Astrid Lane nació en Bulgaria pero no pasaron más de dos días para que sus padres se mudaran a Estados Unidos. Allí, empezaron a trabajar en SHIELD y la pequeña Astrid creció entre las paredes de esa organización, entrenándose desde los trece años p...
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En ese momento, Bucky detiene su puño en el aire observando sorprendido al Capitán. Astrid aprovecha y le da una patada alejándolo de Steve pero el cristal bajo ellos no resiste más peso y se rompe en pedazos.
Astrid siente como el aire chocaba con fuerza contra su cuerpo mientras caía. Se mantenía consciente aunque no sabía por cuánto tiempo. Finalmente, el agua la invade de repente y siente como la herida de bala ardía.
Con una bocanada de aire, la mujer regresa a la superficie habiendo cobrado toda su conciencia ante el impacto del agua.
— ¡Steve! — exclama mirando desesperadamente a su alrededor, pero lo único que sus ojos encuentran son restos de los helicarriers flotando en el agua.
Su vista se detiene en la orilla del río y su corazón se acelera al ver como el Soldado de Invierno arrastra a Steve hasta dejarlo tumbado en la tierra. Astrid empieza a nadar con rapidez hacia ellos, temiendo que el Soldado termine su misión matando al Capitán, pero sus miradas se cruzan y él le da un asentimiento antes de alejarse.
Entonces Astrid supo que ese no era el Soldado de Invierno, sino Bucky Barnes.
Cuando Astrid llega a la orilla, gatea hasta quedar junto al cuerpo de Steve. Lleva dos dedos al cuello del rubio y nota los latidos de su corazón lentos y casi imperceptibles.
— No me hagas esto. — solloza Astrid poniendo sus manos en el pecho del hombre para empezar a reanimarlo.
Al ver que eso no funcionaba, Astrid tapa la nariz de Steve con sus dedos y acerca su rostro al de él para hacerle el boca a boca. Pero Steve seguía ahí, inmóvil y sin señales de vida. Astrid deja caer las lágrimas retenidas mientras sostenía al rubio contra su pecho perdiendo poco a poco la esperanza.
Su vista estaba bastante nublada, no sabía si se debía a sus lágrimas o a la dolorosa herida que aún sangraba en su costado, tal vez eran ambas. Pero eso no impidió que notase cómo la cabeza de Steve se removía contra su pecho.
— ¿Steve? — Astrid lo obliga a mirarla y sonríe abiertamente cuando ve los orbes azules del Capitán. — Mierda, pensaba que estabas muerto.
Steve suelta un alarido de dolor pero una pequeña sonrisa amenaza con salir de sus labios mientras levantaba débilmente su mano para tocar la de Astrid, que descansaba sobre la mejilla de él.
— Astrid. — dice él con voz ronca.
Astrid sonríe y sin poder contenerse más deja un suave beso sobre los labios de Steve.
— No vuelvas a hacer algo así. — advierte Astrid cuando se separan.
Ella mira hacia el cielo cuando escucha el sonido de un helicóptero y sonríe al ver el rostro de Natasha sobre ellos.
...
Habían pasado tres días desde que HYDRA había sido derrotada. Steve aún no había despertado, sin embargo, sus heridas estaban sanando correctamente y más rápido que las de un humano normal.
