En busca de respuestas

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En un rincón apartado de la ciudad, Anya estaba revisando una vieja caja fuerte en un pequeño consultorio médico. Sus manos temblaban mientras manipulaba la combinación, recordando la secuencia exacta que había visto a sus padres usar tantas veces. Finalmente, la puerta se abrió, revelando una considerable suma de dinero.

"Lo siento, mamá y papá," murmuró Anya, llenando su mochila apresuradamente. "Tengo que hacerlo."

"¡Alto! Ese dinero es del hospital, ¡detente!" decía el Dr. Müller.

Sin saber exactamente en quién confiar, decidí huir, no importaba si el doctor la había visto. Ahora, con el dinero en mano, estaba decidida a encontrar mí propio camino en Italia. No imaginaba la preocupación y desesperación que mis padres estaban viviendo en ese mismo momento.

El Dr. Müller intentó detenerme, pero ya había salido corriendo del consultorio, con la mochila llena de dinero. Las calles estaban desiertas y oscuras, pero mí determinación me mantenía en movimiento. Sabía que cada segundo contaba.

En el aeropuerto, logré comprar un boleto de última hora a Italia. El dinero robado me permitió evadir las preguntas incómodas y las miradas sospechosas. Subí al avión con el corazón latiendo a mil por hora, preguntándome si alguna vez volvería a ver a mís padres.

Durante el vuelo, traté de tranquilizarse, mirando por la ventana y perdiéndome en míss pensamientos. Pero la inquietud no me dejaba en paz. ¿Había tomado la decisión correcta? ¿Qué le diría a mís padres cuando todo esto terminara?

Al llegar a Italia, Me sentí abrumada por la magnitud de la ciudad. Sin un plan claro, busqué un lugar seguro para pasar la noche. Al alojarme en un pequeño hostal, esperando encontrar orientación al día siguiente.

"Sé que los estoy decepcionando pero... Ya no les daré tantos problemas" decía en lo más profundo de mís pensamientos

Llamé a Kay, al final de cuentas él podía consolarme, no importa si es por teléfono, estába desesperada y más al saber que no estába bien lo que hice

Después de registrarme en el hostal, saqué mi teléfono y busqué el número de Kay. Con manos temblorosas, marqué el número y esperé ansiosamente a que contestara.

"¿Hola?" dijo la voz de Kay al otro lado de la línea.

"Kay, soy yo, Anya," dije con voz entrecortada, luchando por contener las lágrimas.

"Oh, Anya, ¿qué sucede? Suena como si estuvieras llorando. ¿Estás bien?" preguntó Kay, preocupado.

"No, Kay, no estoy bien," sollocé. "He cometido un gran error. Robé dinero del hospital y me escapé a Italia. No sé qué hacer. Estoy asustada y no puedo dejar de pensar en mis padres."

Hubo un momento de silencio al otro lado de la línea antes de que Kay respondiera con calma: "Anya, lo siento mucho. Debes estar pasando por un momento difícil. Pero sabes que siempre estaré aquí para ti. ¿Dónde estás ahora mismo?"

"Estoy en un hostal en Italia," respondí, limpiándome las lágrimas. "No tengo un plan y estoy perdida."

"No te preocupes, Anya. Voy a encontrarte," dijo Kay con determinación. "Necesitas calmarte y tomar las cosas con calma. ¿Por qué no te quedas en el hostal por ahora? Te encontraré lo antes posible."

"Gracias, Kay. Eres el mejor amigo que podría pedir," dije con gratitud, sintiéndome un poco más tranquila.

"Lo sé," bromeó Kay, tratando de animarme. "Te veo pronto, ¿de acuerdo?"

"De acuerdo," respondí, sintiendo un poco de esperanza por primera vez desde que había huido.

Después de colgar, me senté en la cama del hostal, sintiéndome un poco más tranquila. Sabía que aún tenía muchos problemas por delante, pero al menos ahora tenía a Kay a mi lado.

Entendido, aquí está la continuación teniendo en cuenta que Kay está en Ostania:

Después de hablar con Kay y sentirme un poco más tranquila, decidí seguir su consejo y quedarme en el hostal por el momento. Mientras esperaba a que Kay llegara a Italia, traté de tranquilizarme y pensar en cómo enfrentar la situación.

Mis pensamientos estaban llenos de preocupación por mis padres, la responsabilidad de cuidar de mi bebé y la incertidumbre sobre qué hacer a continuación. Pero tener a Kay a mi lado me dio un poco de esperanza.

Finalmente, después de un par de horas, recibí una llamada de Kay. "Anya, estoy en camino a Italia. Estoy tomando el primer vuelo disponible. ¿Estás bien?"

"Así es, estoy bien, Kay. Gracias por venir," respondí con alivio.

"No hay problema. Vamos a resolver esto juntos," dijo Kay con determinación.

Después de colgar, me sentí un poco más tranquila. Sabía que Kay estaría a mi lado para apoyarme en todo momento.

Mientras tanto, en Ostania, Kay estaba lleno de ansiedad mientras esperaba su vuelo a Italia. Estaba preocupado por Anya y deseaba estar a su lado lo antes posible para ayudarla a enfrentar lo que fuera que estuviera pasando.

Finalmente, después de un largo vuelo, Kay llegó a Italia y se dirigió directamente al hostal donde me alojaba. Con el corazón latiendo con fuerza, golpeó la puerta de su habitación y esperó nerviosamente a que abriera.

Cuando abrí la puerta, vi a Kay parado frente a mí, mís ojos se llenaron de lágrimas. "Kay, gracias por venir," dije, abrazándolo con fuerza.

"No podía dejarte sola en esta situación, Anya. Estoy aquí para apoyarte en todo lo que necesites," dijo Kay, devolviendo el abrazo con cariño.

Mientras tanto, Loid y Yor seguían buscando incansablemente. Cada día que pasaba, su desesperación aumentaba. Hablaban con la policía, repartían carteles de búsqueda y recorrían las calles, pero parecía que Anya se había desvanecido.

Una noche, mientras caminaban por un barrio particularmente peligroso, encontraron a una joven que les dio una pista crucial. Había visto a una niña que coincidía con la descripción de Anya, pero no estaba segura de dónde se encontraba ahora.

"Sé que los estoy decepcionando pero... Ya no les daré tantos problemas" decía sin parar de llorar "Damián... Ojalá me hubieras engañado con alguien más para poder odiarte... Tal vez así me duela menos"

Ahí fue dónde dieron al hostal dónde se encuentra aquella pelirosa, al verla simplemente observaron la mirada de ella estába sin rumbo, el brillo de sus ojos se había apagado, sólo caían lágrimas de sus ojos, al recibir el abrazo de Loid y quedarse dormida, él no pudo evitar verla como aquella niña pequeña,  a la cual adoptó y educó hasta ahora

Volverás a AmarmeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora