CAPÍTULO 7

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CAPÍTULO 7


Sarah:

Bebo un poco de agua de la botella y le doy una mirada rápida al chico sentado en el sofá frente a mi, que parece demasiado interesado observándome comer. Desplazo mis ojos hacia el teléfono en su mano, el cual mueve de aquí para haya, jugueteando con el y vuelvo la mirada a mi plato, intentando apresurarme para terminar con los restos de mi pasta a la boloñesa. Ni siquiera quiero preguntarme como sabe que este es mi platillo favorito. Aunque pensándolo mejor, supongo que simplemente asumió que siendo italiana, la pasta era una comida que no rechazaría.

Mientras mastico mis alimentos, no pueden evitar lanzar miradas disimuladas al Ruso que ha permanecido en silencio desde nuestra pequeño altercado.

"En los ojos de un diablo como yo, tu infierno es el hogar perfecto para demonios como los míos."

Sus palabras se repiten una y otra vez en mi mente, mientras lo observo. Debo admitir que pese a la circunstancias no puedo negar su atractivo. Su cabello rubio ceniza cae desordenado a un lado de su frente, sus ojos son de un azul tan intenso que en ocasiones se oscurecen tanto que parecen negros, tiene la mandíbula bien marcada lo cual le da ese toque varonil y delicado a la vez.

Siempre luce traje negro con corbata, pero desde el último botón ajustado de esta, puedo ver la tinta de los tatuajes que sobresalen en su garganta y cuello al igual que los de sus manos, en forma de números romanos, ha excepción de dos cruces invertidas una en cada dedo medio. Paso saliva mientras recorro su cuerpo con la mirada, sus músculos son marcados y se ajustan a la tela de la camisa negra que lleva puesta, siempre va de negro y lo único que resalta de su oscuro atuendo es el dorado de la hebilla de su cinturón que brilla en su cadera, sigo el recorrido de la corbata, hasta que vuelvo mis ojos a su rostro fijándome en sus labios, donde poco a poco una leve sonrisa de lado comienza a formarse. Y es entonces en que me fijo en sus ojos y noto que están fijos en mi.

Aparto rápido la mirada apenada, sintiendo el calor en mis mejillas, cuando presiento que me ha atrapado observándolo. Carraspeo y dejo los cubiertos sobre el plato enderezando la espalda mientras me limpio los labios con la servilleta.

—Bien. Me he alimentado y he cambiado mi ropa, como querias.—Digo y me recorre con lentitud con la mirada.

Debo verme ridícula con pantalones jogging de hombre y una de sus camisetas, pero francamente eso es lo de menos en este momento. Solo quiero hablar con mi familia.

—Soy un hombre de palabra Sarah. —Se pone de pie acariciándose la barbilla, mientras avanza hacia la cama donde permanezco sentada. Se acuclilla frente a mi y le sostengo la mirada, cuando aparta la bandeja con el plato vacío a un lado. No me quita los ojos de encima ni un segundo y su escrutinio debo admitir que es intimidante. La forma en la que siempre me observa, me recuerdan a la mirada de un Halcón.

—Recuerda esto pequeña Freya, yo siempre cumplo mi palabra—Pone en mi mano el teléfono y cuando intento tomarlo, sus dedos rodean los míos que se aferran al aparato, temiendo que me lo quite —No olvides lo que te dije, nadie me quita lo mío Sarah.

La advertencia me hace pasar saliva, mientras me fijo en lo oscuro de sus pupilas y asiento lento. Sonríe y con suavidad, su mano suelta la mía, pero sus dedos recorren hasta la punta de los míos, y luego al final se aparta.

Toma asiento nuevamente en el sofá frente a mi y me hace un gesto con el mentón, indicándome que prosiga con lo mio. Resignada a que no va a darme la privacidad que pensaba, suspiro y marco el número de mi casa.

La línea suena solo dos veces y casi quisiera que nadie responda cuando escucho la voz de la persona que lo hace.

—¿Hola?

La Posesión del Ruso ©.Libro #1 "Almas Rebeladas."  [Borrador Para Corregir] +21Donde viven las historias. Descúbrelo ahora