Capitulo 34

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(Comenten mis mierditas, los amo😍)






































Emma Soreen

¡hoy hay fiesta!— exclamó Dunny, entrando a mi cuarto junto con Marcus.

— No es fiesta, es una maldita gala— Exclamé, frustrada — ¿No me veré mal si me voy en traje?— pregunté, mirándome por quinta vez en el espejo.

— No, Emma— Contestó Gianna desde la cama — Te ves bien.

— Pero tengo un top— me giré hacia ella — me veo muy informal.

— Te ves formal y sexy, cállate.

Examine el vestuario de Gianna, Ella llevaba un vestido negro brilloso pegado. Claro que ella no se preocupaba, se veía formal.

Dunny y Marcus por otro lado llevaban traje formal. El de Marcus era beige y el de Dunny verde.

Y yo... un top con un saco y pantalón de traje.

La más informal de todas.

— Te vez bien, Emma— Dijo Marcus, sentándose en la cama — Aparte no hay de qué preocuparse, de igual forma no hay nadie a quien impresionar.

— Claro que si, está Juliette.

Alzó la ceja.

— ¿y te importa la opinión de Juliette sobre tu vestimenta?

— Pues si— Dije, obvia — Ella me invitó y me dejó muy en claro que era un evento formal, no puedo irme como vagabunda.

— Emma, deja el drama. Vas perfecta— intervino Dunny.

— Ajá, aparte el top con traje en mujeres se ve increíblemente hermoso y ardiente. Relájate un poco.

— ¿Pero y si Juliette no lo ve así? ¿Si cree que me fui como vagabundo y me ignora durante toda la fiesta?

— Ay, adiós— exclamó Gianna mientras se levantaba de la cama, se dirigió hacia la puerta — Iré por agua.

Salió y cerró la puerta del cuarto, solté un suspiro pesado. Escuchando como sus tacones resonaban por el pasillo.

— Mira— Marcus se acercó a mí, me tomó de los hombros — Es imposible que Juliette le disguste algo que hagas.

— ¿Por qué?

— Porque eres su... amiga— sonrió — Podrías irte como vagabunda y para ella aún así te seguirías viendo bien.

Solté un suspiro pesado, asentí lentamente.

— Bueno.

—Ahora ponte los tacones y vámonos, ya vamos 20 minutos tarde.

Rodé los ojos y le hice caso, me senté en la cama, tome los tacones y me los puse. No eran tan altos, le agregaban mínimo 4 centímetros más a mi altura.

Al estar lista bajé por los escalones, Gianna, Dunny y Marcus esperaban en la sala.

— Finalmente— Hablo Gianna — ¿Nos iremos en el carro de tu mamá?— asentí.

— Si— me dirigí al rincón de las llaves, tome las del carro — Vámonos— Me dirigí a la puerta.

— ¿Segura que no quieres irte en el mío?— Preguntó Marcus, detrás mía.

 Un romance del odio Donde viven las historias. Descúbrelo ahora