𝐒𝐞𝐫𝐞𝐧𝐝𝐢𝐩𝐢𝐭𝐲 (Fred Weasley)

【𝟏𝟒】

Alice:

El día de hoy debía ir al salón de Pociones, no porque tuviese clases sino que el Profesor Snape me convocó para que hiciera unas Pociones Multijugos. Según escuché, desaparecieron las que se encontraban guardadas en su almacén.

Al salir de la sala común, me di con la sorpresa de que Fred se encontraba esperándome.

— ¿Hace cuánto estás ahí parado? —Pregunté.—

— Deben ser unos diez o veinte minutos, ¿Capaz? —Dijo restandole importancia.—

— ¿Qué hubiera pasado si yo ya no me encontraba aquí? —Lo miré con una ceja levantada.—

— Eso nunca pasaría, porque yo sé que estabas aquí —Sonrió confianzudo.—

De acuerdo... esto es extraño.

— ¿Y de dónde surge tal confianza? ¿Acaso utilizas algún artefacto mágico para ello? —Lo interrogue.—

— Llegaremos tarde al desayuno —Cambió de tema.— Vamos, los demás nos esperan.

Comenzamos a caminar en dirección al gran comedor.

— Espero tu respuesta, Weasley. ¿Cómo tú y George siempre saben en dónde nos encontramos? —Lo noté nervioso.— No cambies de tema ni digas alguna excusa, tus nervios te delatan —Dije sonriendo.—

— Nada se te pasa, ¿No es así? —Sonrió rendido.—

— Por algo estoy en ravenclaw, pero tengo también aptitudes dignas de un slytherin —Sonreí.—
Así que cuenta, Fred —Insistí.—

— Te diré la verdad, si tú me dices por qué tú y Beth fueron a la torre de astronomía —Me detuve en seco.—

— Fred, ¿Acaso ayer tú y George se dirigían a dónde nos encontrábamos? —No dijo nada, pero su silencio fue una confirmación.— No lo puedo creer. ¿Por qué tanta insistencia en saber dónde estoy? — Pregunté.—

— Porque... te extraño demasiado si no te tengo a mi lado —Dijo queriendo actuar tierno.—

— Buena excusa —Sonreí.— Solo queríamos un momento de chicas —Lo miré.— Puesto que siempre estamos con ustedes —añadí.

Lo siento, Fred...

En cierto punto, no estaba mintiendo porque sí era un momento de chicas, aunque lo que hablamos no estaba relacionado con ello. Pero aún no me encontraba segura de hablar sobre mis visiones con él.

— Pero nosotros también podemos hablar sobre cosas de mujeres —Dijo.— Puedo dar muy buenos consejos —Se le veía orgulloso de sí mismo.—

— Tan buen consejo, ¿Cómo el que le diste a Ron para invitar a chicas al baile? —Me burlé.— Estoy bien así, gracias —Dije sonriendo.—

Llegamos a la entrada del comedor, el ruido de todos hablando nos invadió con apenas poner un pie dentro.

— Fue un buen consejo, admítelo —Dijo Fred.—

— Lo dudo, Fred —Negué.— Buenos días —Le sonreí a nuestro grupo de amigos.—

Al tomar asiento, todos nos saludaron. Comencé a servir mi desayuno, cuando un comentario de Ginny me llamó la atención.

— Esto es igual a los desayunos en la Madriguera, solo que ahora se incorpora Alice —Me sonrió.—

— ¿Solo yo? —Dije confundida.—  ¿Y Beth? —Pregunté.—

— Ella se quedó unos días en las vacaciones —Comentó George.—
Compartió habitación con Ginny —Añadió.—

Miré sorprendida a mi mejor amiga, que nunca me dijo nada al respecto. Esta solo se limitó a sonreír y siguió comiendo.