Capítulo 11: Juegos Peligrosos

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Kaithyn despertó al día siguiente con renovada determinación. Su encuentro con Bengy había añadido una nueva dimensión a su plan, y estaba decidida a aprovechar cualquier oportunidad que se le presentara para acercarse más a Jeireth y descubrir sus secretos.

En la escuela, Kaithyn mantuvo su papel de estudiante dedicada, ayudando a Jeireth con sus estudios. Aunque seguía siendo cortante y sarcástica en sus interacciones con él, notó que su presencia constante estaba empezando a desarmar poco a poco la arrogancia del chico.

Después de clases, Jeireth y Kaithyn se dirigieron nuevamente a la casa de los White para continuar con sus sesiones de estudio. Bengy estaba en la sala cuando llegaron, y su mirada se iluminó al ver a Kaithyn.

—Hola, Kaithyn —dijo Bengy, sonriendo—. ¿Lista para otra sesión de estudio intensa?

Kaithyn le devolvió la sonrisa. —Así es, Bengy. Pero creo que hoy Jeireth está más preparado.

Jeireth resopló, claramente incómodo con la atención de su hermano hacia Kaithyn. —Vamos, Kaithyn. Tenemos mucho que repasar.

Mientras se sentaban a estudiar, Kaithyn notó que Jeireth estaba más enfocado. Tal vez la presencia de su hermano lo motivaba a esforzarse más. Aprovechó la oportunidad para entablar una conversación más amigable, buscando ganar su confianza.

—¿Te has dado cuenta de que tus calificaciones han mejorado esta semana? —dijo Kaithyn, revisando las notas de Jeireth.

Jeireth asintió, con una mueca de satisfacción. —Sí, gracias a ti. Aunque no lo admitiría frente a todos.

Kaithyn sonrió. —Bueno, es un buen comienzo. Pero aún hay mucho trabajo por hacer.

La tarde transcurrió sin incidentes, y al terminar la sesión, Kaithyn se levantó para irse. Bengy, que había estado observando desde la distancia, se acercó.

—¿Te gustaría quedarte a cenar? —preguntó Bengy—. Sería genial que te quedaras un rato más.

Kaithyn dudó por un momento, pero luego decidió aceptar. —Me encantaría, Bengy. Gracias por la invitación.

Jeireth la miró, sorprendido pero sin objetar. Mientras se dirigían al comedor, Kaithyn notó que los padres de Jeireth también estaban presentes y parecían contentos de verla.

La cena transcurrió en un ambiente amigable, y Kaithyn aprovechó para observar más de cerca la dinámica familiar de los White. Notó que, a pesar de su actitud arrogante, Jeireth parecía respetar mucho a su familia, especialmente a su hermano mayor.

Después de la cena, mientras ayudaba a limpiar la mesa, Kaithyn se acercó a Bengy.

—Gracias por invitarme. Fue una cena agradable —dijo Kaithyn, sonriendo.

Bengy la miró con interés. —Es un placer tenerte aquí. Espero que puedas venir más seguido.

Kaithyn asintió, pensando en cómo podía usar esta relación para su ventaja. —Me encantaría. Nos vemos mañana, Bengy.

Al salir de la casa de los White, Jeireth la acompañó hasta la puerta. Antes de que pudiera decir algo, Jeireth habló.

—Hiciste un buen trabajo hoy, Kaithyn. Gracias por quedarte a cenar —dijo Jeireth, con una sinceridad que la sorprendió.

Kaithyn sonrió, tratando de no mostrar su sorpresa. —De nada, Jeireth. Nos vemos mañana para otra sesión de estudio.

Mientras Kaithyn caminaba hacia su casa, la brisa nocturna le despejaba la mente. No podía evitar reflexionar sobre la cena en casa de los White. La familia había sido encantadora y acogedora, y, para su sorpresa, Jeireth se había comportado mejor de lo que esperaba. Por un momento, dudó sobre su plan de venganza. ¿Estaba realmente dispuesta a arruinar a alguien que parecía estar cambiando para bien?

Sin embargo, Kaithyn sacudió la cabeza, evadiendo esos pensamientos. No podía permitirse ser débil ahora. Recordó los rumores que habían circulado sobre ella, la humillación y la angustia que había sentido. Necesitaba mantener su enfoque en el objetivo.

Al llegar a su casa, Kaithyn subió a su habitación y sacó su diario. Necesitaba desahogar sus pensamientos antes de que estos la distrajeran de su plan.

**Querido diario,** 
*Hoy fue una noche extraña. La cena en casa de los White fue agradable, y me di cuenta de que su familia es realmente encantadora. Incluso Jeireth mostró un lado más humano. Por un momento, dudé de mi venganza. Pero no puedo olvidar cómo me hizo sentir con esos rumores. Debo mantenerme firme y seguir adelante con mi plan. Él no merece mi compasión, no después de todo lo que ha hecho.*

Cerró su diario con determinación. Tenía que seguir adelante. La próxima fase de su plan era crucial: ganarse aún más la confianza de Jeireth y acercarse lo suficiente como para descubrir algo que pudiera usar en su contra. Sabía que esto requeriría tiempo y paciencia, pero estaba dispuesta a hacerlo.

La mañana siguiente, Kaithyn se levantó temprano, lista para enfrentar un nuevo día. En la escuela, continuó con su estrategia, mostrando su mejor cara y ayudando a Jeireth con sus estudios. Los amigos de Jeireth empezaban a notar el cambio en él, y eso le daba a Kaithyn una ventaja.

Al final del día, Jeireth la esperaba de nuevo para llevarla a casa. Durante el trayecto, Kaithyn notó que Jeireth parecía más relajado en su presencia. Quizás su plan estaba funcionando mejor de lo que esperaba.

—¿Sabes, Kaithyn? —dijo Jeireth, rompiendo el silencio—. No esperaba que fueras tan buena ayudándome. Gracias por todo.

Kaithyn sonrió, aunque por dentro sentía una mezcla de emociones. —De nada, Jeireth. Solo trato de hacer lo mejor que puedo.

Cuando llegaron a la casa de Kaithyn, ella se bajó del auto y se despidió de Jeireth. Mientras lo veía alejarse, una vez más sus dudas se hicieron presentes. Pero esta vez, las enterró profundamente. No podía permitirse dudar ahora.

Esa noche, Kaithyn revisó sus notas y planificó sus próximos pasos. Sabía que, para que su venganza tuviera éxito, necesitaba mantener su fachada y seguir acercándose a Jeireth. Solo así podría descubrir los secretos que tanto ansiaba exponer.

Con renovada determinación, Kaithyn se preparó para el día siguiente, lista para enfrentar cualquier desafío. Sabía que estaba jugando un juego peligroso, pero estaba dispuesta a arriesgarlo todo para obtener su venganza.

"Lo voy a hacer ," pensó una vez más, aferrándose a la convicción de que estaba haciendo lo correcto.

2 Corazones en conflictoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora