Capítulo 33

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El funeral de Bambam fue un par de días después de su muerte. Lisa sujetó la mano de su novia, quien había prácticamente corrido a la salida de la escuela para estar allí a tiempo, fuertemente durante toda la ceremonia. Jisoo y Rosé no fueron, no porque no considerasen a Bambam un amigo, sino porque Jisoo tenía que cuidar a sus múltiples hermanos y Rosé tenía que visitar a un familiar enfermo en el hospital. Aún así, enviaron todas sus condolencias a Minnie y un par de ramos de rosas.

Asistió a la ceremonia un montón de gente que se consideraba amiga de Bambam, pero la cual no le había visto en bastante tiempo. Todos intentaban darle consuelo a los padres de Bambam con palabras vacías y copiadas de viejos libros, que sabía Lisa no iban a funcionar. Minnie, sin embargo, no era consolada por nadie. Ella parecía alejarlos en cuánto se acercaban. Tal vez era lo mejor en aquellos momentos.

Cuándo todo terminó, Lisa vió a su amiga acercarse a Jennie y ella, sus ojos cristalizados y sus mejillas humedecidas. No era el mejor de sus días, y Lisa tampoco había esperado que lo fuese. Era extraño observar como la hermosa y sonriente novia que había visto un par de días atrás se había convertido en un ser tan triste y desolado, sobre todo para Lisa.

—¿Puedes quedarte conmigo hoy en mi departamente, Manoban? No creo poder soportar otra noche durmiendo sola —suplicó con voz quebrada, una lágrima escapó por uno de sus ojos.

La chica de ojos marrón claros no lo pensó más de dos segundos.

—Está bien... Yo solo le preguntaré a mi mamá —contestó.— ¿Puedes quedarte con Minnie mientras la llamo, Nini? —pidió mirando a su novia, que también parecía conmovida.

La chica de ojos gatunos asintió lentamente. Lisa la abrazó fuertemente y depositó un tierno beso en sus labios antes de irse. Tal vez no era el momento adecuado para sonreir, pero si algo había aprendido de la muerte de Bambam era que la vida era muy corta, así que lo hizo de todas formas.

Su madre lo permitió, pero aún así debía ir a su casa para buscar sus múltiples medicinas y algo de ropa para dormir, pues la de Minnie era demasiado pequeña para ella.

Cuándo regresó a donde estaban su mejor amiga y su novia sintió un profundo dolor en su corazón trasplantado y rechazado. Minnie estaba abrazando a Jennie, llorando sobre su hombro, como si en cualquier momento fuese a derrumbarse.

Tras despedirse de su novia con un largo y pasional beso, ir a casa, guardar las miles de medicinas que necesitaría para evitar el rechazo de sus múltiples órganos y sus dosis requeridas de insulina, empacar ropa en una vieja mochila, llevar algun...

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Tras despedirse de su novia con un largo y pasional beso, ir a casa, guardar las miles de medicinas que necesitaría para evitar el rechazo de sus múltiples órganos y sus dosis requeridas de insulina, empacar ropa en una vieja mochila, llevar algunos crucigramas y despedirse de sus padres y hermanos, se dirigió al pequeño departamento de su pequeña mejor amiga sintiéndose nerviosa por el hecho de estar rompiendo completamente su rutina.

En cuánto entró no pudo evitar sentirse atrapada y ligeramente ahogada. El lugar era realmente estrecho, y el saber que debería dormir en aquel pequeño sofá en medio de aquella aún más pequeña sala no la reconfortaba. Habría corrido tanto como sus pies lo permitieran si no hubiese sabido que su mejor amiga la necesitaba.

La Chica De La Ventana | JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora