capitulo 42

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Capitulo 42


Sarah:

Froto las palmas de mis manos en la tela de mis pantalones, antes de empuñar las mangas de la sudadera de Sasha que llevo puesta. La fragancia de su perfume logra calmar un poco mis nervios, para no descontrolarme frente a su mamá, que no deja de verme con expresión preocupada de vez en vez, repitiendo que todo saldrá bien y que vendrán a casa pronto. Pero aún así nada logra quitarme los nervios y la sensación de angustia del pecho.

“—¿Cuando te he fallado  tesorina? No me agrada, pero si te hace feliz, traeré su engreído trasero sano y salvo.”

Casi sonreiría al recordar las palabras de papá antes de marcharse junto con el papá de Sasha.

—Estará bien.—me apartó las lágrimas del rostro antes de alzar la mirada y mirar a Kiara del castillo que aprieta levemente mi mano.—Sasha es listo, y tenaz, no podrán con el.

Me sonríe aún con los ojos llorosos y no sé si intenta convencerme a mi o a ella misma, pero agradezco el gesto aferrándome a su mano antes de asentir.

—Lo siento, estoy siendo ridícula. Lo sé, pero es la primera vez que temo por su seguridad, aún esta herido y ni siquiera ha descansado luego de sacarme del lago, temo que…
Las palabras quedan a medias cuando el sonido del motor de un coche me hace alzar las cejas al igual que a la mujer frente a mi, que se pone de pie de un salto, corriendo hacia la ventana.

—¡Carajo!

Maldice y sale corriendo hacia la entrada. Ni siquiera lo pienso cuando corro detrás de ella, pero me detengo en mi sitio cuando veo a Salvatore arrastrar al amigo de Sasha que parece inconsciente mientras mi primo lo sujeta pasando su brazo por encima de sus hombros apresurándose a la casa.

—Hola enana. —Me guiña un ojo y me sonríe como si no cargará con un hombre inconsciente sobre sus hombros. La mamá de Sasha es quien arrastra el sofá para que deje al chico con la pierna sangrando encima y luego da un paso atrás observando consternada la escena con el rostro pálido.

—Dios santo, Lev, cariño… ¿Qué pasó?—Solloza tan pronto Salva deja al chico en el sofá y se acuclilla frente a el, rasgándole la tela del pantalón con una navaja.

—No quiso ir a otro sitio. —Explica mi primo que se quita el cinturón del pantalón y le rodea el muslo por encima de una corbata manchada de sangre, jalando para presionar la herida.

—Sasha…—Murmura la castaña con voz ronca— ¿Dónde está mi hijo?—Se altera la mujer que toca la frente del chico preocupada.

—Vienen detrás, estaban terminando de sacar la basura.

Salvatore se voltea y sale corriendo en dirección a su coche, y no le pierdo rastro mientras observo como vuelve sujetando una enorme mochila que arroja al suelo y de la cual saca un montón de cosas, entre, gasas, agujas y muchos objetos filoso que me hacen dar un paso atrás repentinamente más nerviosa al percatarme de lo que está a punto de hacer.

—Salva… tu no eres doctor…—Musito nerviosa—¿Qué se supone que pretendes hacer? Es…

—No me subestimes primita. ¿Quién crees que se hace cargo de los lobos de mamá cuando llegan heridos?

Si… la tía Aurora ha dedicado gran parte de su vida a criar y rescatar lobos sin manada y canes salvajes; es demasiado cuidadosa con ellos y claramente no se los confía a cualquiera, pero ellos son… es decir, no son personas.

—¡Son lobos!—Le recuerdo—¡esto es muy diferente! El es una persona, no puedes experimentar con el, y si...

—Es esto o nada, enana. No hay más y el chico no quiere un doctor.—Señala al hombre inconsciente.

La Posesión del Ruso ©.Libro #1 "Almas Rebeladas."  [Borrador Para Corregir] +21Donde viven las historias. Descúbrelo ahora