𝐒𝐞𝐫𝐞𝐧𝐝𝐢𝐩𝐢𝐭𝐲 (Fred Weasley)

【𝟒𝟐】

Alice:

Después de varios días desde que compartí mi visión con Beth y borre los recuerdos de Pansy, finalmente recibí respuesta a mis cartas enviadas a Fred. La reacción de Molly no fue positiva al enterarse de que sus hijos habían abandonado Hogwarts en su último año de estudio. Como consecuencia, fueron castigados durante casi dos semanas, confinados en sus habitaciones sin poder salir ni responder su correspondencia. Sin embargo, el enojo de su madre comenzaba a disminuir, permitiéndoles salir de sus habitaciones y enviar cartas. Pronto, los llamaría para explicarles el plan que habíamos ideado con Beth.

— ¡Hey! ¿Me estás escuchando o he estado hablando sola todo este tiempo? —Preguntó Beth, sacándome de mis pensamientos.—

— Disculpa, me quedé absorta en mis pensamientos —Suspiré.—

— ¿En qué tanto piensas? —Preguntó mientras regaba los pequeños acónitos en macetas.—

Había decidido acompañar a Beth en una de sus tareas en el invernadero tres.

— Estoy preocupada —Admití.— Tengo el presentimiento de que mi visión está cerca de suceder y aún no hemos preparado nada para prevenirla.

— ¿No has tenido otra visión para obtener más información? —Consultó.—

— No es tan fácil —Bufé.— No puedo hacerlo a mi antojo.

— ¿Y si utilizas la bola mágica o el té? —Sugirió.—

— No funciona conmigo —La miré.— La profesora Trelawney admitió que soy muy diferente a los demás magos que han tenido esta habilidad.

— ¿A qué te refieres? —Preguntó.—

— Hay muy pocos magos con esta habilidad —Dije en voz baja.— Pero Trelawney dijo que no hay registro de alguien con visiones tan precisas y vividas como las mías. Lo normal es no percatarse de haber tenido una predicción.

— En pocas palabras, eres única en tu tipo —Dijo Beth, con su voz llena de asombro.—

— Si lo quieres poner así, entonces sí —Suspiré, aceptando mi singularidad.— Gracias a la ayuda de Trelawney, había logrado controlar mis visiones, mantenerme estable en momentos de turbulencia.

— ¡Guau! No pensé que fuera tan complicado tener una habilidad así.

— Gracias... supongo —Sonreí a medias, aún procesando la complejidad de mi don.—

En ese instante, la puerta del invernadero se abrió y Neville entró, cargando una bolsa de abono de dragón que apestaba.

— ¿Necesitas ayuda con ello? —Pregunté, observando su lucha por manejar la bolsa.—

— N-no, estoy bien, yo puedo solo —Respondió nervioso.—

Pero pronto, Neville perdió el equilibrio y la bolsa se rasgó, esparciendo su contenido y un olor insoportable.

— ¿Estás bien? —Me acerqué para ayudarlo.—

Al tomarlo del brazo, una visión repentina me asaltó, durando solo segundos, pero revelando una verdad urgente: debíamos hablar con los gemelos.

— ¡Beth! En dos horas, búscame en la torre de astronomía —Dije, apresurándome hacia la salida.—

— Esta bien, pero ¿no piensas ayudar? —Preguntó Beth, señalando el desastre.—

— Es urgente, no puedo tardar —Respondí, escapando rápidamente.—

— ¡Maldita traidora! —Escuché su grito, mientras me alejaba.—