Juliette DelanceyDescendí las escaleras de la casa de Camila, buscando algo de desayuno. Al llegar a la mesa, vi a Camila de espaldas, ocupada en la cocina preparando huevos estrellados.
— ¿Podrías ayudarme con algo? —preguntó sin voltearse.
— No —respondí — Es demasiado temprano para eso.
— Solo corta las fresas —pidió, girando hacia mí con una sonrisa mientras dejaba una tabla frente a mí en la mesa.
— ¿Y qué ganaré yo? —pregunté, levantando una ceja.
— Una fresa —contestó, tomando una de la mesa, dándole un mordisco antes de volver a su tarea en la estufa.
Suspiré, tomé el cuchillo y comencé a cortar las fresas, sin muchas ganas. Estaba en la segunda cuando el timbre sonó. Miré hacia la puerta, pero decidí ignorarlo.
El timbre volvió a sonar. Camila, al notar el ruido, giró su rostro hacia mí, esperando que hiciera algo.
— ¿No vas a abrir? —preguntó Camila, mirando hacia la puerta.
Negué con la cabeza.
— No es mi casa —respondí encogiendo los hombros.
Camila soltó un gruñido de fastidio, apagó la estufa y se dirigió hacia la puerta. Pasaron unos segundos hasta que escuché su voz llamándome.
— ¡Juliette! —gritó.
Fruncí el ceño y, levantándome de la silla, me dirigí hacia allí. Al llegar, vi a mi madre en la entrada. Me acerqué a ellas con la mirada fija en mi madre, quien me observaba atentamente.
Cruce los brazos, esperando que el silencio dijera lo que no quería expresar.
— Juliette..
— ¿Qué haces tú aquí?— Interrumpí, ella soltó un fuerte suspiro.
— Vine a hablar contigo—contestó, negué al instante.
— No hay nada de que hablar, Camila cierra la puerta.
— ¿Vas a cerrarle la puerta a tu madre en la cara?
— No— Sonreí— será Camila quien lo haga.
— Será rápido, hija—Prosiguió— Solo unos minutos.
Solté un fuerte suspiro, miré a Camila y luego a mi madre. Finalmente asentí con resignación.
— Está bien, tres minutos —respondí. Caminé hacia la puerta y pasé de Camila, ella la cerró cuando ambas estábamos afuera. Dándonos privacidad.
Miré a mi madre, con expresión seria.
— Habla.
— El viernes es la gala de los Delancey, haremos las recaudaciones y todo ese tipo de cosas, es importante que estés ahí para nosotros. Eres una Delancey y...
— ¿Y quieren que vaya con una gran sonrisa a fingir qué todo está bien en la familia?
Ella negó.
— Queremos que vayas porque eres nuestra hija, es nuestro evento. Será en nuestra casa como en todos los años, no hay nada de diferencia.
— Si hay una diferencia, la diferencia es que ya ni siquiera vivo en esa casa, no tenemos comunicación, ni siquiera con Archie— fruncí el ceño— Es estúpido que esté yo ahí.