Razones ocultas

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Después de esa noche inquietante, decidí mantener las amenazas en secreto para no preocupar a Becky ni a mi hijo. Sabía que tenía que manejar esto solo, con la ayuda de Alessandra y sus contactos.

Continué trabajando con Alessandra para intentar descubrir quién estaba detrás de las amenazas. Nos encontramos en un café discreto en el centro de Roma para discutir los últimos avances.

"Demetrius, hemos identificado algunos posibles sospechosos," dijo Alessandra mientras revisaba los documentos. "Parece que están relacionados con un grupo criminal que opera tanto en Italia como en tu país. Podrían estar intentando usar esta situación para manipularte."

"¿Por qué a mí?", pregunté, frustrado. "Solo quiero estar con mi hijo y protegerlo."

"Es posible que vean una oportunidad para ejercer control sobre alguien en una posición vulnerable," explicó Alessandra. "Pero no te preocupes, estamos trabajando para desmantelar su red."

Mientras avanzábamos en nuestra investigación, las amenazas se volvieron más sutiles pero igual de inquietantes. Un día, recibí un correo electrónico anónimo con una foto de mi hijo en su camino al colegio, acompañado de un mensaje: "Estamos vigilando."

Sentí un escalofrío recorrer mi espalda. Sabía que no podía seguir permitiendo que estas personas me controlaran. Decidí hablar con Alessandra sobre un plan más agresivo para descubrir y detener a los responsables.

"Alessandra, no puedo seguir viviendo así," dije durante nuestra siguiente reunión. "Necesitamos hacer algo más drástico. ¿Hay alguna manera de infiltrarnos en su red y obtener más información?"

"Es arriesgado, Demetrius, pero entiendo tu desesperación," respondió Alessandra. "Tengo un contacto que podría ayudarnos a infiltrarnos. Sin embargo, debes estar preparado para enfrentar las consecuencias y los peligros que esto implica."

"Estoy dispuesto a hacerlo," afirmé. "No puedo seguir viviendo con miedo. Necesito resolver esto para poder regresar con mi hijo."

Durante las siguientes semanas, trabajamos en un plan detallado para infiltrarnos en la red criminal. Con la ayuda del contacto de Alessandra, logramos obtener información crucial sobre sus operaciones y sus líderes. Sin embargo, cuanto más nos acercábamos a descubrir la verdad, más peligrosas se volvían las amenazas.

Una noche, mientras caminaba de regreso a mi apartamento, recibí una llamada de un número desconocido. Contesté con cautela, y una voz distorsionada habló del otro lado.

"Demetrius, sabemos lo que estás haciendo. Si no te detienes, tu hijo pagará el precio."

El miedo y la rabia se mezclaron dentro de mí. Sabía que no podía detenerme, pero también sabía que tenía que actuar con aún más cautela. Informé a Alessandra de la llamada y decidimos acelerar nuestro plan.

Finalmente, después de semanas de preparación, logramos recopilar suficiente información para que la policía italiana pudiera intervenir y desmantelar gran parte de la red criminal. Aunque sabíamos que no todos los miembros habían sido capturados, el golpe fue significativo.

Esa noche, llamé a Becky para escuchar la voz de mi hijo. Mantuve la conversación lo más normal posible, ocultando el alivio que sentía por el reciente avance.

"Hola, Becky. ¿Cómo están ustedes?" pregunté, tratando de sonar relajado.

"Estamos bien, Demetrius. Nuestro hijo está emocionado porque pronto será su cumpleaños," respondió Becky con una sonrisa en la voz.

"Me alegra escucharlo. Dale un abrazo de mi parte y dile que lo extraño," dije, con la voz quebrada.

"Lo haré. ¿Estás bien, Demetrius?" preguntó Becky, detectando algo en mi tono.

"Sí, solo un poco cansado. Pero todo está bien. Cuídense mucho," respondí antes de colgar.

Sabía que aún había mucho por hacer y que las amenazas podrían no haber terminado por completo. Sin embargo, este avance me dio la esperanza de que pronto podría reunirme con mi hijo y, finalmente, enfrentar mis sentimientos por Anya y la compleja situación con mi hermano Damián. Estaba decidido a luchar por la vida y el amor que realmente quería, sin importar las dificultades que enfrentara en el camino.

