En esta historia, nos alejamos de la leyenda del niño que sobrevivió al maleficio asesino y nos enfocamos en Alice Lougthy, una joven y talentosa estudiante de Ravenclaw que promete dejar su huella en Hogwarts desde el principio.
Su llegada a castil...
Esta noche era el baile y no podía evitar sentirme intranquila. Los días previos habían sido una mezcla de emociones: La ilusión de bailar con Fred y la ansiedad por enfrentarme a Cedric, quien me había evitado desde lo sucedido.
Beth y yo habíamos planeado encontrarnos en el salón del baile, donde nos uniríamos a los gemelos. Sin embargo, mi nerviosismo aumentaba al pensar en cruzarme con Cedric.
- ¡Hey! Cambia esa cara. -Dijo Beth, mientras se ajustaba su vestido- Hoy debemos lucir espléndidas en esa pista de baile.
Su comentario me hizo sonreír.
- ¿Vamos a tiempo? -Pregunté, dudando, ya que Beth se había demorado en alistarse.
- Lo bueno tarda en llegar. -Respondió, con una sonrisa pícara.-
Reímos y nos encaminamos hacia el salón, listas para disfrutar de la noche.
Fred:
Junto a George esperábamos a nuestras parejas, que ya se habían retrasado. Comenzaba a sentirme inquieto.
- ¿Si nos dejaron plantados? -Pregunté, nervioso.-
George sonrió confiado.
- A ti puede ser, a mí jamás. -Dijo, con una seguridad.-
Lo miré con una mueca, pero no dije nada. En ese momento, escuchamos una voz femenina.
- George...
Ambos giramos hacia la dirección de la voz y vimos a Eli descendiendo las escaleras, deslumbrante en su vestido de baile.
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Busqué a Alice con la mirada, pero no la encontré. En cambio, vi a Eli acercarse a nosotros y a George completamente embrujado por su presencia.
- Georgie, cierra la boca. -Me burlé, golpeando suavemente su mandíbula.-
- Te ves preciosa, Eli. -Dijo George, hipnotizado.-
- Gracias, George -Respondió Eli, tímida.-
Miré a ambos con desagrado y me burlé.
- Mejor consigan un cuarto.
- Gracias por arruinar el momento. -Dijo Eli, molesta.-
- Y ¿Alice? -Consulté.-
- Estaba hablando con Marcus, el Prefecto, en la entrada. No debe demorar -Explicó.-
Asentí, algo molesto. Volví a dirigir mi mirada a las escaleras y me quedé boquiabierto al ver a Alice descender los escalones. Se veía hermosa y elegante, como una reina.
Su belleza me dejó sin aliento.
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