Capitulo 7

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(Comenten, no tienen dedos o q😡)


















































Juliette Delancey

La tragedia apenas estaba comenzando, ahora mismo me encontraba en la oficina de la directora, estaba sola, llevaba mínimo 10 minutos sentada en esta incómoda silla pues ni la directora ni Emma aparecían.

No puedo creer en lo que me terminé metiendo, jamás creí que yo estaría en algo como servicio comunitario o alguna de esas basuras.

Mis padres van a matarme, y peor aún. Seré la burla de mi hermano el resto del año.

Más porque el tuvo que traerme ropa nueva gracias a que la mía parecía océano.

De repente la puerta se abrió con brusquedad, al girarme me encontré con la mirada de desagrado de Emma.

No me quedé atrás y la miré de la misma forma.

— ¿porque abres la puerta de esa forma? ¿Acaso tus padres no te educaron?— pregunté.

— Que te importa— contestó antes de cerrarla, de nuevo, con más brusquedad que antes.

Ya veo.

— Bien... eso responde a muchas cosas.

— ¿y la directora?— preguntó aún desde la puerta.

— ¿y tus modales?— contesté.

Saqué mi celular con el único propósito de ignorar a Emma, no merecía tener mi atención.

Note que Emma se sentó al lado mío, al instante sentí su mirada en mi rostro.

En mi rostro y cuerpo.

— Ya no eres Dory— habló.

— mm-mhmm, ¿y ahora qué soy?— gire mi rostro hacia ella.

— La misma Juliette insoportable, mimada, grosera, mal criada y enfadosa de siempre.

— y tú eres una agresiva loca compulsiva que le gusta estrellar a sus victimas contra los casilleros y ahorcarlos hasta dejarles marcas en el cuello— conteste — por siento, casi me matas— entrecerré los ojos.

— Bueno tú no te quedas atrás, eres una malcriada que va por la vida incriminando a estudiantes de robar exámenes— giró completamente su torso hacia mí, de nuevo por centésima vez en el día estaba molesta conmigo — puedo jurar que de seguro fue el imbecil de tu novio el que robó los exámenes— me señalo con su dedo.

— No fue john.

— Si y yo soy tonta.

— Lo eres.

Emma frunció ligeramente su ceño, después se atrevió a mirarme de pies a cabeza con descaro.

— Okay, enana.

La miré con incredulidad.

— habló la chica más alta del mundo— exclamé con sarcasmo—la torre eiffel te queda chica— contesté.

— Si... ¿pero sabes quién me queda más chica?— sonrió con burla, no esperó a que contestara su pregunta — Tu.

Rode los ojos.

— Solo eres 10 centímetros más alta que yo, cierra la boca.

— 10 centímetros es mucho Juliette, ¿acaso no sabes matemáticas?

— Con tacones te rebaso.

— Me rebasas el hombro.

Escuchamos como alguien habría la puerta de la oficina, al girarnos nos encontramos con la mirada sonriente de la directora.

 Un romance del odio Donde viven las historias. Descúbrelo ahora