Capítulo 20: Reflexiones Inesperadas

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Kaithyn se despertó con entusiasmo, preparada para enfrentar un nuevo día. Se vistió rápidamente, desayunó y salió de casa con una sonrisa. El cielo estaba despejado y el sol brillaba, reflejando su estado de ánimo positivo.

Al llegar a la escuela, Kaithyn se dirigió a su casillero, esperando encontrarse con Jeireth en algún momento del día. Sin embargo, al entrar a su primera clase, notó que él no estaba. Su asiento vacío la dejó con una sensación extraña.

Durante el almuerzo, Kaithyn se reunió con sus amigos, esperando que alguno de ellos supiera algo sobre la ausencia de Jeireth.

—¿Alguien ha visto a Jeireth hoy? —preguntó Kaithyn, tratando de sonar casual.

Michael levantó la vista de su sándwich. —Escuché que está enfermo. Creo que tiene gripe o algo así.

Kaithyn sintió una punzada de preocupación. —Oh, espero que se mejore pronto.

Lily la miró con curiosidad. —¿Te preocupa, Kaithyn?

Kaithyn se encogió de hombros, tratando de disimular. —Bueno, es mi estudiante. Necesita mantenerse al día con las clases.

El resto del día pasó lentamente. Sin Jeireth, Kaithyn se sintió más distraída y abrumada. Las clases parecían eternas y no podía concentrarse en nada. Su mente estaba llena de pensamientos sobre él. Se preguntaba si estaba bien, si necesitaba algo, y por qué se preocupaba tanto.

Al final del día, mientras esperaba el autobús para regresar a casa, Kaithyn se sentó sola en un banco, reflexionando sobre sus sentimientos. Se preguntó a sí misma si lo que sentía por Jeireth era más que una simple preocupación académica.

"¿Me gusta Jeireth?" pensó, sintiéndose abrumada por la idea. "¿Cómo es posible? Hemos pasado de odiarnos a llevarnos bien... pero, ¿gustar de él?"

El autobús llegó y Kaithyn subió, sintiéndose más confundida que nunca. Al llegar a casa, se encerró en su habitación, intentando hacer sus tareas, pero su mente seguía divagando.

Más tarde, decidió enviarle un mensaje a Jeireth para saber cómo estaba. Después de todo, se preocupaba por él, aunque no quisiera admitir lo que realmente significaba esa preocupación.

"Hola, Jeireth. Escuché que estás enfermo. ¿Cómo te sientes? Espero que te mejores pronto."

No esperaba una respuesta inmediata, pero al poco rato, su teléfono vibró con un mensaje de Jeireth.

"Hola, Kaithyn. Sí, estoy con gripe, pero estoy mejorando. Gracias por preguntar."

Kaithyn sonrió, sintiendo un alivio inmediato. "De nada. Descansa mucho y si necesitas algo, házmelo saber."

La respuesta de Jeireth llegó rápidamente. "Lo haré. Gracias, Kaithyn. Nos vemos pronto."

Kaithyn dejó su teléfono y se recostó en su cama, mirando el techo. Se dio cuenta de que sus sentimientos por Jeireth estaban cambiando y no podía ignorarlo más. Era una mezcla de emociones que nunca había experimentado antes.

Esa noche, mientras intentaba conciliar el sueño, Kaithyn aceptó la verdad: Jeireth le importaba más de lo que había admitido. Y aunque el camino hacia entender estos nuevos sentimientos sería complicado, estaba lista para enfrentarlo.


Kaithyn se quedó despierta por un tiempo, intentando procesar sus sentimientos. La preocupación por Jeireth no era solo académica, y admitir eso era un gran paso para ella.

Al día siguiente, Kaithyn se levantó con la determinación de seguir adelante con su día a pesar de la confusión en su corazón. Al llegar a la escuela, se encontró con sus amigos Michael, Lily y Loran en la entrada.

—¿Qué tal está Jeireth? —preguntó Lily, mirando a Kaithyn con curiosidad.

—Dijo que está mejorando —respondió Kaithyn, tratando de sonar despreocupada.

Michael se rió. —Parece que te importa mucho.

Kaithyn se sonrojó ligeramente, pero mantuvo su compostura. —Es mi estudiante. Quiero asegurarme de que no se quede atrás.

El día transcurrió con normalidad, aunque Kaithyn seguía sintiendo la ausencia de Jeireth. Sus pensamientos se desviaban constantemente hacia él, preguntándose cómo se sentía y cuándo regresaría.

Al llegar a casa, Kaithyn decidió concentrarse en sus tareas para distraerse. Sin embargo, cada vez que intentaba enfocarse, su mente volvía a Jeireth. Finalmente, decidió hacer algo al respecto.

"Si no puedo dejar de pensar en él, tal vez debería hacer algo productivo," pensó, sacando su teléfono.

Decidió enviarle un mensaje para ver cómo estaba y, de paso, enviarle los apuntes de las clases que se había perdido. Después de todo, eso era lo correcto como su tutora.

"Hola, Jeireth. Espero que estés mejorando. Aquí tienes los apuntes de las clases de hoy para que no te quedes atrás. Si necesitas ayuda con algo, solo dímelo."

Jeireth respondió rápidamente. "Gracias, Kaithyn. Aprecio mucho tu ayuda. Estoy empezando a sentirme mejor, pero todavía no estoy al 100%. Espero estar de vuelta pronto."

Kaithyn sonrió, sintiéndose aliviada. "Tómate tu tiempo para recuperarte. Nos vemos pronto."

Más tarde, mientras cenaba con su familia, su madre la observó con una sonrisa.

—Pareces distraída, Kaithyn. ¿Algo en particular en tu mente? —preguntó su madre.

Kaithyn se encogió de hombros, tratando de sonar casual. —Solo cosas de la escuela, mamá.

Su padre intervino, bromeando. —¿Tal vez un chico?

Kaithyn se sonrojó, negando con la cabeza. —No, nada de eso.

Después de la cena, Kaithyn se retiró a su habitación. Decidió hacer algo que siempre la ayudaba a aclarar su mente: escribir en su diario.

"Querido diario," comenzó, "hoy me di cuenta de que Jeireth me importa más de lo que pensaba. No sé cómo me siento al respecto, pero no puedo negar que su ausencia me afectó más de lo que debería. Es confuso y un poco aterrador, pero supongo que eso es parte de crecer y entenderse a uno mismo."

Mientras escribía, Kaithyn sintió una extraña calma. Admitir sus sentimientos, aunque solo fuera en su diario, la hacía sentir un poco más en control.

Cerró su diario y decidió que, pasara lo que pasara, estaba lista para enfrentar sus sentimientos y las consecuencias que estos pudieran traer. Con esa determinación, se preparó para dormir, esperando que el nuevo día trajera más claridad.


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