Capítulo 13: Señora huevo kinder (maratón 1/3) ⚠️

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Maratón 1/3.

⚠️Hola, quiero decirles que este capítulo es bastante fuerte. Así que por favor, si son sensibles a ciertos temas, les recomiendo saltarse este cap⚠️

Dos semanas, DOS MALDITAS SEMANAS han pasado y siento que no podré llevar este peso. Desde que me enteré que estoy embarazada siento que estoy consumiéndome por dentro, tengo 3 meses y una semana, empiezo a notar que no puedo seguir...

Hemos sido cuidadosos, James, Mel y yo, tratamos de no tocar el tema delante de ningún externo a nosotros, sin embargo, no es algo que se pueda evitar para siempre.

Mi cuerpo esta cambiando, mis pechos están creciendo, mis caderas se están ensanchando, mis pies... joder mis pobres pies.

Y justo a papá le ha dado por ponerme a entrenar defensa personal, lo que es algo un poco bueno porque así justifico los pies hincados por tanto «ejercicio» lo que no se como tapar es que estoy agitándome y quedando sin energías en la primera tanda de entrenamiento. Ya a los 30 o 40 minutos necesito parar, sacarle varios puff al inhalador y tomar agua.

—Deja de comer tanto, estás poniéndote como una vaca— bromea mi padre y Mel se atraganta mientras se le quieren salir los ojos—. ¿Estás bien?— le pregunta mi padre.

—Si si, solo me ahogue con la comida, ya sabe— ríe nerviosa— la pasta...— vuelve a reír y mi padre la mira con el ceño fruncido— ñum, ñum.

—¿Segura que estás bien?— vuelve a preguntar mi padre y la asesino con la mirada.

—Ignóreme señor Yarovtov— chilla y se pone rápidamente a comer, tratando de ignorarnos .

Mi padre voltea a verme con cara de: ¿qué le pasa? Y yo me encojo de hombros para restarle importancia.

—Tengo que salir, llegaré en la noche. Mañana las quiero a las seis de la mañana despiertas, tenemos muchas cosas que hacer para tu ascenso— nos informa y ambas asentimos.

Se va de la habitación y nos deja solas, miro mal a Mel.

—Casi.

—Sí, casi. Te faltó decirle que ya tengo tres meses y una semana— pellizco el puente de mi nariz.

Así ha estado cada que topamos a mi papá, siempre se pone demasiado nerviosa.

—Me pones los nervios de punta.

—¿Yo? Yo no soy la que lleva un tesoro escondido en ella— insinúa.

—Para con eso, Mel, no estoy de humor.

—Disculpe usted, señora huevo Kinder.

¿Acaso acaba de llamarme...?

—¡Basta, no necesito esta mierda ahora!

Mel aprieta los dientes para no decir nada y se que desde que se enteró que estoy preñada, evita a toda costa tener contiendas conmigo. El pulso se me acelera y siento mi cara roja, últimamente estoy al borde de mis emociones.

O siento mucho o no siento nada, pero no hay medio.

El sonido de una llamada entrante en mi teléfono capta mi atención. Dudo en tomarlo.

—Coge el teléfono, puede ser importante— me da la espalda.

Agarro el teléfono y el nombre de Kris adorna la pantalla. Los nervios florecen y tengo ganas de vomitar.

Dudo en contestar mientras el teléfono suena y vibra en mis manos. Luego de unos minutos, la llamada muere en mis manos y unos segundos después entra otra.

Tríada Oscura ©, +21 (Los secretos que nos unen) Tomo IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora