【𝟐】

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El domingo 1 de septiembre había llegado, y con él, la emoción y la nostalgia que acompañaban el inicio de un nuevo año escolar en Hogwarts. La Plataforma 9¾ estaba abarrotada de familias que se despedían, algunas con lágrimas en los ojos, otras con sonrisas y abrazos apretados.

Los más pequeños, que se preparaban para embarcarse en su primer año en el colegio de magia, se aferraban a sus padres, temiendo la separación. Los padres, por su parte, luchaban por contener las lágrimas mientras acariciaban por última vez el cabello de sus hijos antes de dejarlos partir.

Mientras tanto, los alumnos de años avanzados se movían con más confianza, algunos viajando solos, otros reunidos en grupos de amigos. Entre ellos se encontraba una joven de cabellos castaños, una ravenclaw que había crecido y madurado en los pasillos de Hogwarts.

Con la mirada escudriñadora, buscaba a su compañera y mejor amiga entre la multitud.

Alice:

Me encontraba en la plataforma 9¾, veinte minutos antes de la partida del tren. Buscaba a Beth con la mirada, sabiendo que la puntualidad no era su fuerte. De repente, aparecieron los Weasley, junto a un niño de cabellos negros y lentes circulares. Su expresión de asombro me hizo suponer que era su primera vez en la plataforma.

Me aparté de ellos, no quería llamar la atención. Pero entonces, escuché mi nombre.

- ¡Alice! -Gritó una voz familiar.-

Me di la vuelta y vi a la pequeña Weasley, sonriendo emocionada.

- Hola...

- Soy Ginny... Ginny Weasley -Se presentó, con una sonrisa.- Hermana de Fred y George.

Reí por su entusiasmo.

- Un gusto, Ginny. Si recuerdo quién eres -Comenté con una sonrisa.-

Ginny se rió y me dijo que su hermano Ron ingresaría a Hogwarts. La Sra. Weasley nos interrumpió, llamando a su hija.

- ¡Ginny! -Dijo, sonriendo al verme.- Alice querida.

- Buenos días, Sra. Weasley -Saludé, acercándome a ellos.-

- Querida, no me llames señora. Mejor dime Molly -Comentó, riendo.- No me hagas sentir más vieja.

Me reí y asentí.

- De acuerdo, Molly.

Luego, sentí cinco miradas fijas en mí. Los Weasley, incluyendo a Percy, me observaban. Sonreí victoriosa al verlo tan serio. Nuestra rivalidad académica era bien conocida.

- Percy -Saludé, sonriendo.- Buen inicio de clases.

Frunció la mandíbula, molesto, y se fue.

Los demás Weasley me miraban. El niño, parecía fascinado por el escudo de ravenclaw.

- ¿Primera vez que ves a un Ravenclaw? -Pregunté, curiosa.

Asintió.

- ¿Tu nombre? -Pregunté.-

- Harry Potter -Dijo, entusiasta.-

Me sorprendió, pero no quise reaccionar de manera exagerada.

- Fred... George -Saludé a los gemelos.-

Molly nos interrumpió, presentando a Ron. Quién se encontraba nervioso por ser su primer año.

- Tranquilo... sé que suena absurdo -Le dije a Ron.- Pero todas las nuevas etapas nos aterran. Peor es ser cobarde y retractarse sin antes intentarlo.

Molly me miraba enternecida, Ginny parecía admirarme, y los gemelos estaban sorprendidos.

- ¡Alice! -Escuché la voz de Beth, que llegaba corriendo con un gato en brazos.- Hola familia Weasley -Saludó, recuperando el aliento.- Casi llego tarde -Dijo, sonriendo.-

- Me di cuenta -Comenté.-

Nos despedimos de los Weasley, y nos encaminamos hacia al tren. Luego de ingresar, encontramos un compartimiento vacío. Nos adentramos rápidamente, ansiosas por charlar sin interrupciones.

Miré al gato de Beth, que no parecía muy simpático.

- ¿Y este es...? -Pregunté.-

- Ben. Lo adopté hace no más de una semana. -Sonrió, mientras acariciaba al felino.-

Me reí al pensar en la ironía de que mi Patronus fuera un gato manx, a pesar de no ser una gran fanática de los felinos.

Mientras el tren se ponía en marcha, continúe la animada conversación con Beth. Pero nuestra tranquilidad se vio interrumpida por la llegada de dos figuras naranjas: George y Fred Weasley. Su sorpresa al vernos juntos fue palpable, y por un momento, el silencio fue incómodo. Sin embargo, Beth rompió el hielo con su característica alegría.

- ¿Qué coincidencia, no? -Dijo, sonriendo.-

Fred respondió con una sonrisa distraída, mientras George se lanzó a charlar con Beth sobre el gato. Yo me quedé callada, observando el paisaje que pasaba por la ventana.

Pero mi estómago, siempre dispuesto a jugar una mala pasada, rugió justo cuando el silencio se había instalado en el compartimiento. Me sonrojé de vergüenza y me cubrí con la capucha de la capa, intentando dormir.

La llegada de la señora de los dulces me recordó que había dejado mi dinero en el baúl. Suspiré y me acomodé mejor para dormir, pensando que podía aguantar treinta minutos más hasta llegar al castillo.

Pero entonces, sentí un golpecito en la pierna. Levanté la mirada y vi a Fred, que me ofrecía una rana de chocolate. Mi cara era de estupefacción.

- Cinco segundos, no hagas que me arrepienta -Dijo, con media sonrisa.-

Le agradecí y tomé el chocolate. Al abrir la cajita, encontré una tarjeta de Godric Gryffindor.

- ¡Oh! Me tocó Godric Gryffindor -Exclamé, sin pensarlo.-

Fred abrió su rana de chocolate y encontró una tarjeta de Rowena Ravenclaw. Nos reímos por la extraña coincidencia.

- Te la cambio si quieres -Ofreció.-

- No es necesario -Dije, sonriendo.- Me quedaré con Gryffindor.

Fred se encogió de hombros y seguimos viajando en silencio hasta llegar a Hogwarts.

[...]

La noche de bienvenida en Hogwarts había llegado. El gran comedor estaba lleno de estudiantes ansiosos por escuchar el discurso del director y presenciar la selección de casas de los alumnos de primer año. Me senté en la mesa de Ravenclaw, junto mis compañeros de casa, y esperé a que comenzara la ceremonia.

La profesora McGonagall comenzó a llamar a los alumnos de primer año. Cuando escuché el nombre de Draco Malfoy, me incliné hacia adelante, intrigada.

- Con que este niño es el hijo de Lucius -Murmuré para mí misma.-

Seguí observando la ceremonia con interés, aunque no estaba particularmente emocionada. La selección de casas era una tradición anual, y yo ya había pasado por eso hacía años.

Cuando llegó el turno de Harry Potter, la sala se llenó de murmullos y miradas expectantes. Yo, sin embargo, me mantuve impasible. Era solo otro alumno más, después de todo.

Después de la cena, que fue deliciosa, me levanté de la mesa y esperé a Beth en la puerta del comedor. Quería charlar un rato con ella antes de regresar a nuestras respectivas salas comunes. Pero cuando la vi rodeada de sus compañeras de casa, decidí no interrumpir.

- Mañana comienzan las clases -Me recordé a mí misma.- Debo descansar bien, no vaya a estar con mal humor y ojeras.

Con ese pensamiento, me despedí mentalmente de Beth y me dirigí hacia la sala común de ravenclaw. La noche era joven, pero yo estaba lista para dormir. El año escolar estaba a punto de comenzar, y yo estaba lista para enfrentarlo con energía y determinación.

Continuará...

𝐒𝐞𝐫𝐞𝐧𝐝𝐢𝐩𝐢𝐭𝐲 (Fred Weasley)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora