Capítulo 26: Confusión y Nuevos Sentimientos

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Después de hablar con Rous, Kaithyn se sintió un poco mejor. Decidió ocuparse ayudando a su madre con los preparativos navideños. Mientras cortaba verduras y ayudaba a preparar la cena, su mente seguía volviendo a Jeireth. ¿Realmente solo quería ser su amigo? ¿O había algo más?

Esa noche, después de la cena, Kaithyn se sentó en la sala con su familia. Estaban viendo una película navideña cuando su teléfono sonó de nuevo. Esta vez era Jeireth.

Jeireth: Hola, Kaithyn. Gracias por la charla de hoy. Me hizo pensar en muchas cosas.

Kaithyn: Hola, Jeireth. Me alegra que te haya servido. Yo también he estado pensando mucho.

Jeireth: Quería preguntarte algo... ¿Te gustaría ir a patinar sobre hielo otra vez? Creo que podríamos pasar un buen rato.

Kaithyn sintió una oleada de emoción y respondió rápidamente.

Kaithyn: ¡Claro! Me encantaría. ¿Cuándo?

Jeireth: ¿Te parece bien mañana por la tarde?

Kaithyn: Perfecto. Nos vemos mañana entonces.

Esa noche, Kaithyn se fue a dormir con una mezcla de emociones. Sabía que las cosas con Jeireth no serían sencillas, pero estaba dispuesta a explorar lo que fuera que estuviera surgiendo entre ellos. La amistad era un buen comienzo, y quién sabe, tal vez podría convertirse en algo más con el tiempo.

Al día siguiente, Kaithyn se preparó con cuidado para su cita con Jeireth. Se puso una bufanda de lana roja y un gorro a juego, y se dirigió al lago con una mezcla de nervios y emoción.

Jeireth ya estaba allí, esperándola con una sonrisa. Parecía relajado y contento, y Kaithyn sintió un nudo en el estómago al verlo. Se saludaron con una sonrisa y comenzaron a patinar juntos, disfrutando del aire fresco y la compañía del otro.

Mientras patinaban, hablaron de todo y de nada. Rieron, compartieron historias y, por un momento, todo parecía perfecto. Jeireth se detuvo y la miró directamente a los ojos.

—Kaithyn, realmente me alegra que hayamos decidido ser amigos. Eres una persona increíble, y quiero que sepas que, pase lo que pase, siempre estaré aquí para ti.

Kaithyn sonrió, sintiendo una mezcla de alegría y alivio. —Gracias, Jeireth. Significa mucho para mí.

Mientras seguían patinando, Kaithyn no podía evitar pensar en lo que el futuro les deparaba. Pero por ahora, estaba contenta con disfrutar el momento y dejar que las cosas fluyeran de manera natural.

Después de patinar, Kaithyn y Jeireth se sentaron en un banco junto al lago, observando cómo las luces navideñas reflejaban en el hielo. El ambiente era tranquilo y sereno, y ambos se sentían cómodos en la compañía del otro.

—¿Te gusta mucho la Navidad? —preguntó Jeireth, rompiendo el silencio.

Kaithyn sonrió y asintió. —Sí, es mi época favorita del año. Todo se siente más mágico y especial. ¿Y a ti?

Jeireth asintió lentamente. —Sí, aunque nunca la había disfrutado tanto hasta ahora. Este año se siente diferente.

Kaithyn lo miró con curiosidad. —¿Diferente cómo?

Jeireth se encogió de hombros. —No lo sé. Supongo que pasar tiempo contigo me ha hecho ver las cosas de otra manera. Me has mostrado que hay más en la vida que solo... bueno, que solo ser el chico popular y arrogante.

Kaithyn se quedó en silencio por un momento, asimilando sus palabras. —Me alegra escuchar eso, Jeireth. Creo que ambos hemos cambiado mucho desde que nos conocimos.

Jeireth sonrió y asintió. —Sí, y creo que es para mejor.

Después de unos minutos  mas tarde, ambos ya sentados en un banco junto al lago para descansar. Kaithyn sentía el aire frío en sus mejillas y el calor de la cercanía de Jeireth. Él se giró hacia ella y, con una sonrisa, sacó un termo de chocolate caliente de su mochila.

—Pensé que podríamos necesitar esto —dijo Jeireth, ofreciéndole una taza.

Kaithyn tomó la taza con gratitud y dio un sorbo, disfrutando del calor que se extendía por su cuerpo. —Gracias, Jeireth. Está delicioso.

—De nada. —Jeireth la observó por un momento, como si quisiera decir algo más, pero luego simplemente sonrió y miró hacia el lago. —¿Sabes? Nunca pensé que terminaríamos así, siendo amigos. Al principio, pensé que solo seríamos vecinos que se toleran.

Kaithyn rió suavemente. —Yo tampoco lo esperaba. Pero estoy contenta de que hayamos llegado hasta aquí.

El silencio entre ellos era cómodo, lleno de entendimiento y complicidad. Kaithyn sentía que, aunque todavía no entendía completamente sus sentimientos hacia Jeireth, había algo especial en su amistad.

Cuando terminaron de beber su chocolate caliente, Jeireth se levantó y extendió una mano hacia Kaithyn. —¿Te gustaría dar una última vuelta antes de irnos?

Kaithyn asintió y tomó su mano, levantándose del banco. Patinaron juntos una vez más, disfrutando de la compañía del otro y del momento presente.

Al final del día, Jeireth acompañó a Kaithyn a su casa. Se detuvieron en la puerta, ambos un poco reacios a despedirse.

—Gracias por hoy, Jeireth. Me divertí mucho —dijo Kaithyn, sonriendo.

—Yo también, Kaithyn. Me alegra que hayamos pasado este tiempo juntos.

Se miraron por un momento, y luego Jeireth se inclinó y le dio un suave beso en la frente. Kaithyn sintió su corazón latir más rápido y se sonrojó ligeramente.

—Nos vemos mañana —dijo Jeireth, retrocediendo un paso.

—Sí, nos vemos mañana —respondió Kaithyn, entrando en su casa con una sonrisa en los labios.

2 Corazones en conflictoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora