El hermano menor

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Prólogo: Bucky y se conocen cuando él y Sam comienzan a ir a un hospital a ver a los niños enfermos, y de ahí se empiezan a hacer cercanos.

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mernesarbillaga
Advertencia: Aquí la rayis tiene un hermano menor de 5 años. TFATWS Bucky.

Bucky y Sam habían comenzado a recaudar fondos, y con ello compraron juguetes para llevar a un hospital de niños enfermos y repartirlos ellos mismos, y así también poder pasar tiempo con ellos.

El Sargento mientras repartía llegó a la habitación de un niño pequeño que estaba en una camilla, y quien era un gran fan suyo lo cual le tomó por sorpresa, pero de todas formas se quedó con él un rato, hasta que más tarde llegaste tú y te presentaste como su hermana mayor y su tutora legal.

Luego de un rato charlando Bucky se fue, y él y Sam decidieron que sería una  buena idea seguir yendo al menos una o dos veces en la semana para estar con los niños y distraerlos un rato.

Durante esos meses Bucky y tú habían comenzado a acercarse más ya que pasaba la mayor parte del día en la habitación de tu hermano, y a pesar de que el Sargento insistiera en que no le atraías de forma romántica si no que tenías algo (no sabía qué) pero que le atrapaba y lo confundía, Sam ya se había dado cuenta de lo que le pasaba a pesar de que el otro se lo negara.

Un día Bucky llegó al hospital junto con Sam, y el Sargento te vio llorando en la sala de espera algo alejada de las habitaciones.

–¿Muñeca qué pasa? ¿Estás bien? ¿Tú hermano está bien?–Te preguntó preocupado apresurándose a tu lado para sentarse junto a ti dejando una mano en tu espalda.

–Bucky... hola...–Le saludaste con la voz algo débil limpiando tus lágrimas y sentándote derecha.

–¿Qué pasó? ¿Por qué lloras?–Te preguntó preocupado sacando un pañuelo de papel de su bolsillo y te lo entregó.

Bajaste la vista hacia tus manos donde sujetabas el trozo papel tratando de recuperar la compostura, por lo que inhalaste profundamente evitando volver a llorar mientras Bucky pasaba su mano por tú espalda.

–Mi hermano no está bien, Bucky... el... los doctores dijeron que el tratamiento no está funcionando y... aquí ya no pueden hacer nada, tengo que llevármelo a otro lugar donde puedan darle un mejor tratamiento, si no... si no él...–Le dijiste mientras tu voz comenzaba a temblar al final y no pudiste seguir hablando.

Soltaste un sollozo y Bucky suspiró pesadamente, antes de acercarte para abrazarte dejando su barbilla sobre tu cabeza y acariciando tu espalda mientras trataba de mantener la compostura.

–Va a estar bien muñeca, todo va a estar bien...–Te dijo con voz suave mientras llorabas en sus brazos.

Después de aquel día y de visitar un rato a tu hermano, Bucky decidió ir al día siguiente a verlos a ambos para saber qué tal estabas y cómo seguía tu hermano, sin embargo una enfermera le dijo que se habían ido durante la noche. Le explicó que habías tenido que irte después de encontrar otro hospital donde pudieran darle un mejor tratamiento pero que no podía darle más información.

Bucky por supuesto entendía por qué te fuiste, aunque de todas formas le apenaba no tener tu número o poder contactarte de alguna forma para saber cómo estabas y cómo seguía tu hermano.

ONCE MESES DESPUÉS...

Bucky iba trotando por un parque, cuando de pronto te vio jugando con un perrito que se notaba tenía solo un par de meses en el césped.

Se detuvo y tragó saliva nervioso antes de acercarse algo inseguro jugando con sus manos hasta llegar a tu lado.

–¿T-T/N?–Preguntó acercándose poco a poco.

Al oír tu nombre te voltraste, y una sonrisa se formó en tu rostro al verlo ahí.

–¡Bucky! ¡Que sorpresa! Ha pasado tanto tiempo.–Le saludaste con una sonrisa acercándote para abrazarlo.

–Si... bastante...–Dijo con una pequeña risita aliviado abrazándote de vuelta, y luego ambos se sentaron en una banca cercana mientras el perrito seguía jugando.–¿C-cómo estás? ¿Cómo... cómo está tu hermano?

El Sargento estaba algo inseguro ya que durante todo el tiempo en que no te había visto, no había podido evitar imaginar los peores escenarios posibles, a pesar de no quererlo.

–Está bien... recorrimos varios estados del país hasta que encontramos un doctor que hizo hasta lo imposible por ayudarlo, y se recuperó al cien por ciento.–Le dijiste con una gran sonrisa.

–Eso es increíble... me alegro mucho por ustedes, enserio. Temía que algo malo hubiese pasado.–Dijo soltando un suspiro aliviado con una sonrisa.

–Las cosas han ido bien últimamente, conseguí un nuevo trabajo donde gano más, nos vamos a mudar a una casa más grande y adoptamos este perrito.–Le dijiste con una sonrisa cuando el perro saltó en la banca para olfatear a Bucky.

–Así veo... me alegro mucho por ustedes.–Dijo el soldado soltando una risita y acariciando a tu mascota.

–¡T/N mira!–Escucharon la voz de tu hermano que se acercó a ti llevando una pequeña flor en su mano.–¡Para ti!

–¡Oh graci—

–¡SARGENTO BARNES!–Te interrumpió al notar a Bucky antes de correr hacia él para darle un fuerte abrazo, haciéndoles reír.–¡No puedo creer que estás aquí! ¡Pensé que no te iba a ver más!

–Es un gusto verte también, no sabes lo mucho que los extrañé.–Le dijo con una sonrisa levantando la vista hacia ti provocando una sonrisita tímida y que tus mejillas se sonrojaran ligeramente mientras jugabas con la flor.–¿Cómo estás?

–¡Muy bien! ¡Ya no estoy enfermo! ¿Ahora puedo salvar al mundo contigo y el señor Capitán América?–Le preguntó alejándose para verlo con un brillo en sus ojos.

–¿Por qué mejor no esperamos a que crezcas un poco y luego vemos qué tal?–Le dijo con una risita desordenando su cabello.

–¡Okey! ¿Quieres almorzar con nosotros?

–Oh no quiero molestar—

–No es molestia, hace tiempo no te vemos.–Le dijiste con una sonrisa mientras el perrito estaba en tu regazo.

–Okey, bien... no tengo nada que hacer así que me quedo con ustedes.–Les dijo viéndote con una sonrisa.

–¡Siii!–Exclamó tu hermano haciéndoles reír a ambos.

Tu hermano se fue corriendo con su perrito siguiéndole detrás, y Bucky y tú se pusieron de pie.

–¿Nos vamos?–Le preguntaste acomodando tu bolsa en tu hombro.

–Claro, pero antes... ¿me... me darías tu número? Ya sabes... por si desapareces de nuevo y no tengo cómo contactarte.–Te dijo con una sonrisa entregándote su teléfono.

–No hay problema...–Reíste ligeramente ingresando tu número.

Una vez terminaste le entregaste el teléfono de vuelta, y Bucky sonrió viendo tu nombre en la pantalla antes de guardarlo.

–¡¿Vienen o no?!–Les preguntó tu hermano desde un poco más allá en el parque.

–¡Si! ¡Ya vamos!–Le dijiste soltando una risita.

Bucky rio con ligereza y te ofreció su brazo, por lo que lo entrelazaste con el tuyo y ambos comenzaron a caminar donde tu hermano para ir a almorzar.

Bucky Barnes OneShots IIIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora