CAPÍTULO 31
Sarah:Me remuevo bajo la acolchonada superficie en la que descanso y parpadeo intentando abrir los ojos por completo. Lo primero que distingo tan pronto me siento en la cama, es el radiante y brillante sol que entra por las ventanas de la habitación, lo cual me dice que es más de medio día; una suave brisa mueve el peso de las cortinas y cuando al fin el aire llega a mi rostro, un escalofrío me recorre la espalda. Bajo los pies de la cama e intento ponerme de pie pero un leve mareo seguido de una punzada en la cabeza me obligan a tomar asiento otra vez.
—¡Maldición!—Murmuro llevándome ambas manos a cada lado de mi cabeza, la cual parece que esta a punto de estallar.
No recuerdo nada de lo que paso, mi mente intenta recordar, pero solo logro ver imágenes en las que estoy sola, paseando por el jardín. Hay una fuente... una casa del árbol y luego el rostro del guardia molesto que me gritaba en ruso palabras que no entendía, mientras señalaba de vuelta el recorrido hacia la casa. Las imágenes son borrosas, pero juraría haber visto un animal salvaje merodeando entre los arbustos.
Vuelvo a recorrer la habitación con la mirada y luego me miro los pies descalzos sobre la alfombra, mis uñas están pintadas de rojo lo cual me hace juntar el ceño y ladear la cabeza.
—Estas despierta.
La voz masculina me hace levantar la mirada hacia el chico que sale desde el interior del baño, con solo una toalla rodeándome la cintura mientras con una mas pequeña, se seca el cabello húmedo que cae desordenado sobre su frente.
Pese al aturdimiento que aun no me deja, no puedo evitar recorrerlo con la mirada. Sus hombros anchos y marcados, ni delgados ni exageradamente musculoso, sus pectorales firmes adornados con algunas gotas de agua que caen de su cabello y le recorren el pecho entintado hacia el abdomen tonificado del cual relucen los cuadros marcados de sus abdominales muy bien trabajados. Al igual que la pronunciada "V" que se pierde bajo el nudo de la toalla que...
—¿Tienes hambre?
Las palabras me sacan de mis divagaciones haciendo que parpadee y levante la mirada a su rostro, encontrándome con una sonrisa burlona tirando de sus labios.
—¿Qué fue lo que pasó? ¿Tuve otra crisis no es así?
—Hablaremos de eso más tarde Freya, debes alimentarte.
—Pero... es que...
—¿Qué tal si tu y yo desayunamos algo primero y luego hablamos todo lo que tu quieras?
Lo observo cuando se aproxima y se acuclilla frente a mi, sus ojos se fijan en los míos como si buscará algo extraño en ellos, y sostengo su mirada mientas extiende una mano y acaricia mi mejilla con sus nudillos.
—Dime... ¿Cómo te sientes?
—Confundida. —Musito aún centrada en sus ojos.
Asiente y una línea fina y recta se forma en sus labios mientras recorre mi rostro con la mirada y esconde un mechón de cabello tras mi oreja.
—Me pondré algo de ropa y traeré el desayuno, mientras tanto tu recuéstate y descansa. ¿Esta bien?
Asiento y no me quejo cuando es el quien sube mis piernas a la cama, me cubro con las mantas y recuesto mi espalda al respaldo de la cama. Sasha se voltea pero tomó su mano deteniéndolo.
—Dime que no he dañado a nadie.
Mi voz es casi un susurro pero es lo suficientemente audible y clara para que el voltee y vuelva a acuclillarse frente a mi. Sus ojos son un mar tormentoso que me mece de un lado al otro como un barco en medio del océano, pero a la vez me llenan de paz.
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La Posesión del Ruso ©.Libro #1 "Almas Rebeladas." [Borrador Para Corregir] +21
Roman d'amour"El puede parecer un dios, pero esta muy lejos de serlo. El no es un santo, tampoco un pecador cualquiera. ¡El... es un sádico!" Sasha ivanov, hijo primogenito del pakhan de la Bratva y futuro heredero del imperio mas sanguinario de Rusia. Desde pe...