Después de colgar la llamada con Becky, me di cuenta de que mi hijo era demasiado pequeño para comprender por qué su padre estaba ausente. Esto hacía que la situación fuera aún más dolorosa para Becky, quien tenía que enfrentar la crianza sola mientras yo lidiaba con estos problemas en Italia.

Una noche, mientras revisaba los últimos avances en nuestra investigación con Alessandra, recibí otra llamada de Becky. Esta vez, su voz sonaba aún más preocupada.

"Demetrius, tenemos que hablar. Es sobre nuestro hijo," comenzó Becky, con un tono de urgencia.

"Claro, Becky. ¿Qué sucede?" pregunté, sintiendo un nudo en el estómago.

"Él está empezando a dar sus primeros pasos y decir sus primeras palabras, y tú no estás aquí para verlo," dijo Becky, su voz temblando ligeramente. "Sé que has dicho que estás lidiando con algo importante, pero necesito entender por qué no puedes estar con nosotros. ¿Qué clase de problemas son tan graves?"

Sentí la presión de su pregunta y la necesidad de protegerlos a ambos. "Becky, créeme que quiero estar allí. Estoy involucrado en una investigación muy delicada que podría ponerlos en peligro si revelo más detalles. No puedo decirte todo, pero por favor, confía en mí. Estoy haciendo todo lo posible para resolver esto y regresar."

"Es difícil, Demetrius," replicó Becky, su frustración evidente. "Me siento como si estuviera criando a nuestro hijo sola. Necesito saber que estás haciendo todo lo posible para volver."

"Lo estoy, Becky. Te prometo que estoy haciendo todo lo posible. Solo necesito un poco más de tiempo," respondí, tratando de mantener la calma.

"Espero que lo resuelvas pronto. Nuestro hijo merece tener a su padre presente," dijo Becky antes de colgar.

Después de la llamada, me sentí más decidido que nunca a resolver esta situación. La idea de perder momentos cruciales en la vida de mi hijo me llenaba de angustia, y sabía que debía intensificar mis esfuerzos para acabar con las amenazas y poder regresar a casa.

Al día siguiente, me reuní con Alessandra y le conté sobre mi conversación con Becky. "No puedo seguir así, Alessandra. Necesito resolver esto rápido para estar con mi familia."

"Lo entiendo, Demetrius," dijo Alessandra con empatía. "Vamos a intensificar nuestra investigación. Tengo algunos nuevos contactos que podrían ayudarnos a acelerar el proceso."

Durante las semanas siguientes, trabajamos sin descanso. Cada día parecía acercarnos más a desmantelar la red de amenazas que me mantenía cautivo en Italia. Finalmente, logramos identificar a los líderes del grupo criminal y coordinar una operación con las autoridades italianas para capturarlos.

La noche de la operación, sentí una mezcla de esperanza y ansiedad. Sabía que el éxito de esta misión podría significar el fin de las amenazas y la posibilidad de regresar con mi familia. Alessandra y yo observamos desde una distancia segura mientras la policía arrestaba a los sospechosos.

Cuando todo terminó, Alessandra me miró con una sonrisa de alivio. "Lo logramos, Demetrius. Esto debería poner fin a las amenazas."

"Gracias, Alessandra. No podría haberlo hecho sin tu ayuda," respondí, sintiendo una inmensa gratitud.

Esa noche, llamé a Becky con una renovada sensación de esperanza. "Becky, creo que finalmente hemos resuelto el problema. Pronto podré regresar a casa."

"Eso es un gran alivio, Demetrius," dijo Becky, su voz llena de emoción. "Nuestro hijo te necesita, y yo también. No veo la hora de verte."

"Yo tampoco. Te prometo que estaré allí lo antes posible," respondí con determinación.

Aunque sabía que aún podrían surgir complicaciones, la esperanza de reunirme con mi hijo y estar presente en su vida me daba la fuerza para seguir adelante. Estaba decidido a aprovechar cada momento y reconstruir mi relación con mi familia, enfrentando los desafíos del pasado y del futuro con valentía

Volverás a AmarmeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora