Capitulo 25

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Juliette Delancey

Era de mañana, Camila me había llevado a caminar a uno de los parques de queens, según ella para "despejar la mente".

— Aun no entiendo porque estoy aquí— dije, caminando al lado de ella.

— Porque ocupas levantar la mente, sacarla de ese hoyo feo en el que se metió— Comenzó a saltar, la miré con rareza — ¿Qué? Estoy calentando.

— Pareces rana.

Me miró con cariño.

— Como extrañé tus comentarios.

Rodé los ojos.

Vi como se sentó en el piso, comenzando a estirar las piernas.

— Camila, vamos a caminar no a correr en un maratón, levántate.

Me miró desde el suelo.

— ¿Que tal si se presta la ocasión y me da un calambre?

Alce los hombros, miré al rededor sin nada que decir.

Camila se levantó del suelo, ladeó la cabeza mientras me veía.

— ¿Qué?— fruncí el ceño.

— y... ¿ayer como te fue? Jamás me lo dijiste.

— horrible— conteste — Estaba con Marcus y de repente estaba en la casa de Emma junto con sus amigos y... la idiota de Zoey, fue horrible, no vuelvo para allá.

— Si hubiera estado ahí, créeme que Zoey se habría quedado con la palabra en la boca, maldita perra.

— Si, es una perra— hice un gesto de disgusto — Aún no se como fui su amiga tanto tiempo.

— Tan tranquila que se ve— Murmuró — pero bueno, las más tranquilas son las más locas — me jaló del brazo— vamos a caminar, no vale la pena pensar en esa pendeja, mejor. Pensemos en lo que pasará mañana en la noche.

La miré con irritación.

— Por décima vez, Camila. No iré a un bar gay.

— Si irás— Sonrió.

— No.

— Entonces vamos a la fiesta, pero ahí no podrás besarte a una chica— me miró — Al menos que no te importe que todo el mundo sepa que te mueres por las vaginas.

— No me... no me muero por una vagina— murmure con pena — Y ya cállate— la miré.

— Claro que sí, por la vagina de Emma— se burló.

— No me hagas golpearte, camila.

— ¿O por los dedos?— fruncí el ceño— La verdad no te veo cara de activa.

Cerré los ojos con cansancio.

— Ni siquiera se que significan esas cosas.

— Si quieres te explico.

— No gracias.

— Si vas a ser parte de la comunidad lgbt tienes que saber esas cosas.

— No digas eso— murmure — Suena tan... raro.

— No te queda lo homofobica después de imaginarte besando los labios de Emma.

— No estoy siendo homofobica— aclare — Y no me imagine besando los labios de ella.

— Tu misma me lo dijiste— entrecerró los ojos, después sonrió — ¿o te referías a los de abajo?

— ¡Camila ya!— crucé los brazos molesta, ella por otro lado solo reía.

 Un romance del odio Donde viven las historias. Descúbrelo ahora