CAPÍTULO 9

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CAPÍTULO 9


Nueva York.

Sebastián Rinaldi:

Recuesto los codos en la baranda del balcón observando desde la terraza hacia el jardín, mientras bebo del vaso de Ron en mi mano. Mantengo la mirada en el mini cooper de Sarah, estacionado junto a la motocicleta de Caín y mi mente viaja al momento en que se lo regale, en su cumpleaños número dieciséis. La cosa parece una maldita caja de zapatos, por lo pequeño que es, pero cuando sus ojos lo vieron brillaron como el jodido sol. Mi hija siempre ha sido así, nunca ha necesitado de lujos para ser feliz, pese a que podría tener el mundo en sus manos con solo pedirlo. Supongo que es una de las tantas cualidades que heredó de su madre.

"—Gracias papá, es todo lo que quería. Eres el mejor, te amo."

Dos golpes en el marco de la puerta me hacen abrir los ojos y parpadear, saliendo de mis pensamientos, haciendo que afloje el agarre en el vaso que sostenía con más fuerza de la que había notado.

—Sigue. —Ordeno haciendo un gesto de mi mano, sin molestarme en voltear.

—¿Me mandaste llamar Rinaldi?

Los pasos de la persona que se acerca, me hace medio voltear sobre mi hombro, percatándome de que no viene solo.

—¿Este quien es?—Pregunto al Sargento que entra acompañado del niño que luce uniforme policial, y camina con andar, despreocupado como si esta fuese su jodida casa, recorriendo la terraza con la mirada.

—El es el agente Benson, es mi aprendiz, no te exasperes. Es joven pero eficaz y sobre todo de confianza.

—Confianza no está en mi vocabulario Rogers. Y lo sabes muy bien.

—Pues debería, ahora somos socios después de todo.—Responde el niño haciendo que me voltee hacia el.

Una sonrisa poco amigable tira de mis labios, mientras lo recorro con la mirada. Tiene el cabello negro al igual que sus ojos y el uniforme que luce, se ve demasiado pulcro. Estrecho los ojos mirándolo con suficiencia y enarcando una ceja desplazo la mirada a su jefe.

—¿No le has enseñado modales al niño? Deberías advertirle que hablar mucho podría costarle la lengua. —Advierto y el chico abre la boca para hablar pero Rogers alza una mano haciendo que se calle. Vuelvo a darles la espalda y bebo otro poco de mi vaso, enfocando la mirada nuevamente en el jardín.

—Rinaldi... hemos...

—Se te esta acabando el tiempo—Lo corto—Han pasado cinco días y no hay rastro de mi hija, ni una jodida pista. Estoy empezando a impacientarme y sabes que eso no le conviene a nadie. —Digo y lo escucho carraspear.

Se que sabe de lo que soy capaz y aunque he movido y desplegado gran parte de mis hombres para encontrar a Sarah, el hecho de hacerlo con cautela para no levantar sospechas de sus captores y empeorar las cosas para ella, no quita que estoy empezando a desesperarme por la falta de resultados. El jodido rastreador fue hackeado y solo marca como último punto de ubicación, cuando Sarah dejó la propiedad, pero nada más; Ni siquiera cuando llegó a la universidad, lo cual me dice que quien la tiene me conoce y sabia del dispositivo de rastreo en el collar.

—Lo se. Hemos revisado cámaras de seguridad, el aeropuerto, carreteras y nada. Lo único que podemos pensar es que, o están muy bien escondidos aquí, o si la sacaron de la ciudad, quien se la llevo, no lo hizo por el aeropuerto, debieron tener un avión privado para hacerlo. —Explica y dejo salir una pesado suspiro.

Mantengo la mirada en la nada mientras repaso las palabras en mi cabeza, a excepción del aeropuerto hay pocos lugares donde puede aterrizar un avión y que yo no este informado. En ocasiones mis hombres transportan algunos de mis cargamentos en avionetas, hasta que los lanzan al mar, donde un bote recoge la carga. No es un mecanismo que implementamos seguido, porque la guardia costera merodea demasiado y no siempre se los puede comprar, en ocasiones toca deshacernos de ellos, lo que tampoco es conveniente ya que por días lanchas y equipos de buceo merodean en la zona buscando a los "desaparecidos ". Así que por lo general solo limitamos esos envíos para cargas más chicas. Lo cual no ha ocurrido en meses, pero eso no quita que las áreas donde se puede aterrizar con facilidad deberían estar vigiladas por mis hombres. Y el hecho de que nadie me haya informado de una posible aeronave merodeando no me gusta. Porque eso significaría que la persona que tiene a Sarah tuvo ayuda de alguien que trabaja para mi.

La Posesión del Ruso ©.Libro #1 "Almas Rebeladas."  [Borrador Para Corregir] +21Donde viven las historias. Descúbrelo ahora