【𝟓𝟎】

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Fred:

Me desperté temprano, sintiendo que no había dormido lo suficiente. La ansiedad por la cena con los padres de Alice me había mantenido despierto durante gran parte de la noche. Me levanté de la cama y me dirigí a la cocina, donde encontré a George preparando el desayuno.

— ¡Expecto Patronum! —Exclamó George al verme entrar en la cocina.— Lo siento, Freddie, por un momento pensé que un dementor había ingresado en casa.

Me reí.

George siempre tiene que hacer una broma, no importa la hora del día.

— No molestes, George. Solo necesito un café para despertarme.

George se rió y continuó preparando el desayuno.

— Llegué a pensar de que no le temias a absolutamente nada, excepto a nuestra madre —Continuó con una sonrisa burlona.— Pero, te he descubierto un temor más.

— George deja de...

Nuestra madre ingresó en la cocina y nos preguntó:

— ¿A qué le teme Fred?

George y yo nos quedamos callados, sin saber qué responder. No queríamos que nuestra madre supiera sobre la cena con los padres de Alice, ya que sabíamos que se entrometería y haría que las cosas se complicaran.

George se apresuró a inventar una excusa:

— Fred tiene el temor de que Alice... se termine enamorando de algún compañero durante su entrenamiento.

Me quedé estupefacto al escuchar tal excusa.

George, ¿cómo se te ocurre algo tan ridículo?

Nuestra madre se acercó a mí y me abrazó.

— Fred, no pensé que tuvieras esa inseguridad, mi pequeño —Me dijo.— No debes tener esos pensamientos, debes estar seguro de ti mismo. Además, Alice no sería capaz de ello, puedo ver que realmente le gustas.

Mientras nuestra madre continuaba hablando, le lancé una mirada asesina a George, quien trataba de retener su risa por la situación.

George, te voy a pagar por esto.

Me reí por dentro, pensando en lo ridículo que era todo. Pero también me sentí un poco aliviado de que nuestra madre no supiera sobre la cena con los padres de Alice. Al menos, por ahora.

[...]

Llegamos a la tienda, George y yo, y encontramos a Eli esperándonos con una sonrisa impaciente en su rostro. Me alegró verla, ya que sabía que su ayuda sería invaluable para elegir el atuendo adecuado para la velada con los padres de Alice.

— Ni se te ocurra decir palabra alguna sobre lo que ocurrió con mamá —Le advertí a George, mientras le lanzaba una mirada severa.—

George sonrió.

— Sí, sí, no te preocupes. Aunque, lo admitas o no, es cierto lo que dije.

— Puede ser que en ocasiones estuve preocupado, pero no en la medida en que lo expresaste.

George se encogió de hombros y se apresuró hacia Eli, quien nos estaba esperando con impaciencia.

— ¿Por qué tardaron demasiado? Estoy aquí de pie, desde hace diez minutos —Se quejó Eli, mientras nos miraba con una ceja levantada.—

𝐒𝐞𝐫𝐞𝐧𝐝𝐢𝐩𝐢𝐭𝐲 (Fred Weasley)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora