Las semanas siguientes en Rush pasaron con relativa calma. Kaithyn se sentía cada vez más adaptada a su nueva escuela y había comenzado a hacer buenos amigos. Sin embargo, la tensión con Jeireth seguía latente, como un constante zumbido de fondo.Una tarde, después de terminar sus deberes escolares, Kaithyn decidió dar un paseo por el vecindario para despejar su mente. Mientras caminaba, se encontró con un pequeño parque al final de la calle. Decidió sentarse en uno de los bancos y disfrutar del aire fresco.
Apenas unos minutos después, Jeireth apareció, caminando con su habitual aire de confianza. Kaithyn lo vio acercarse y, con un suspiro, se preparó para otro encuentro incómodo.
—Hola, Kaithyn —dijo Jeireth, con un tono neutral.
—Hola, Jeireth —respondió Kaithyn, tratando de mantener la calma.
Jeireth se sentó en el banco frente a ella y, sorprendentemente, no dijo nada sarcástico. Por un momento, ambos se quedaron en silencio, observando a los niños que jugaban en el parque.
Finalmente, Kaithyn rompió el silencio. —¿Qué haces por aquí?
Jeireth se encogió de hombros. —A veces vengo aquí a pensar. Es un buen lugar para despejar la mente.
Kaithyn lo miró, sorprendida por la sinceridad en su voz. —No lo hubiera imaginado.
Jeireth soltó una risa leve. —Sí, supongo que no. Creo que ambos tenemos muchas ideas equivocadas el uno del otro.
Kaithyn lo miró, curiosa. —¿Por qué eres tan diferente conmigo? Eres amable con tus amigos, pero conmigo eres... bueno, ya sabes.
Jeireth suspiró y miró hacia el cielo. —No lo sé, Kaithyn. Supongo que al principio fue porque no quería que nadie nuevo se metiera en mi vida. Pero ahora... no sé, tal vez estoy acostumbrado a esa dinámica contigo.
Kaithyn sintió una mezcla de alivio y frustración. —Pues no es una buena dinámica, Jeireth. No tiene que ser así.
Jeireth la miró directamente a los ojos. —Tal vez tienes razón. Quizás podríamos intentar llevarnos mejor.
Kaithyn sonrió levemente. —¿Te das cuenta de que esto suena como una tregua?
Jeireth sonrió de vuelta, con una chispa de humor en sus ojos. —Supongo que sí. Una tregua. Podemos intentarlo, ¿verdad?
Kaithyn asintió, sintiéndose esperanzada por primera vez desde que llegó a Rush. —Sí, podemos intentarlo.
El ambiente entre Kaithyn y Jeireth parecía estar mejorando, aunque de manera gradual y con cautela. Ambos habían compartido un momento sincero en el parque, pero justo cuando Kaithyn empezaba a sentir que podía haber un cambio real, Jeireth rompió el encanto.
—Hice un buen papel, ¿no lo crees? ,Oh me de verdad me pregunto si me darían un premio Oscar —dijo Jeireth, con una sonrisa arrogante en su rostro.
Kaithyn sintió cómo la furia burbujeaba dentro de ella nuevamente. ¿Había sido todo eso una actuación para él?
—¿Sabes qué, Jeireth? —dijo Kaithyn, levantándose del banco y mirándolo con una mezcla de enojo y decepción—. Eres un auténtico imbécil. Y una desgracia en la sociedad de los idiotas.
Sin esperar una respuesta, se dio la vuelta y se alejó rápidamente, dejando a Jeireth solo en el parque. Mientras caminaba, Kaithyn sentía una mezcla de frustración y liberación. Había esperado un cambio, pero parecía que Jeireth no estaba listo para ser genuino. Aunque la tregua había sido un paso hacia adelante, Jeireth todavía tenía un largo camino por recorrer para ganarse su respeto.
Al llegar a casa, Kaithyn se sintió cansada y emocionalmente agotada, pero determinada. Sabía que no podía cambiar a Jeireth, pero podía elegir cómo responder a su comportamiento. No dejaría que él definiera su experiencia en Rush.
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2 Corazones en conflicto
Romansa2 Corazones en Conflicto sigue la historia de Kaithyn Moore, una chica de 17 años que se muda a la ciudad de Rush y se encuentra con su arrogante vecino, Jeireth White. A pesar de su actitud altanera, ambos empiezan a interactuar debido a sus circu...