Capítulo 8: ¡Amelyk!

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Vera Yarovtov.

Han pasado tres semanas en las que he sido una completa zorra. Sí. Una zorra.

Me he estado dividiendo secretamente para estar con Kris y Ryan casi al mismo tiempo, aunque quisiera evitarlo no puedo porque no se que mierda le pasa a mi corazón y sentimientos. Me es imposible evitar sentirme como lo hago cuando tengo a alguno de los dos cerca, intenté de todas las maneras posibles alejarme de Ryan, pero fue una tortura insufrible para mí cuando me busco más de veinte veces y lo rechacé, terminé cediendo. Opté por alejarme de Kris, no le respondí los mensajes, cada vez que venía a casa le decían que no estaba hasta que entró nuevamente por la ventana y terminamos follando.

Así que básicamente he estado teniendo una jodida relación de tres, sin ellos saber.

Pensé que lo mejor sería alejarme de los dos y que el problema era yo, pero ambos volvieron a buscarme entonces entendí algo:

«El problema no puedo ser yo, si siempre regresan a mi» Comprendí muchas cosas y terminé mandando todo a la mierda, me gustan esos hombres.

Pero conociéndolos, si se enteran que he estado con los dos al mismo tiempo se van a matar y probablemente luego a mi. Que papá organizara este viaje de unas semanas para acá me tomó por sorpresa, sin embargo, siento que es una buena idea alejarme de esos dos, al menos hasta que descifre por quien siento más o hasta que le ponga punto final a ambos.

Saco mi teléfono del bolsillo cuando vibra por un mensaje.

*Ryan*

—Ven un momento a mi habitación, rubia. Quiero darte algo.

Mis mejillas se encienden y chillo como idiota. «Un regalo de Ryan» ¿Qué podría ser? Conociéndolo... una mascota, me vendría bien un poco de eso ahorita.

Veo por encima los otros mensajes de la morena que no ha dejado de insistir en vernos, pero no soy capaz de responder o siquiera leer.

Todavía estoy cabreada por su manera tan estúpida de dejarse golpear por la pelinegra y eso que a ella si le permití usar armas, sin embargo, no hizo uso de ellas obligándome a matar a su oponente. Conozco a Mel desde los 12 cuando se mudo aquí desde el sur del país, poco a poco nos hicimos buenas amigas y luego descubrí que como todos aquí en esta ciudad, su familia trabaja para mis padres. Eso nos volvió cercanas y al siguiente año de conocernos ya eramos mejores amigas.

«Cuando la conexión es espontánea, no se necesita de años, es solo cuestión de momentos con esa persona» Y así me pasó con ella. Nos hicimos sentir bien.

Luego se fueron añadiendo los demás, a los que, ciertamente les tengo mucho aprecio y se hicieron mis amigos. Cuando por mucho tiempo solo fuimos Kris y yo, dos lobos solitarios. Porque este mundo te hace entender muchas cosas, como por ejemplo, que no puedes confiar en todo el mundo o en su defecto en nadie, debes cuidarte y priorizarte sobre todo. Tienes que hacer las cosas pensando y estudiando todas las posibilidades y consecuencias. Mi padre me enseñó que primero debo analizar mi panorama y luego formar mi estrategia, tener siempre planes aparte del A, B y C.

No solo dejarme llevar por instintos.

Aliso un poco mi cabello con las manos y acomodo mi pijama, ¿por qué siempre tengo que estar en pijamas cuando veo a Ryan? Salgo de mi habitación y de manera sigilosa voy hasta la de Ryan, cuando entro el sonido de la ducha es lo primero que me recibe y el olor a jabón inunda mis fosas nasales.

¿Se está bañando?

Tomo asiento en su cama y termino exasperada cuando tarda más de quince minutos.

Tríada Oscura ©, +21 (Los secretos que nos unen) Tomo IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora