Charlas nocturnas

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Prólogo: Bucky no puede dormir, y al parecer su bebé tampoco, por lo que va a verla y se queda conversando con ella.

Word count: 777

Ale100805
Advertencia: Aquí Bucky y la rayis tienen una bebé de 1 año.

Bucky no podía dormir.

Tu estabas a su lado dándole la espalda completamente arropada con las frazadas durmiendo tranquila, mientras el soldado estaba recostado en su espalda viendo hacia el techo y jugando con sus manos sobre su abdomen.

En un momento frunció el ceño al oír con su audición mejorada a su bebé despertar y moverse en su cuna en la otra habitación, captando su atención.

Bucky se levantó de la cama para salir de la habitación juntando la puerta de la suya, y fue hacia donde estaba su bebé.

–Veo que alguien me ganó.–Dijo con una sonrisa al llegar y ver a Alpine sentada viendo a su bebé.

La gatita levantó la vista hacia Bucky donde solo maulló, y se acurrucó en la cuna mientras el Sargento tomaba a su bebé en sus brazos.

–¿Y tu qué haces despierta mini muñeca? ¿Mm?–Le preguntó con una sonrisa sentándose en un pequeño sofá en la habitación dejándola en su pecho descubierto donde comenzó a jugar con sus medallas alrededor de su cuello.–No hueles mal así que no hay que cambiar tu pañal, tampoco estás llorando para que te den comida... solo se te quitó el sueño, ¿verdad?

Su hija hizo un pequeño sonido provocando que el soldado riera y dejó un beso en su mejilla, mientras ella dejaba sus manos en el rostro de su papá.

–Si... yo tampoco tengo sueño, pero tu mamá si, así que no hay que despertarla, ¿Okey? Ella siempre cuida de nosotros dos y se merece dormir, ¿verdad?–Le dijo con voz suave y baja riendo ligeramente mientras ella pasaba sus manos por las mejillas del soldado.

El Sargento la acomodó en su brazo derecho recostada, mientras ella tomaba su mano izquierda y llevaba sus dedos a su boca para jugar enrollando sus pequeñas piernas en su brazo mientras sus manos sostenían la del soldado.

–¿Te cuento un secreto? Antes de conocer a tu mamá jamás me habría imaginado teniendo nada de esto. Una hermosa hija, una maravillosa esposa, una casa, una gatita, una vida normal.–Le dijo con una sonrisa mientras su hija le observaba jugando con su mano.–Antes de conocer a tu mamá me sentía tan perdido y solo, pero ahora ustedes son quienes me guían cuando estoy mal, y son mi motivación para estar bien.

Su hija soltó una pequeña risita haciendo al soldado reír, mientras que Alpine se levantó al escucharla y bajó de la cuna para ir donde Bucky estaba, y se subió encima de él para recostarse sobre la bebé.

Bucky sonrió y su hija se quedó tranquila al sentir a Alpine encima suyo, sin dejar de jugar con la mano del soldado.

–Te prometo que siempre te voy a cuidar mini muñeca, también te voy a enseñar a pelear por ti misma, aunque creo que tu tía Nat ya está planeando sus clases para ti.–Le dijo con una sonrisa viéndola cerrar sus ojos.–Te prometo que nunca te va a faltar nada, y no importa el qué, siempre voy a estar aquí para ti y tu mamá.

Bucky tomó con cuidado a su hija en sus brazos con Alpine aún encima de ella, ambas durmiendo y las llevó a su cuna donde la gatita se acurrucó a su lado, y el Sargento las tapó con su manta.

Su hija tomó su dedo meñique de su mano derecha estando dormida, y Bucky se le quedó viendo con una sonrisa por unos momentos.

De pronto sintió dos brazos alrededor suyo, y al voltearse te vio acurrucada detrás de él con tu mejilla en su espalda.

–¿Qué haces aquí? ¿Por qué no me despertaste?–Murmuraste algo dormida y aún con los ojos cerrados.

–No fue necesario, solo se despertó porque no tenía sueño pero ya se durmió otra vez.–Te dijo con una sonrisa dejando su mano izquierda sobre las tuyas.

Bucky dejó un beso en la cabeza de su bebé y acarició la de Alpine, antes de voltearse hacia ti para tomarte en sus brazos sujetando tus piernas alrededor de su cintura, y fue hacia su habitación donde se recostó en la cama contigo encima suyo y los cubrió a ambos con las mantas.

–Duerme tranquila muñeca.–Te susurró  jugando con tu cabello y besando tu frente.

–Teamo...–Murmuraste media dormida haciéndole reír con ligereza.

–Yo también te amo muñeca.–Te dijo con una sonrisa abrazándote aún más fuerte y cerrando los ojos.

Bucky Barnes OneShots IIIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora