【𝟓𝟕】

76 8 0
                                    

Elisabeth:

La luz solar que ingresaba por la ventana era como un puñal que se clavaba directamente en mis ojos. Me quejé, mientras tapaba mi rostro con la frazada.

— ¿Quién rayos ha abierto la ventana? —Pregunté, tratando de recordar lo que había sucedido la noche anterior.—

Una voz familiar respondió:

— Yo he sido.

Al principio no había reconocido la voz, pero luego de pensarlo un momento, recordé que era la de Alice. Confundida, abrí mis ojos, y lo primero que vi fue un dosel muy elegante que cubría la cama.

Me senté, y observé mi alrededor. Me encontraba en una habitación que gritaba ser realmente costosa, por todos los muebles y decorados que la rodeaban.

— ¿Cómo he llegado aquí? —Pregunté, tratando de recordar lo que había sucedido la noche anterior.—

Alice se sentó en el borde de la cama.

— Anoche te embriagaste, por lo que, no podíamos dejar que regreses sola a casa, por ello te traje aquí.

Me sentí un poco avergonzada, y me cubrí la cara con las manos.

— ¡Ay Dios! ¿Cuánto he bebido? Para que no recuerde nada —Sentí una repentina jaqueca, y me masajeé las sienes.— Carajo... estoy con resaca.

Alice sonrió.

— Lo suponía, por lo que, hice preparar un desayuno acorde a tu estado —Se puso de pie, y se fue hacia el umbral.— Te espero abajo, sobre la banqueta te dejé un cambio de ropa.

Me sentí un poco aliviada, y me deslicé fuera de la cama. Me dirigí hacia la banqueta, y encontré el cambio de ropa. Me vestí rápidamente, y me dirigí hacia la cocina, donde Alice me esperaba con un delicioso desayuno.

[...]

Alice:

Beth no tardó mucho tiempo en bajar a desayunar. Con una sonrisa cansada, se unió a mí en el comedor principal. Después de guiarla a su asiento, el desayuno fue servido.

— ¿No desayunan juntos? —Preguntó, refiriéndose a mis padres.—

— Lo solemos hacer cuando se encuentran en casa —Respondí.— Pero, mi padre se encuentra trabajando en una misión, y mi madre fue a pasar las fiestas con su familia.

Beth me miró con curiosidad.

— Así que, nuevamente estarás sola, no cambiaron las cosas.

Reí.

— La verdad que no. Pero ya me he acostumbrado, y no me afecta.

Beth sonrió.

— Bueno, pero ahora que tienes la mayoría de edad, eres libre de hacer lo que quieras. Por ello, puedes optar por pasar noche buena junto a mí y mi familia.

Me alegró la idea.

— ¿Estoy siendo invitada? —Beth asintió con la cabeza.— Me encantaría.

— Me alegra escuchar ello, ya no puedes retractarte —Dijo, con tono de amenaza.— También, celebraremos año nuevo.

— Esta bien, me parece un buen plan.

𝐒𝐞𝐫𝐞𝐧𝐝𝐢𝐩𝐢𝐭𝐲 (Fred Weasley)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora