Astrid observa como Natasha hablaba con T'Challa cuando su teléfono comienza a vibrar. El nombre de Steve adornaba la pantalla, por lo que no duda en responder la llamada.
— ¿Steve?
— ¿Estás bien?
— Si. — contesta ella tocando inconsciente los cortes en su brazo. Pero el sonido de las ambulancias al otro lado de la línea llaman su atención. — ¿Estás aquí?
— Tenía que verte. — dice Steve.
— Y supongo que ya has escuchado a quien culpan de esto. — dice Astrid, pero solo recibe silencio por parte del rubio. — Oye, sé cuanto te importa Bucky, pero no te metas, Steve.
— ¿Qué harías? ¿Detenerme?
— Claro que no, idiota. — dice ella frunciendo el ceño, llamando la atención de Natasha. — Pero alguien más lo hará.
— Si tan loco está, yo soy quien debería detenerle. — dice Steve.
— ¿Por qué?
— Soy quién menos posibilidades tiene de morir. — responde él.
Astrid sabe que está apunto de colgar la llamada, así que interviene.
— No lo hagas, Steve. — pide ella, mirando a su alrededor para intentar encontrarlo. — Vas a empeorarlo todo, por favor...
— Lo siento, Astrid.
La llamada se cuelga.
— ¡Mierda! — grita ella, ganándose las miradas de todos.
— Señorita, ¿necesita que la revisen? — pregunta un enfermero desde una ambulancia.
— No. — dice Astrid aún molesta.
— Oye. — Natasha se acerca a ella. — ¿Qué pasa?
— Steve es lo que pasa. — se queja Astrid.
— Tenemos que viajar a Berlín. — dice Natasha. — Tony está en camino.
— Esto es una mierda. — dice la morena subiendo al auto de la pelirroja.
...
Berlín, ALEMANIA
— Astrid, le sueltas mucho la correa a tu novio.
— Me alegro de verte, Tony. — suspira Astrid cruzándose de brazos.
— A mi me alegra que hayas firmado. — dice Stark con sinceridad.
— Aún no sé qué precio voy a pagar por ello.
— Intentaré que sea el mínimo. — asegura Tony.
— Dudo que puedas. — rebate ella desviando la mirada. Era verdad, ya estaban empezando los problemas para Steve y ella no podía evitar preocuparse y molestarse con él.
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𝗔𝗦𝗧𝗥𝗜𝗗 𝗟𝗔𝗡𝗘 ━━━ Steve Rogers
FanfictionAstrid Lane nació en Bulgaria pero no pasaron más de dos días para que sus padres se mudaran a Estados Unidos. Allí, empezaron a trabajar en SHIELD y la pequeña Astrid creció entre las paredes de esa organización, entrenándose desde los trece años p...