Astrid Lane nació en Bulgaria pero no pasaron más de dos días para que sus padres se mudaran a Estados Unidos. Allí, empezaron a trabajar en SHIELD y la pequeña Astrid creció entre las paredes de esa organización, entrenándose desde los trece años p...
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Los tres salen de la pequeña habitación y se dirigen a la sala en la que Tony ya había construido la máquina del tiempo. Barton es quien se había ofrecido a ser el sujeto de prueba.
— ¿Has visto los tatuajes que se ha hecho? — pregunta Astrid a Steve señalando el brazo de Clint repleto de tinta. — Es sexy, deberías probarlo.
Steve suelta una suave risa mientras rodeaba los hombros de la mujer con un brazo. — No es mi estilo.
— Si, lo sé. — responde ella con una pequeña sonrisa mientras veía como Clint subía a la plataforma de la máquina.
— Vale, Clint. — dice Bruce llevando su mano a una palanca. — Vamos en 3, 2, 1...
Banner baja la palanca y Barton desaparece frente a ellos. Astrid se muerde el labio nerviosa mientras camina hasta quedar a un lado de Natasha.
— Regreso en 3, 2, 1... — Bruce toca unos botones y vuelve a mover la palanca. El cuerpo de Clint reaparece frente a ellos dejando un grito ahogado mientras caía en la plataforma.
Astrid se apresura a subir a la máquina junto a Natasha y ambas ayudan a que el hombre se ponga en pie.
— ¿Estás bien? — pregunta la pelirroja tomando el rostro de Barton.
— Si, mira. — Clint jadea elevando un guante de béisbol en su mano. — Funciona.
Astrid voltea a mirar a Tony y ambos sonríen. Podían recuperar las Gemas del Infinito.
...
— Ahora tenemos que averiguar el cuándo y el dónde. — dice Steve con su semblante de Capitán.
Todos se encontraban en una de las oficinas de la base. Los hologramas de las seis Gemas del Infinito estaban frente a ellos.
— Sólo tenemos partículas para un viaje de ida y vuelta. — explica Bruce.
— Empecemos por el Éter. — dice Steve. — Thor, ¿qué sabes?
Todos voltean su mirada hacia Thor, quien se encontraba sentado en una esquina aún con sus gafas de sol y la cerveza en la mano.
— ¿Está dormido? — pregunta Natasha al ver que el asgardiano no se mueve.
— No, seguro que está muerto. — comenta Rhodes.
Astrid rueda los ojos y se levanta para caminar hasta quedar frente al dios. La mujer se lleva ambas manos a la cintura mirándolo con el ceño fruncido mientras el resto del equipo la observa con atención.
— ¡Thor! — grita. El nombrado se sobresalta en su silla y Astrid le quita las gafas de sol del rostro. — Ya tendrás tiempo para tu vida de hombre cervecero.
Cuando la mujer se voltea para regresar a su sitio se encuentra con las miradas del resto del equipo.
Tony la mira con una ceja arqueada y una sonrisa burlona. — Bien, ahora que mamá As ha despertado al bebé Thor...
El millonario eleva su brazo dándole paso a Thor, quien se levanta y se posiciona a un lado del holograma de la Gema.
— Vale, para empezar el Éter no es una gema. Aunque hay una historia interesante, mi abuelo tuvo que esconder la gema de los Elfos Oscuros y Jane en realidad... — Thor empieza a divagar acerca de su antigua relación con Jane Foster, haciendo que el resto del equipo se mire entre sí, todos desconcertados y un tanto aburridos.
— Vale, mejor siéntate. — Tony detiene al asgardiano y se acerca a él. — ¿Quieres desayunar? ¿Unos huevos revueltos?
— No, en realidad me apetece un Bloody Mary...
— Que sean dos. — pide Astrid, quién había decidido quedarse de pie a un lado de Steve, el cual lleva una mano a su hombro para darle un apretón.
A estas alturas, ya había anochecido, por lo que el equipo pidió comida china para cenar. A excepción de Bruce y Astrid que pidieron una tarrina de helado.
— Quill decía que encontró la Gema del Poder en Morag. — empieza a hablar Rocket subido sobre la mesa en la que los demás cenaban.
— ¿Es una persona? — pregunta Banner tomando una cucharada de su enorme helado.
— No, Morag es un planeta. — dice Rocket. — Quill era una persona.
Astrid toma una cucharada de su helado el cual era igual que el de Banner, pero en dimensiones menores. Steve, a su lado, le ofrece un poco de comida ya que había insistido en que un helado no era una cena en condiciones.
— Thanos encontró la Gema del Alma en Vormir. — explica Nébula cuando el holograma de la gema aparece frente a ellos.
— ¿Qué es Vormir? — pregunta Natasha haciendo apuntes en una libreta.
— Un dominio de la muerte, en el centro de la existencia celestial. — dice la alienígena. — Es donde Thanos mató a mi hermana.
Astrid hace una mueca cuando un silencio incómodo queda en la sala. Natasha seguía apuntando cosas en su libreta mientras Bruce y Steve no sabían que decir.
— Me pido no ir allí. — comenta Scott sentado en un sillón.
Esa noche se hizo demasiado tarde por lo que decidieron continuar la investigación de las Gemas del Infinito al día siguiente.
Astrid resopla dejando caer su cuerpo sobre el cómodo colchón de la cama. Se sentía un poco agobiada ya que estaban muy cerca de poder hacer regresar a todas las personas que habían desaparecido. No quería hacerse ilusiones pero la situación se lo impedía, estaba deseando abrazar a Wanda y Sam, incluso a Fury y Bucky también.
— ¿Estás bien? — la voz de Steve a su lado la saca de sus pensamientos.
— Si. — asiente la mujer. — Esque no puedo creer que estemos tan cerca de conseguirlo.
— Yo tampoco. — dice el rubio con media sonrisa. Astrid sabía lo duro que fue para él perder a Bucky justo después de haberlo liberado del control mental de HYDRA.
— Cuando todo esto acabe, ¿qué haremos? — pregunta la morena mirando el perfil de su esposo.
— Lo que quieras. — asegura Steve rodeando la cintura de la mujer con un brazo haciendo que sus rostros queden muy cerca.
Astrid sonríe apreciando cada facción del hombre, estaba tan enamorada. — Podemos viajar, me encantaría recorrer el mundo.
Y es que Astrid ya había recorrido muchos lugares del mundo, pero todos ellos habían sido a causa de sus misiones con SHIELD. Ahora quería hacerlo libremente con la persona que más quería en el mundo.
