Capítulo 12: Se mía, Vera.

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—Conozco un cirujano que podría dejarte con otro rostro— lo miro mal—. Okey no, podrías escaparte, volver a Rusia o a Estados Unidos, cualquier lugar es mejor que estar cerca de tu padre cuando se entere de tu... condición.

—James.

—¿Uhm?

—No me estás ayudando.

Suspira profundamente y se da media vuelta para salir de la habitación dejándome completamente sola.

¿Cómo se supone que le voy a decir a mi papá que estoy embarazada y lo peor? Es que no se quien es el jodido padre de mi hijo.

Es que definitivamente soy una maldita irresponsable de mierda, me merezco esto porque fui demasiado descuidada. «El sentimiento de culpa y remordimiento me invaden» solo quiero ponerme a llorar como lo he hecho estás últimas horas desde que me levanté.

—Si sigues llorando, el bebé te va a salir feo— James entra de nuevo—. Además, luces horrible cuando lloras.

—No sirves para dar apoyo— continuo llorando.

—Ven, quiero mostrarte algo, solo si me prometes que dejaras de llorar— limpio mis lágrimas y él se acerca—. Ya está hecho, ¿no entiendo por qué lloras tanto? Si estuviste con alguien a tal punto es porque lo amas, ¿Por qué sigues llorando?

Porque en realidad son dos personas y no quiero que me vea con asco. Por no saber cual de las dos es el padre de esta criatura.

—Si, es que...— lloro con más ahínco.

Limpia suavemente las lágrimas que me recorren las mejillas.

—Le haces daño al bebé.

—James, no puedes decirle esto a nadie, me van a matar— digo entrecortada por el llanto.

—Dije que te iba a proteger y eso estoy haciendo.

—Por el juramento.

—Y porque me gustas, Vera, pero no quiero estar metido en algo que ni tu misma sabes que es— responde con franqueza—. Me gustas y no tendría problemas en aceptarte con este bebé y decir que es nuestro, porque yo ya estoy al mando de mi familia y me vale mierda lo que digan, pero no me voy a interponer en el amor que le tienes a otro u otros.

—Lo siento, James, pero no entiendes la situación. Es más complicado que eso...

—He llegado tarde— termina el tema.

El pecho se me comprime y siento el corazón atrapado en mi tórax, me siento realmente fatal. Pero no dudo en que tenga su apoyo, por eso decido darle un beso poniéndome de puntillas y depositándolo en su mentón.

Todo sería tan fácil si yo hubiese conocido a Cossenova antes y este bebé fuera suyo, no tendría problemas con la organización, con mi padre y tampoco tendría que cargar con todo este mierdero que se me vendrá encima cuando salga la noticia.

—Vamos— toma mi mano y me lleva por un pasadizo al final del salón. Entramos a una pequeña habitación en la cual hay un hombre amordazado de pies a cabeza.

—¡Piedad!— grita apenas entramos—. ¡Piedad señor, se lo suplico!— llora como un niño.

—No te he tocado ni un pelo y ya eres toda una nenita llorona— se burla James.

Llega hasta el hombre y pone la mano en la espalda del sujeto.

—¿Sabes cuál es el castigo de las ratas, Vera?— pregunta sin mirarme.

—La muerte.

—¿Qué? ¡No, por favor! ¡No me mate, tengo hijos! ¡Mi esposa está embarazada!— el tipo implora el perdón de su vida, pero James ni se inmuta.

Tríada Oscura ©, +21 (Los secretos que nos unen) Tomo IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora