Prólogo.

281 29 11
                                    

Vera Yarovtov.

Tenía clara su meta.

«Ser mejor que sus padres, conquistar las mafias y doblegar al mundo»

Fueron sus primeros objetivos y sorpresivamente nunca cambiaron.

Ha pesar de tener 16 años, era una pequeña víbora, cruelmente sincera, demasiado manipuladora y una egocéntrica prepotente de mierda.

Astuta, fría y calculadora como nadie.

A pesar de eso, por dentro era solo una persona herida y con miedos, demasiado fragil y sentimental. Por eso se empecinaba en demostrar que no era así.

Su coraza de hierro no sirvió, su mente no dejaba de darle vueltas al asunto de que sus padres habían tomado una decisión y no iban a retractarse, los conocía perfectamente y sabía que cuando tomaban una decisión no había vuelta atrás, tenían muy en claro que sí o sí iba a pasar, así su hija hiciera todos los berrinches del mundo.

Sin embargo, ella lo sabía, sabía que las cosas se joderían mucho con la decisión que tomaron sus padres.

Sin su consentimiento y menos sin su aprobación.

Y nada podía ser peor para Vera que no tener el control de su vida, pero era muchísimo más aterrador para ella imaginar como sería la vida con un hermano adoptivo.

Un desconocido.

Eso para ella era catastrófico.

Vera sabía que esa decisión de sus padres iba a terminar en un completo desastre.

Lo sabía, está consiente de ello.

Por otro lado, los señores Yarovtov, pensaron que adoptar a Ryan Frey, sería hacerle un gran favor a su hija, puesto que, les daba un pánico terrible que por sus estilos de vida algún día ellos no estuvieran y a Vera le tocara valerse sola siendo tan joven y con un imperio a sus pies. Puesto que, no habían parientes cercano que la socorrieran rápidamente. Rogaban que eso no pasará, pero sabían perfectamente que ese escenario era tan contundente como un rayo por eso pensaron que un hermano mayor sería ideal para ella.

Lo que jamás imaginaron fue que, Ryan se enamoraría posesiva y obsesivamente de Vera.

Por supuesto que querían que ellos se tuvieran el uno al otro, que se hicieran compañía, que fueran cómplices.

Después de todo los Yarovtov tenían un plan.

Un plan que guardaría su secreto para siempre.

Porque ellos guardaban un secreto.

UN GRAN SECRETO.

Que tapaban y tapaban de todo y de todos, estaban dispuestos a llevárselo a la tumba. Porque era algo que cambiaría el curso de las cosas de manera fulminante y era algo que no podían permitir.

Jamás imaginaron que todo resultaría ser así, no así.

Con tres corazones.

Un retorcido amor enfermizo.

Las sombras de terribles secretos.

Un peligro inminente. 

Y la peor de toda las venganzas juradas.

Tríada Oscura ©, +21 (Los secretos que nos unen) Tomo IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora