Capitulo:33 De regreso a Rush

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Kaithyn siguió susurrando la letra de "Control" hasta que, exhausta por la mezcla de vino y emociones, se quedó dormida, acurrucada contra la puerta de su habitación. La tristeza aún resonaba en su cuerpo, como si la canción la hubiese envuelto en una manta pesada de sentimientos que no podía sacudir.

A la mañana siguiente, un golpe suave en la puerta la despertó. Era su madre, con su voz tranquila llamándola:
—Cariño, es hora de levantarse. Tenemos que volver a Rush.

Kaithyn se levantó lentamente, sintiendo la pesadez de sus párpados y el leve dolor de cabeza que el vino le había dejado. Miró por la ventana. La nieve seguía cayendo suavemente, pero ya no le traía la misma calma que antes. Se vistió en silencio, y cuando bajó a la cocina, vio que todos ya estaban listos para el desayuno.

En la mesa, las risas de la noche anterior parecían un eco distante. Jeireth, que solía ser el primero en bromear y conversar con ella, ahora estaba más reservado, casi frío. Él evitaba mirarla, centrado en su plato como si nada más existiera. Cada tanto, Kaithyn lo observaba de reojo, esperando algún indicio de que hablarían o que al menos intentarían arreglar lo que pasó. Pero él no decía nada.

El ambiente era extraño, y Kaithyn sentía que las pocas palabras que intercambiaban estaban llenas de tensión. Jeireth estaba distante, como si hubiera levantado una muralla entre ellos. Después del desayuno, todos comenzaron a empacar las cosas para regresar a Rus.

Cuando el coche de los White y el de los padres de Kaithyn llegaron a la carretera principal, el silencio de Jeireth se hizo aún más evidente. Kaithyn, sentada en la parte trasera, miraba por la ventana, recordando cada momento que habían compartido en la cabaña, desde la risa hasta el inesperado beso. Pero ahora todo parecía más frío, como si el breve momento de cercanía entre ellos hubiera desaparecido con la nieve.

Al llegar a Rus, los autos estacionaron frente a sus respectivas casas. Eran vecinos, y ese simple hecho debería haber hecho todo más fácil, pero ahora solo añadía más complejidad a la situación. Jeireth bajó del auto sin decir una palabra, ni siquiera la miró. Se limitó a ayudar a sus padres con las maletas, actuando como si Kaithyn no existiera.

Ella se quedó quieta por un momento, con el corazón apretado. Recordaba cómo días antes habían sido amigos, cómo compartían momentos y secretos, y ahora él parecía haberse cerrado de nuevo. Esa frialdad le dolía más de lo que quería admitir. Se preguntaba si el beso, y las palabras que se dijeron después, habían roto algo entre ellos, o si tal vez, solo había sido un error para él.

El invierno seguía abrazando Rus con su frialdad, pero lo que más sentía Kaithyn no era el frío exterior, sino el distanciamiento de Jeireth. Mientras descargaba su maleta y se despedía de sus padres, no podía evitar sentirse más confundida que nunca.

Quizás había sido un error pensar que algo más podría surgir entre ellos. O tal vez, ambos necesitaban tiempo para procesar lo que había ocurrido. Sin embargo, una cosa era segura: las cosas ya no serían las mismas.

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⏰ Última actualización: Sep 28 ⏰

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