Drako Yarovtov
—¿Podrías decirles a estas perras que se quiten y dejen de estarte toqueteando?— enarco una ceja por su insolencia.
Veo la figura de Melissa acercarse despacio creyendo que no la veo, «si no quiere que la vea, le cumpliré el deseo» así que me concentro en mi hija.
—¿Por qué debería? Soy un hombre libre, no le debo nada a nadie— agarro mi vaso de la mesa y bebo todo el trago despreocupado—. ¿Tus prometidos saben que estás aquí, vestida así?— cambio de tema.
—Rompí el compromiso— espeta molesta y se cruza los brazos en el pecho.
Observo por un segundo a Melissa y vuelvo a ver a mi hija.
—Bueno, ve y conoce a alguien y déjame en paz— las zorras que están pegadas como unas sanguijuelas a mi, me toquetean y dejo que lo hagan nada más para joderle la existencia a la morena, dejo que repartan besos por mi cuello y cara.
A pesar de la mala iluminación del lugar puedo ver como sus ojos se llenan de lágrimas, pero no me inmuto. No voy a seguir perdiendo mi tiempo con esa niñata.
Mi hija hace una mueca de asco y cuando se da media vuelta ambas se tropiezan, mi hija la agarra por los brazos y se dicen algo que no logro escuchar.
«No me interesa que haga» vuelvo a concentrarme en las mujeres que están conmigo.
De reojo veo como se van y Melissa no me quita los ojos de encima hasta que se desaparecen en la multitud.
—¿Quieres que nos vayamos a otro lugar más privado?— ronronea una de ellas.
No digo nada.
—O también podemos...— comienza a tocar mi pretina—... Divertirnos aquí.
Tal vez una mamada de otra me quite la pendejada con la niñata esa.
Desabrochan la pretina y ambas mujeres se pegan a la verga que no está ni cerca de ponerse erecta. Chupan y succionan en turnos hasta que logran hacer que me ponga duro.
—Eres muy grande— suspira una de ellas.
—Me encantaría sentir lo rico que debes ser adentro de mi.
Ya quisiera.
—¿Quieres correrte en nuestras caras?
Me encojo de hombros.
«No voy a correrme, ni siquiera estoy excitado»
—Te vamos a dar la mejor mamada del mundo— canturrea una.
Ruedo los ojos con fastidio.
Intenta meterse la verga a la boca, pero es tan grande que solo le alcanza esconder la corona. La otra lo intenta y a duras penas llega hasta un centímetro después que la otra.
Cierro los ojos e intento distraerme.
Tal vez si me concentro pueda correrme y quitar las huellas de aquella maldita.
Hundo las manos en el cabello, pero es áspero, no es sedoso y suave como el de...
Maldita sea.
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Tríada Oscura ©, +21 (Los secretos que nos unen) Tomo I
RandomVera Yarovtov. Hija del matrimonio entre Drako y Énya Yarovtov. Ella tenía clara su meta, derrocar el poderío de sus padres en la organización más peligrosa y poderosa del mundo y posicionarse como la suprema en la mafia. Haría cualquier cosa, ser...