CAPÍTULO 35

3.7K 314 82
                                    

CAPÍTULO 35


Sarah:

Volteo la espalda sobre el colchón y fijo la mirada en el techo, mientras entrelazo los dedos de mis manos sobre el abdomen, incapaz de pegar un ojo. El silencio es lo único que invade el frío congelante de la habitación en la que me encuentro. El otro lado de la cama ha permanecido igual de frio y vacío desde hace horas cuando regrese al dormitorio con la esperanza de que Sasha me siguiera y habláramos de lo que paso, pero no la hecho. Y ni si quiera se el porque, pero no me he atrevido a poner un pie fuera del dormitorio.

Desde hace horas cuando mi hermano salió de aquí y aún después de tanto tiempo sin verlo, no me he podido quitar este sentimiento de incertidumbre del pecho. Extraño horriblemente a mi familia, los amo. Amo a papá a mamá y a mis hermanos por sobre todas las cosas, pero Sasha... el también ha sabido meterse en mi corazón y aunque nuestro comienzo no fue el correcto, y aunque no haya justificación para lo que ha hecho, el jamás me ha irrespetado. Mucho menos de la forma en la que mi hermano cree.

Se que piensan que soy una inestable mental y que no soy capaz de tomar mis propias decisiones ya que en ocasiones pierdo el control de mi misma y no tengo la mente del todo clara, pero Sasha jamás me ha hecho sentir asi, nunca me ha tocado, a no ser, que sea yo quien de el primer paso. Nunca se ha propasado ni me ha herido de ninguna forma y sobre todo, nunca me ha subestimado. Me ha permitido ser yo misma sin resaltar constantemente que no soy capas de decidir por mi misma. Mi familia me ama, lo se.
Pero aun asi deben entender que me he enamorado. Y si, se que Sasha se ha equivocado, pero el pasado ya no puede cambiarse. El me rapto, si. Pero también fue la unica persona que no me ha hecho sentir como una loca. Y aunque amo y respeto a mi familia, ellos deberán respetar mi decisión y aceptar a Sasha como el hombre que amo y el cual deseo mantener a mi lado. Porque si lo dañan a el... estarían dañándome a mi.

Suspiro observando el reloj sobre la mesa de noche antes de ponerme de pie y salir de la habitación. Recorro con lentitud los oscuros pasillos de la mansión con dirección a la planta baja, y en cuanto bajo las escaleras observo un instante el desorden en la sala, el cual aún es bastante notorio a excepción de los cuerpos de los guardias que ya no están a la vista. El tigre blanco que descansa sobre sus patas frente a la chimenea donde el fuego casi se extingue, levanta la cabeza para mirarme y parpadeo viendo como ladea la cabeza cuando me observa, y olfatea en mi dirección antes de volver a acomodar la cabeza entre sus patas. Lento e intentando no llamar demasiado la atención del animal que por alguna extraña razón no me ataca ni me gruñe, paso por el borde de la escalera rodeando los restos de una de las mesas que aun esta patas para arriba, mientras me muevo con dirección al despacho, pero las voces al otro lado de la puerta me detienen en mi sitio.

—¡Lo sabia! Sabía que habías sido tu.—Reclama una voz masculina que no reconozco —¿Te das cuenta al menos del desastre que has causado?

—Micky... por favor cálmate.

La voz de la mujer que reconozco como la de la mamá de Sasha, me hacen recostarme más sobre la madera de la puerta. No debería estar escuchando esto, pero es extraño que hayan personas en la casa y a decir verdad, temo que mi padre también este allí dentro. Aunque probablemente el desastre sería otro si fuese el caso.

—¡No! ¡No voy a dejarme convencer esta vez Malyshka! No hay justificación para lo que ha hecho. Nos ha arriesgado a todos, se ha pasado por el culo un acuerdo de paz, que me tomó años conseguir y ahora tendré que mandar al demonio cuando asesine a Sebastián Rinaldi.

Las palabras cargadas de enojo me hacen enderezar la espalda y dar un paso atrás. «¿Asesinar a mi papá?»

«Asesina... acabarás matándolos a todos...»

La Posesión del Ruso ©.Libro #1 "Almas Rebeladas."  [Borrador Para Corregir] +21Donde viven las historias. Descúbrelo ahora