Capitulo 37
Sebastián Rinaldi:
Fijo los ojos en la pequeña figura temblorosa de mi hija, la cual se aferra al ruso que sale del hielo quitándose la soga de la rededor de la cintura.
Mientras los observo mis pies se mueven solos hacia ellos, en tanto aprieto la culata del arma en mi mano conteniendo el deseo de volarle los sesos al maldito niño que sostiene a Sarah en brazos. Admito que el maldito tiene huevos. Ni siquiera dudo un instante en lanzarse tras ella, pero eso no cambia el que haya secuestrado a mi hija. Porque no. No me trago el cuento que le dieron a Caín, de que el la rescato. Y viendo ahora como la sostiene, si en algún momento lo dude ya no.
Avanzo hacia ellos ignorando todo y a todos, acercándome a mi hija que permanece con el rostro hundido en el cuello de la pequeña mierda Rusa, que levanta la mirada y me observa serio. Y está vez no hay rastro de la arrogancia de hace rato, en cambio cuando mira a Sarah que tiembla simplemente ajusta su agarre sobre ella mirándola con preocupación.
—Sarah... tesorina...
La llamo y mueve la cabeza como si estuviera mareada, tomo su mentón entre mis dedos girando su rostro hacia mi y el alma me vuelve al cuerpo cuando hago contacto con su piel. Creí que jamás volvería a verla. Mi niña...
Busco sus ojos pero no me mira, solo tiembla acurrucada entre los brazos de Sasha Ivanov, incluso cuando giro su mentón otra vez y observo sus ojos iguales a los míos.
«Vacíos.»
No habla, y como temía, pese a que está despierta está gravitando en su propio mundo; intento tomarla de los brazos del chico que la sostiene, pero en cambio, y pese a que todo su cuerpo tiembla de frío, se aferra a el nuevamente, con mas fuerza escondiendo la cabeza en su cuello. Cómo si el fuese su jodido refugio del mundo.
Enderezó la espalda y acaricio su cabeza antes de suspirar. La mano con la que sostengo la pistola tiembla y afirmo mi agarre en el arma conteniéndome para no matar a nadie. «Aún »
—Bene... Tesorina. —Murmuro y pese a que no quiero, su reacción y el que esté en medio de un episodio me hacen dar un paso atrás.
Mi ceño se junta observando al chico que pese a que me mira no lo hace con burla ni arrogancia, en cambio baja la mirada a Sarah haciendo que alce el mentón, encuadrando la espalda al percatarme de la forma en la que la mira.
No hay maldad, no hay malicia. Solo...
—Puedes matarme si es lo que quieres. Pero primero voy a asegurarme que no sufra una hipotermia. —Señala en dirección a su casa y estrecho la mirada observándolo aún con desconfianza.
El maldito niño es un experto manipulador y mentiroso, ha engañado a su propio padre y a mi. Y eso ya es mucho decir. Pero en algo no se equivoca, Sarah necesita atención y calentarse de inmediato o podría tornarse agresiva o descontrolarse.
Aprieto los dientes fijando mis ojos en el, detallando las heridas que tiene en el pecho y en un brazo, las cuales no fueron impedimento para que se lanzara al hielo en busca de mi hija. Aún así... no confío en el, pero pese a que deseo matarlo, cuando bajo la mirada a mi hija que tiembla con el rostro hundido en su cuello, no puedo pensar en nada más que no sea en su madre, aferrada a mi años atrás, tal y como Sarah lo hace hoy con Ivanov. Así que con esa imagen en mi mente, me obligo por el bien de mi Sarah a ceder y hacerme a un lado. « Por el momento.»
—No te hagas ilusiones—le aclaro cuando pasa a mi lado-mi hija se va conmigo y si tengo que matarte, morirás. Pero no la voy a dejar. Y si de verdad te importa, no vas a interferir.
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La Posesión del Ruso ©.Libro #1 "Almas Rebeladas." [Borrador Para Corregir] +21
Lãng mạn"El puede parecer un dios, pero esta muy lejos de serlo. El no es un santo, tampoco un pecador cualquiera. ¡El... es un sádico!" Sasha ivanov, hijo primogenito del pakhan de la Bratva y futuro heredero del imperio mas sanguinario de Rusia. Desde pe...