La vida en Italia

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Becky intentó llamarme, pero al no obtener respuesta, se sintió perdida. Posteriormente, la llamé y le dije que no se preocupara, que estaba en otro lugar por mi bienestar. No le mencioné nada sobre mi embarazo ni sobre la beca en Italia, ni tampoco le conté que había escapado de mi casa, decidida irme antes de tiempo y desaparecer.

"¿Dónde estás?", preguntó Becky con preocupación en su voz.

"Estoy bien, Becky. Solo necesito un tiempo para mí", respondí con calma, tratando de tranquilizarla.

"Pero ¿por qué te fuiste sin decir nada? Me tenías muy preocupada", insistió ella.

"Lo siento mucho. Era algo que tenía que hacer. Necesitaba espacio para pensar y tomar decisiones importantes", expliqué, sin entrar en detalles.

"¿Decisiones? ¿Qué tipo de decisiones?", preguntó, tratando de entender.

Suspiré, sabiendo que no podía seguir ocultando la verdad. "Becky, no voy a volver a Ostania", confesé finalmente.

"¿Qué? ¿Por qué?", exclamó ella, sorprendida.

"No puedo regresar, no después de lo que pasó con Damián. Él cree que lo engañé con su hermano Demetrius", dije con voz temblorosa.

"¿Qué? ¿Por qué pensaría eso?", preguntó Becky, confundida.

"Damián nos vio a Demetrius y a mí abrazados. Yo estaba muy afectada por una noticia personal y él malinterpretó la situación", expliqué, evitando mencionar el embarazo.

"¡Oh, Dios mío! ¿Y qué pasó después?", preguntó Becky, preocupada.

"La situación se salió de control. La discusión fue tan intensa que Damián colapsó por el estrés. Ahora está en coma", revelé, sintiendo un nudo en la garganta.

"¡Eso es terrible! ¿Por qué no me dijiste antes?", preguntó Becky, su voz llena de angustia.

"No sabía cómo decírtelo. Todo ha sido tan abrumador", respondí, intentando mantener la compostura.

"Entiendo, pero no estás sola en esto. Estoy aquí para ayudarte en lo que necesites", dijo Becky con determinación.

"Gracias, Becky. Significa mucho para mí", respondí, sintiéndome aliviada por su apoyo.

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**Flashback**

Era un día lluvioso en Edén cuando Anya y Damián se encontraron por primera vez. Tenían apenas seis años, pero desde entonces, sus vidas habían estado entrelazadas de formas complejas y, a menudo, dolorosas.

A lo largo de los años, Anya y Damián se vieron envueltos en una danza constante de amor, desconfianza y orgullo. Damián, con su naturaleza orgullosa, a menudo sospechaba de las intenciones de Anya, mientras que ella, en su afán por protegerlo y evitar conflictos, le ocultaba verdades cruciales.

**Universidad de Edén**

Una tarde, bajo la sombra de los majestuosos robles del campus, Anya y Damián paseaban tomados de la mano. La brisa fresca hacía ondear los cabellos de Anya mientras miraba a Damián con una mezcla de amor y preocupación.

"¿Por qué no viniste a la fiesta anoche?", preguntó Damián, su tono teñido de una leve acusación.

Anya sonrió, aunque sabía que su sonrisa no alcanzaría sus ojos. "Tenía que estudiar para el examen de química. Ya sabes cómo me cuesta esa materia", mintió, recordando que en realidad había pasado la noche consolando a Noah, quien había tenido una crisis emocional.

Damián suspiró y asintió, aunque en sus ojos había un destello de duda. "Siempre te escondes detrás de los libros, Anya. A veces pienso que hay algo más que no me estás diciendo".

La culpa mordió el corazón de Anya, pero se obligó a mantener la fachada. "Te prometo que no hay nada, Damián. Solo quiero asegurarme de que ambos tengamos un buen futuro".

**Otra tarde, en la biblioteca**

Damián se acercó a Anya mientras ella revisaba unos apuntes. "¿Qué pasó con la llamada de ayer? Dijiste que estarías en casa, pero cuando llamé, Noah contestó y dijo que habías salido".

Anya se tensó, su mente trabajando rápidamente para encontrar una excusa. "Noah debe haberse confundido. Solo fui a comprar unos libros y volví enseguida", respondió, evitando mencionar que había ido a visitar a sus padres adoptivos, quienes estaban pasando por una crisis matrimonial.

Damián la miró fijamente, buscando algún indicio de verdad en sus palabras. "Espero que me estés diciendo la verdad, Anya. No puedo soportar más mentiras".

Anya sintió cómo su corazón se rompía un poco más cada vez que le mentía, pero sabía que la verdad podría destruirlos. "Lo siento, Damián. No quería preocuparte".

**dEn el aula de filosofía, años después**

Anya y Damián estaban sentados juntos, escuchando al profesor disertar sobre las teorías del existencialismo. Durante una pausa, Damián susurró: "He oído rumores de que pasas mucho tiempo con Demetrius. ¿Es cierto?"

Anya sintió un escalofrío recorrer su espalda. Sabía que cualquier respuesta podría ser malinterpretada. "Demetrius y yo solo somos amigos. Nos vemos a veces para estudiar, nada más", dijo, omitiendo que Demetrius la había estado ayudando a buscar información sobre su familia biológica.

Damián asintió lentamente, pero el destello de celos en sus ojos no desapareció. "Espero que sea así, Anya. No podría soportar perderte".

Anya le apretó la mano, sintiendo el peso de sus mentiras. "Nunca te haría daño, Damián. Te lo prometo".

Anya sabía que las mentiras se acumulaban, cada una erosionando la confianza de Damián un poco más. Aunque nunca le había sido infiel, el constante encubrimiento de verdades y medias verdades había creado un abismo entre ellos, uno que quizás nunca podrían superar.

Ella sabia que de algún modo u otro, Damián se enteraria de su embarazo; imaginando aquella escena

"por favor Miénteme, así como lo has hecho antes, sólo quiero salir de está agonía"

"Yo también estuve en está situación, cargando algo en mí vientre, pero... Siempre creíste algo que no era"

Al volver de su realidad y darse cuenta de las cosas, decidió decirle a su madre que quería quedarse en Italia, ya la habían aceptado en aquella Universidad y aunque estuviera embarazada no era impedimento, pues tenía la opción de tener profesores en casa, su madre aceptó pero su padre, Loid se quedó en Ostania junto con Noah

Volverás a AmarmeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora