Tríada Oscura ©, +21 (Los secretos que nos unen) Tomo I

Capítulo 7: Quiero todo de ti.

⚠️Este capítulo contiene escenas fuertes
desde el segundo narrador,
si eres sensible, mejor no lo leas y llega directo al final⚠️

Ryan Frey.

-Esta maldita- gruño mientras espero en el baño. Impaciente.

«Le voy a hacer la vida imposible»

Abro el grifo para refrescarme la cara y los brazos. Llamo a su teléfono y contesta al cuarto pitido.

-Como no vengas en 10 segundos, voy a...

La puerta del baño se abre de par en par y ella viene hacia mi, tambaleándose con una pistola en la mano.

-¿Qué mierda haces con eso?- avanzo hacia ella y apunta el arma directo a mi pecho.

«No le tengo miedo, a ella ni a nadie»

-Creo que... si te mato, dejas de joderme para siempre...- balbucea.

Está drogada hasta el tuétano.

-¿Cuánta mierda te metiste?- parece vacilar la respuesta -¡Dime!

-A mi no me grites, hijo de perra- gruñe acercándose aún apuntándome con el arma -¿No te asusta?- clava el cañón en el medio de mi pecho -¡podría matarte y estás aquí como si igual fueras más peligroso que yo!

-Lo soy, Amelyk- advierto.

-Maldito, tú... ¡No me digas así!

-Dispara, mátame de una vez y deja de hablar tanto. No pareces hija de Drako.

Hunde más el cañón y su mirada destella furia.

-Te voy a matar, hijo de perra.

-Hazlo, porque si sacas un arma es para matar, no para amenazar.

Aprieta la mandíbula rabiosa y pongo la mano encima de la suya mientras bajo el arma poco a poco.

-¿Qué me hiciste?- habla en voz baja, pegándose a mi pecho.

Acaricio su cabello y el olor que desprende me pone mal.

Todavía no logro descifrar que aroma es, pero cuando lo haga. Se volverá mi favorito.

-Tengo novio, ¿sabes?

Ese maldito, tengo que arrancarlo de su vida.

-Amelyk...

-No, no digas nada- pone su dedo en mis labios para que me calle.

-Escúchame. Tengo algo que decirte- quito el dedo de mi boca.

Me mira fijamente, sus ojos centellan y juran cosas que no se cómo definir.

Estoy malditamente enamorado de ella.

-Fóllame Ryan, así podré borrarte de mi mente.

La verga se me pone dura y la ropa empieza a molestar.

-Necesito decirte algo- vuelvo a insistir y niega.

Da dos pasos atrás mirándome fijamente.

Sus manos recorren su cuerpo y comienza a despojarse de las prendas quedando completamente desnuda ante mi. Aprecio su desnudez, detallo cada centímetro de su piel limpia, blanca dándole aspecto cremosa. No tiene ni una marca, ni una mancha. Solo posee un camino de pecas que muero por contar y tocar.

-Fóllame y olvidemos esto para siempre.

¿Cómo le digo que no puedo olvidarla y menos para siempre? Que no me importa lo que tenga que hacer para mantenerla conmigo. Que no sé como sentirme cuando la tengo cerca y que es lo único que quiero en mi vida.