a los ojos— Ahora ve... ¡Y no ensucies tu traje!

—Si, mamá.

Para ser solo un niño el pequeño Bambam era bastante obediente.

—¿Cómo estás Manoban? —Minnie preguntó acercándose, de inmediato ayudando a Chitthip a arreglar el hermoso vestido blanco que cubría la piel de Lisa.

—Nerviosa, supongo...

—Todo saldrá bien, Manoban —la tranquilizó acariciando su brazo— Jisoo y Rosé la ayudaron a comprarse unos zapatos lo suficientemente estables como para que no caiga y no la han dejado beber nada para que no se haga pis encima...

—¿Y si soy yo quien se hace pis encima?

—Vamos Manoban, tienes veintidós años, estoy segura de que ya no necesitas pañal...

—Yo ya no uso pañales —Bambam dijo contento agitando sus pequeños pies en el borde de la cama, tomando su jugo lentamente y mirando a su madre con una enorme sonrisa, orgulloso de su logro.

—Lo sabemos, mi amor.

—¿Y si dice que no? ¿Y si sale corriendo o...?

—Eso no pasará jamás, Manoban. Apuesto mi vida.

—No puedes apostar tu...

—Si puedo. Soy Minnie Nicha Yontararak, puedo hacer todo lo que yo quiera —insistió cruzada de brazos, mirándola fijamente, retocando el maquillaje de su amiga— Si Dios me lo permite, claro está —agregó.

—Necesito hablar con ella... Yo necesito... Necesito calmarme... Siento que voy a tener un ataque ahora mismo.

—No vas a tener un ataque si estoy aquí para impedirlo, Lisa —Chiquita dijo acariciando su hombro, hablando por primera vez desde que había entrado junto a su madre horas atrás.

La Chica De La Ventana | JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora